Por Esteban Zapata (texto y fotos)
Con la consigna “educación sexual para prevenir, anticonceptivos para disfrutar, aborto libre para no morir”, colectivos en defensa de los derechos de las mujeres y las personas gestantes, y la ciudadanía en general, se convocaron este viernes 28 de septiembre para exigir el aborto libre en Ecuador.
Desde las cinco de la tarde una lluvia de color verde que no tardó en convertirse en marea, se organizó fuera de la Fiscalía General del Estado para ultimar detalles y emprender el recorrido hacia el Palacio de Carondelet. Con una sensación generalizada de alegría, niñas, jóvenes y adultas preparan sus carteles, se pintan la cara y amarran los pañuelos verdes que se han convertido en el símbolo de la lucha en favor del aborto a nivel mundial. También reparten las consignas y recomendaciones para permanecer cuidadas durante toda la marcha.
En el manifiesto del Día de lucha por la despenalización y legalización del aborto en América Latina, el colectivo organizador menciona que las actuales leyes que penalizan el aborto solo han servido para criminalizar la práctica sin generar mejores condiciones de vida para las mujeres y personas en capacidad de gestar, golpeando sobre todo a las mujeres más empobrecidas. Por esto, “penalizar el aborto es penalizar la pobreza”.
Las mujeres inician el recorrido al son de los tambores y con canciones que llaman a enfrentar un sistema manejado y controlado por el machismo en todas sus escalas. “Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal”, se escucha en toda la columna de la gente que avanza por la avenida 12 de octubre hacia la Asamblea Nacional, y también “si el Papa fuera mujer el aborto seria ley” al ritmo del carnavalito.
Los últimos rayos de sol desaparecen pero las bengalas de humo verde marcan el camino para continuar. Después de una breve escala en la Maternidad Isidro Ayora, la ola verde que sigue creciendo avanza por el parque de la alameda para ingresar en el centro histórico de Quito. Nada detiene la caminata de emancipación.
“El miedo nunca conquistó derechos” dice el cartel de una de las manifestantes, mientras otro cartel recuerda que “legalizar el aborto no obliga a abortar a nadie”. Según los datos de la comisión organizadora de la marcha, en el país más de 300 mujeres han sido enjuiciadas en los últimos años por haber abortado”, ejerciendo poder y violencia sobre aquellas mujeres que toman esta decisión. Por eso exigen que la Fiscalía “cese la persecución sobre quienes decidimos por nuestros cuerpos”.
Llega la noche y la marcha continúa, la marea verde avanza por el centro de Quito y seguirá avanzando hasta lograr que el Estado ecuatoriano y el resto de países de la región comprendan que legalizar el aborto es un tema de salud pública prioritario y urgente, que debe facilitar el acceso de las mujeres y personas con posibilidad de gestar a servicios de salud integrales, oportunos y amigables. Este 28 de septiembre fue un día de lucha en América Latina y el Caribe que recuerda -y es un homenaje absolutamente premeditado- al final de la esclavitud.