En el programa Pressenza Internacional En la oreja del 19 de octubre 2018 entrevistamos a Gennaro Carotenuto. Él es profesor de Historia Contemporánea e Historia del Periodismo y nuevos medios en la Universidad de Macerata, en Italia, y también periodista y bloguero. Su blog Giornalismo partecipativo, en línea desde 1995, es uno de los más seguidos en el país.
¿Cómo llegaron los partidos de ultraderecha a obtener tantos votos en Italia y en Europa, estar en el gobierno e imponer su discurso y su agenda como ocurrió por ejemplo en el caso de la Liga Norte?
Bueno, a mí me parece bastante fácil: con una agenda que busca siempre al enemigo. Y para el caso italiano los enemigos son, esencialmente, dos. El primero, la inmigración. Les recuerdo que la Liga Norte en los años 90 entro en la historia política italiana con una posición absolutamente racista contra la gente del sur de Italia. En aquel momento no había aún en Italia mucha inmigración desde afuera. Cuando esta inmigración llegó fue más “interesante” para ellos porque se lanzaron contra el inmigrante como el enemigo: el que viene de afuera. Ese es el primer enemigo.
El segundo enemigo es la Unión Europea, de la cual Italia es socio fundador. Sin duda, hay muchas críticas que podemos hacer a la Unión Europea, pero también podríamos decir cosas positivas. Por ejemplo, que es el organismo que evitó que el continente siga teniendo una guerra cada 20 o 30 años, que permitió terminar con las fronteras internas y permitió a los trabajadores especialmente de los países pobres, ir donde quieran a buscar su vida.
Entonces los enemigos son dos los inmigrantes y la Unión Europea, al mismo nivel y de la misma manera. Lo que pasa es que no logran echar a los inmigrantes o logran echar muy pocos, pero sí logran profundizar la crisis entre Italia y la Unión Europea. De hecho, los demás partidos de derecha no están de acuerdo con la postura del gobierno italiano actual de no respetar los tratos económicos que Italia hizo con la Unión Europea
¿Crees que es posible una comparación entre este avance de la derecha dura en Italia y lo que esta pasando en Latinoamérica? ¿Estamos hablando del mismo tipo de ultraderecha? ¿Cuáles son las diferencias y las cosas similares entre estos dos fenómenos?
Yo soy un poco más prudente con respecto. Pienso que la derecha que está volviendo a gobernar en Latinoamérica, por ejemplo, Macri, es una derecha muy entreguista, es una derecha que quiere volver a los 90, quiere volver al momento del Fondo Monetario Internacional que decidía todo. Las derechas europeas como la italiana, la polaca o la húngara, que son tal vez las más relevantes, quieren cortar con el sistema de intermediación internacional de los países y, especialmente, con la Unión Europea. Allí hay una diferencia muy grande.
Tú has estudiado a fondo las historias del fascismo, del franquismo en Europa y también de las distintas dictaduras latinoamericana. ¿Podemos decir que, de alguna manera, algo de la historia se está repitiendo o no?
Para mí, lo que se esta repitiendo en Latinoamérica es la vuelta a los 90, la vuelta a una fase de aparente pluralismo democrático donde en realidad todas las políticas estaban hechas por el Consenso de Washington. En ese sentido, no miraría tanto a la fase de las dictaduras latinoamericanas en los 70’s; miraría más a la forma con la cual se restauraron las democracias en Latinoamérica, con los gobiernos neoliberales que prosiguieron de alguna manera las políticas de las dictaduras pero con la cara democrática. O sea, Macri gano legalmente las elecciones en la Argentina, al menos en apariencia. Si Bolsonaro gana la segunda vuelta en Brasil, habrá restaurado un sistema democrático aparentemente impecable.
¿Qué responsabilidad tienen las fuerzas socialdemócratas y la izquierda que tuvieron el poder justo antes del avance de la ultraderecha en los dos continentes?
Esa es una pregunta clave. Sería fácil decir que las izquierdas social democráticas, las izquierdas liberales, las izquierdas socialdemócratas, las izquierdas burguesas, liberales, tienen la culpa pero la verdad es que también el panorama que salió desde la caída del muro de Berlín era un panorama de completa fragilidad por parte de la izquierda que, de hecho no tenía un sistema alternativo global por proponerle al mundo.
Lo que se hizo en Latinoamérica en los primeros 15 años del siglo XXI ha sido una invención con muchas fragilidades, también con muchas ganas de encontrar soluciones a algunos problemas. Algunas respuestas serán respuestas de izquierda tradicional, otras veces se hablaba de cuestión de medio ambiente y se iba en una dirección distinta. En Europa ha sido todo más difícil. Latinoamérica de alguna manera llevó la delantera durante algunos años la discusión sobre qué hacer en este mundo.
En ese sentido, las izquierdas social demócratas tuvieron mucha responsabilidad, pero al mismo tiempo no había una perspectiva fácil mucho más radical que uno podía seguir y encontrar las soluciones. Lo que es seguro, a mi manera de ver, es que las izquierdas más de clase media se desinteresaron completamente de las pequeñas clases medias que se iban empobreciendo por el modelo económico, ha tenido un valor importante en la subida de las derechas
La Liga Norte de Italia tiene una larga trayectoria de conexión con la mafia calabresa eso es cierto. Al mismo tiempo, lo que hemos visto, especialmente en México es el papel del narcotráfico que es, en el fondo, un “fusil” apuntado contra todas las democracias latinoamericanas en este momento. ¿Qué piensas al respecto?
El tema del narcotráfico y de la corrupción política que lleva el narco es el que esta destruyendo cualquier tipo de trabajo social. Si las organizaciones criminales pueden comprar la democracia de alguna manera o pueden hundir las democracias con violencia por la cantidad de plata que pueden manejar; nosotros estamos entrando en este siglo en una época en donde este tema va a ser preponderante y puede destruir los sistemas democráticos.
Entrevista realizada por Domenico Musella y Mariano Quiroga