Hace mucho tiempo que no veo «Che tempo che fa» (*), sin ofender al periodista honesto que es Fazio. Escuché con alegría la entrevista a Mimmo Lucano, su manera tranquila de hablar, como si estuviera en la plaza de Riace, hablando entre amigos. Sus simples palabras, «normales» como él dice. Menciono algunas piezas que circulan en twitter (donde algún fascista trató de disparar mierda, pero fue sepultado por una avalancha de afecto).

Ningún ser humano puede permanecer indiferente cuando alguien te pide ayuda.

Todos estos premios y reconocimientos me parecieron un poco extraños, sólo tratamos de ser normales, ¿ayudar a un hombre en problemas no es normal?

Las leyes del período nazi también eran legales, pero representaban un gran drama para la humanidad.

Si la acogida es posible en Riace, en una de las zonas más deprimidas de Italia, entonces es posible en todas partes.

Alrededor de la palabra inmigración sólo se construyen consensos electorales. Nosotros sólo tratamos de ser normales.

Vuelvo a casa alrededor de las 2 p.m. y después de un par de noticieros donde no hay rastro de estas declaraciones me siento en la computadora y consulto Google News y luego, al final del panorama desértico, me dirijo a la principal agencia de prensa.

Así que descubro que las declaraciones normales del alcalde de Riace no son noticia. La normalidad no es noticia, obviamente la esperanza lo es aún menos.

Lucano demuestra claramente que hay un modelo de acogida que funciona, que es coherente con los ideales, las constituciones, las cartas internacionales, que también genera trabajo para los italianos y esto no es una novedad.

Pero, sobre todo, creo que una persona que habla de ideales, de humanidad, de Constitución, de utopía, que cita como modelo a Peppino Impastato, un ateo que habla bien de sacerdotes comprometidos como Zanotelli, no es noticia.

Pienso y se me viene a la mente que el trabajo de Mimmo Lucano, el trabajo de una comunidad que se redime a sí misma, no es un fenómeno aislado; a primera vista pienso en el trabajo de Milagro Sala y Tupac Amaru para la redención social, cultural y política de los pueblos originarios de Jujuy, Argentina; trabajo que por igual (y ciertamente más brutalmente) ha sido criminalizado.

Porque es obsceno que los pobres se organicen, se solidaricen, construyan casas, acojan a sus desafortunados hermanos, se ocupen y eduquen gratuitamente, recojan la basura con burros (pero sin el papel timbrado adecuado) y, finalmente, como hizo Milagro, construyan parques acuáticos para niños, con el dinero ahorrado del trabajo honesto.

Así que digamos con fuerza que podemos construir un futuro mejor basado en los ideales de la fraternidad, de la solidaridad, de la humanidad.

Hay muchos otros ejemplos y modelos, pequeños y grandes, de diferentes realidades e inspiraciones, ya hay un nuevo mundo en camino y sepan que aquí en Pressenza queremos hablarles de ello y dar la mano a esta gran obra de profunda renovación que el Ser Humano necesita.

Gracias Mimmo, gracias Milagro y gracias a todos los que se arremangan las mangas de nobles constructores.


(*) Che tempo che fa es un programa de televisión italiano nocturno presentado por Fabio Fazio. Se ha transmitido en vivo los sábados y domingos en la televisión italiana desde 2003. (Wikipedia. N.d.T.)