/Por David Meléndez Tormen/
El domingo 7 de octubre se realizó un Seminario sobre Cosmovisión Mapuche, con Jeanette Canio, orfebre y divulgadora cultural mapuche. El evento se realizó en el marco de #OctubreNoViolento, en que durante este mes se celebran diferentes iniciativas por la No Violencia, como talleres, seminarios, exposiciones y charlas, facilitado por el Espacio Ailanto, La Comunidad Futura, y otras organizaciones. Puedes descargar o consultar el programa aquí.
Antes de comenzar, y vestida con su küpam y orfebrería mapuche, nos pidió que nos quitáramos los preconceptos de la lógica y la manera de pensar occidental con que crecimos, y que nos abriéramos a un modo distinto de pensamiento y relación con nosotros mismos, la naturaleza y los diferentes planos de existencia.
Para comenzar, tomó un kultrún y nos hizo notar que en él se refleja la visión del universo del pueblo mapuche, donde el hombre está al centro buscando el equilibrio entre cuatro fuerzas: el bien y el mal, y lo positivo y lo negativo. No son contrapuestas, sino que están en constante interacción. Las cuatro divisiones del kultrún las simbolizan, así como a las partes del día y del año.
Así como se puede poner boca arriba, si se pone boca abajo representa el cielo y los planos de existencia superiores. Hay de 4 a 7 planos de existencia, y el humano es el segundo. La relación con la naturaleza es estrecha e importante, y todas las ceremonias agradecen que alimente y acoja al hombre, que no es su propietario. Las machis son las intermediarias entre las fuerzas espirituales y las humanas, y saben detectar y diagnosticar enfermedades del alma y el cuerpo.
Este es un brevísimo resumen de la visión del universo de este pueblo, del que como chilenos deberíamos conocer mucho más. El mapuche es nuestro hermano, y todos tenemos sangre de los pueblos originarios. Somos un país mestizo, y no podremos solucionar el “problema” mapuche si no aceptamos y reconocemos primero al mapuche que dignamente habita en cada uno.
Muchas gracias a Jeanette, que nos hizo el regalo, mandada en sus propias palabras por los sabios de su pueblo a tender lazos con los chilenos y las organizaciones sensibles a su causa, que cada vez somos más numerosos. Esperamos que en el futuro se realicen más actividades como esta y se estrechen nuestros vínculos. Nuestro planeta lo necesita, porque no podemos seguir el modelo suicida del capitalismo extractivista. ¡Marichiweu!