En Pressenza Internacional En la oreja del viernes 19 de octubre 2018 hablamos con Luis Miguel Fernández López, quien enseña historia en Oldenburgo, Alemania. Él está trabajando en el análisis de las tendencias de ultraderecha que van volviendo a consolidarse en Europa. Arrancando con un análisis de los resultados electorales del fin de semana en Alemania, la entrevista luego toca el tema del avance de la ultraderecha en el país y en Europa.
Arranquemos con los resultados electorales de este fin de semana en Alemania. La extrema derecha vuelve a entrar en el parlamento en este caso en Baviera, en el sur alemán y las alianzas que le daban el poder a Merkel se van desdibujando, van perdiendo poder. Cuéntanos un poquito este panorama político alemán, Luis.
Las elecciones en Baviera no han representado ninguna sorpresa en relación a lo esperado. Era lo que decían las encuestas y lo que estaba pasando desde el año 2015 en todas las elecciones celebradas en este país, tanto a nivel de Estados federales como a nivel de todo el país.
Me parece importante comentarles algo sobre este partido que es difícil calificarlo como extrema derecha, al menos una extrema derecha clásica o, al menos, de cómo se entiende la extrema derecha clásica en Alemania.
Un partido de extrema derecha en Alemania es un partido nazi y hay unos cuantos representantes, por ejemplo el NPD, que es un partido prácticamente residual como la mayoría de los partidos nazis. Lo que ha conseguido este partido muy joven, fundado en el año 2013, es hacer que la xenofobia, el racismo y especialmente la islamofobia, hayan sido votados por una mayoría. Esto era, hasta ahora, impensable en Alemania. Hasta hace muy poco tiempo, cualquier tipo de expresión xenófoba era considerada automáticamente una lástima, nadie haría este tipo de declaraciones a nivel público ni a nivel personal ni por supuesto, a nivel político.
Alemania siempre había sido presentada como un país con memoria, con capacidad para reponerse a su propia historia donde el negacionismo, como tú mismo dices, no tenía lugar, que se suponía que estas ideas que alumbraron el nazismo no se iban a repetir, pero lo que estamos viendo es que vuelve a aparecer este discurso.
El principal problema es que este no es un fenómeno alemán, es un fenómeno europeo y me atrevería a decir que mundial. La cuestión es que la forma de la nueva extrema derecha, como podemos denominarla, es que es fluctuante, cambiante y diferente en cada país. Es decir, se adapta a las necesidades de los votantes de cada país. Cada expresión tiene su propio público y esto les hace especialmente peligrosos.
En el caso de Alternative für Deutschland es un partido que empezó reclamando la salida de Alemania del Euro, porque consideraban que a raíz de la crisis griega, el Euro era un fracaso que iba a arruinar el país. Estamos hablando de un partido fundado por lo que se denomina académicos, por profesores de universidad y con un público también en esa línea que se va convirtiendo poco a poco a convertir en un partido de masas en el sentido de que todas las capas sociales les votan.
Lo preocupante de AfD es que ahora tiene una voz en el parlamento y en todos los parlamentos regionales menos en Hesse, ese es el único estado federal donde no están representados. Esto ya empieza a adquirir un cariz muy preocupante sobre todo porque en todas las encuestas están alrededor del 12% de los votos, que no es un porcentaje desdeñable.
Al igual que la Liga Norte, también AfD crea enemigos. Uno es Europa, aunque no se atreven a hablar abiertamente de abandono de la Unión Europea todavía, por la sencilla razón de que Alemania está dirigiendo la Unión Europea. El segundo enemigo es la migración, pero no cualquier migración, es la migración de origen musulmán.
Es un movimiento social nacido en el este de Alemania y que traducido al español significa “Alianza de ciudadanos en contra de la islamización de Europa”, el hecho de que una organización así haya nacido en Alemania y que tenga además la intención de expandirse por toda Europa dice mucho de las raíces de este problema. Creo que esto es lo que tenemos que tener en cuenta del fenómeno de la extrema derecha en Alemania. Por un lado, anti-europeísmo, por otro lado islamofobia. Esta islamofobia se ha disparado en el país a raíz de la crisis de los refugiados de 2015. Antiguos votantes de Merkel no le perdonan que permitiera que se quedaran ese millón de refugiados y este es uno de los puntos clave, es una de las razones por las cuales a partir de ese momento empezaba a ganar apoyos en el país
Esto tiene que ver con la descomposición de la política y de la democracia en general en Europa por esta cuestión de las cúpulas de super estructura que dirigen la Unión Europea y también está este tema de que a veces miramos el fenómeno latinoamericano, hoy como muy sorprendidos por la fuerte potencia de unas ideas religiosas que me parece que en Europa si bien no se presentan de la misma manera, sí están detrás de ese discurso xenófobo y anti musulmán, anti gitanos, anti chinos…
Por supuesto, hay que generar enemigos para distraer la atención, hay una cuestión que creo que tenemos que dejar claro en el tema de la Unión Europea. En mayo tenemos las elecciones al parlamento europeo, son elecciones fundamentales porque si ganaran los partidos adecuados sería una oportunidad para intentar profundizar en la democratización de la Unión Europea. Sin embargo, lo que todos los observadores políticos están temiendo es que muy al contrario sea un gran éxito de la extrema derecha que lo que pretende es debilitar y disgregar la Unión Europea.
