El próximo lunes 29 se inicia en Esquel, Chubut, el juicio a Ivana Huenelaf, Gustavo Jaime, Daniela González, Javier Huenchupán y Jorge Buchile, todos ellos mapuche, acusados de abigeato y resistencia a la autoridad. Las acusaciones resultan incomprensibles cuando los únicos animales implicados eran de la comunidad y aparecieron en el campo de Benetton, y los únicos disparos que hubo los recibieron los “acusados”. Una narración ridícula, tristemente repetida.
El juicio que empieza el lunes es otro paso en un proceso que arrancó el 10 de enero de 2017, ocurrida la represión de la Lof en resistencia Cushamen. “Fuimos a acompañar a los hermanos porque sabemos cómo queda todo, destruído”, decía Ivana más tarde. Con el mismo espíritu solidario salieron a buscar los animales de la comunidad que habían desaparecido, hasta que encontraron sus huellas entrando al campo de Benetton. Comprendiendo que no podrían hacer mucho más trataron de volver, pero fueron interceptados y perseguidos por personal de la estancia y policía provincial, hasta que los detuvieron en El Maitén.
Les dispararon, fueron encapuchados, encarcelados, golpeados y torturados sicológicamente. “Empezó la segunda conquista del desierto y tenemos orden de matar mapuches. ¿Serás vos?”, cuenta Ivana que les decían “mientras cargaban las armas en nuestras cabezas”. Un claro ejercicio de terrorismo, aunque según la policía la terrorista es ella, que les habría arrojado molotovs. Ella, que vive vendiendo alfajores y panes, contesta con sencillez: “yo no se armar molotovs, se armar alfajores de maicena”.
En el video que sigue Ivana cuenta en detalle lo que pasó, pero también da un valioso testimonio de su cultura, del agradecimiento y el orgullo que siente, de lo que significa ser mapuche. Y deja claro el problema de fondo: “Nos quieren fuera del territorio, por eso nos persiguen, por eso nos judicializan, por eso nos amenazan.”