El investigador venezolano Oscar Lloreda advirtió este domingo que las elecciones presidenciales en Brasil no definen únicamente el próximo «gobierno, sino la propia existencia de lo político, entendido como un acto disensual que expone, visibiliza y posibilita las diferencias sin anularlas».
Lloreda, quien actualmente coordina en Venezuela el Observatorio Geopolítico de América Latina y el Caribe, afirma que las coordenadas tradicionales de «izquierda-derecha» utilizadas tradicionalmente para comprender el juego político, serían «insuficientes» para analizar la actualidad brasileña y, en particular, la emergencia del candidato favorito según las encuestas, Jair Bolsonaro.
Siguiendo su argumento, Lloreda identifica una línea de continuidad entre Bolsonaro y Temer, quienes compartirían una «matriz colonial de relación con el otro, cuya resolución es la aniquilación, exclusión o subordinación de las diferencias», lo cual se evidencia en un discurso «profundamenre discriminatorio y excluyente». Explica que se trata de una «imposición violenta» del consenso que, en su opinión, «no pretende conservar sino restaurar».
En ese sentido, «el de Bolsonaro, más que un movimiento conservador tradicional, es un movimiento retrógrado que busca reinstalar sistemas de pensamiento, instituciones y prácticas inexistentes e irreconocibles en el Brasil post-dictadura militar», afirma.
Lloreda considera que se encuentra en riesgo tanto el ejercicio de lo político como la democracia y qué, por tal razón, «el correlato, la antítesis de Bolsonaro, no es sólo el Brasil de Lula, sino el Brasil que con tantas dificultades, avances y retrocesos, ha intentado construir un camino democrático al menos desde los años ochenta».
Más allá del resultado de este domingo y el próximo balotaje, el debate para Lloreda está atravesado por el establecimiento de ciertos criterios que den cuenta del «fenómeno Bolsonaro, esto es, ofrecer una lectura adecuada del Brasil actual y de la población que le acompaña y le vota, incluso al poner en riesgo sus propios derechos». Advierte la necesidad de realizar este análisis tomando en cuenta «el amplio y sobretodo diverso espacio político que se le opone» a Bolsonaro.
Su análisis de la política brasileña le hace pensar la «urgencia de articular una lucha política que trascienda el proyecto del PT y sus aliados» encaminada a fortalecer la «capacidad de acción, organización y movilización autónoma de los movimientos sociales y organizaciones de base, cuya actuación fue, en cierta medida, contenida, institucionalizada y subalternizada durante los gobiernos del PT».
En ese sentido, señala la necesidad de un ejercicio de «democratización y dialogo entre las fuerzas que se oponen al proyecto Temer-Bolsonaro, liderado por el PT y Lula, pero con una base popular más amplia y movilizada a favor del retorno de la democracia en Brasil».
Finalmente, Lloreda resalta que quizás quienes han logrado explicar mejor esta situación han sido los movimientos y organizaciones feministas de Brasil con la campaña «#Elenão», a través de la cual han «identificado y visibilizado con mayor claridad los gestos que desde el poder se manifiestan contra derechos arduamente disputados y alcanzados en las últimas décadas».
Su idea final es tan contundente como programática: «No existe derecho sin lucha permanente». Para el investigador, «los posicionamientos de Bolsonaro y sus allegados, demuestran que los derechos adquiridos son siempre contingentes, y que el principio de progresividad solo está vigente cuando beneficia al sistema-mundo hegemónico». Por esta razón, Lloreda señala que esta es una de las «mayores enseñanzas de los tiempos que corren en el continente: sin organización y sin lucha, nada evita el retorno del pasado. Toda lucha pasada es una lucha presente».