Sobre la falta de democracia, en la cual tienes razón, y sobre esos poderes oscuros que teóricamente gobiernan, hay una cosa que me han explicado mis contactos en la capital oficial de Europa y es que en realidad las políticas de la Unión las marcan los propios gobiernos de la Unión, es decir la agenda neoliberal de la Unión Europea no es una casualidad, es algo decidido en consenso o por consenso por los gobiernos de los 27 miembros y esto es otra cosa muy preocupante. Hay por supuesto poderes autónomos como el Banco Central Europeo pero siguen esas políticas muy marcadas; una de esas políticas que están marcadas desde los gobiernos y este es el tipo de información que el común de los mortales y me refiero del ciudadano europeo medio desconoce.
Esta es una de las cosas que más enfurece al ciudadano europeo, el verse afectado por decisiones que realmente no saben dónde están tomadas, esto es lo grave y la falta de democracia y de transparencia que es fundamental para una democracia sana.
¿Realmente las políticas las marcan los gobiernos? Porque la presión del sistema financiero sobre los gobiernos es demasiado fuerte. ¿Dónde está el verdadero poder que toma las decisiones en Europa?
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Ese es el tema, que las decisiones oficiales se tomen por parte de los gobiernos no quiere decir que las decisiones reales no sean tomadas en oscuros consejos de administración de grandes poderes, de grandes bancos, de grandes multinacionales. Estoy totalmente de acuerdo contigo; es decir tenemos que tener muy claro quien gobierna realmente y esta es otra de las cuestiones que enfurece al ciudadano medio porque no saben realmente a quien dirigir su furia, su ira porque las cosas no van bien, van mejor que en otros lugares del mundo pero no van como es deseable y se dirigen siempre hacia los objetivos enfocados y normalmente siempre hacia los más débiles, eso es lo mas triste de todo, hacia el extranjero, hacia el inmigrante, hacia el pobre, hacia el diferente, en definitiva.
Tengo que decir que estoy muy preocupado a nivel personal por el ambiente en todo el mundo, también en vuestro continente se está empezando a asemejar demasiado al ambiente que vivía el mundo en los años 30 del sigo XX y ya sabéis todos como acabó aquello.
Todas las agresiones xenófobas que ha habido últimamente, los ataques contra los inmigrantes y todo este auge en votos que ha tenido la extrema derecha en Alemania, han tenido respuesta del pueblo alemán. Las acciones anti racistas, festivales, manifestaciones muchas veces se ve más gente en las marchas anti racistas, que las de los racistas. ¿Cómo es esta tensión entre estas dos Alemanias: una Alemania que mira hacia el futuro y una Alemania que sigue reivindicando su peor pasado?
El movimiento antifascista y antinazi en Alemania, sobre todo a partir de los 60`s, a partir de mayo del 68, tuvo siempre un gran peso en este país y lo sigue teniendo. Los grupos antifascistas siempre se han preocupado de intentar boicotear cualquier tipo de homenaje hacia el nacionalsocialismo o sus dirigentes en los últimos 40 o 50 años. Sin embargo, ahora mismo, ha trascendido ese marco, es decir, la oposición a las acciones y manifestaciones xenófobas ya ha alcanzado a un porcentaje muy elevado de la población; los ciudadanos normales que no se movilizaban, se están empezando a movilizar para mostrar que Alemania es mucho más que un grupo de racistas y xenófobos y esta es una cuestión bastante bonita también.
Antes hablabas de ese momento crítico cuando Angela Merkel recibió ese contingente de refugiados y así como habían manifestaciones que le reprochaban a Merkel su llegada, también habían un montón de alemanes que dijeron “Welcome Refugees” y que les abrían sus casas.
Alemania es un país muy contradictorio en lo bueno y en lo malo y al mismo tiempo que encuentras esa gente muy cerrada y muy cargada de odio, hay gente llena de generosidad y de amor hacia los demás. Hay un punto que quería mostrarles que yo denomino “la anomalía alemana”. Sabemos que, históricamente, la extrema derecha suele triunfar en momentos de crisis o estancamiento económico importantes. Esto es algo que aquí no está ocurriendo. Es decir, la locomotora económica, como se denomina Alemania en Europa sigue a toda marcha. Tenemos unas tasas de paro que son un sueño para cualquier economista, por debajo del 5%; tenemos una población que en todas las encuestas aparece muy satisfecha con la situación económica, con la marcha del país y, sin embargo, no paran de crecer los votos de la extrema derecha. Esto es una anomalía histórica sociológica, es decir algo así, al menos yo que tengo la historia contemporánea un poco trillada, puedo decir que no se ha visto en otro país en los últimos 100 años.