El miércoles 5/9, organizaciones de la Agricultura Familiar realizarán un “semillazo” para frenar un nuevo impulso legislativo que permitiría privatizar las semillas a favor de empresas como Monsanto-Bayer.
“Quiénes controlan las semillas, controlan la agricultura y la alimentación”, sostuvo Nahuel Levaggi de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). Desde la organización de pequeños productores, que reúne miles de familias en todo el país, explicaron que no hace falta ninguna modificación.
En la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados hay cinco proyectos presentados y un borrador propuesto por el Ejecutivo, que todavía no fue circulado oficialmente. Las organizaciones agrícolas alegan que la intención del Gobierno Nacional, la Sociedad Rural y las semilleras multinacionales es limitar el uso propio (libre) de las semillas. El objetivo: que las multinacionales recauden más para, supuestamente, mejorar la tecnología. La realidad es que el paquete tecnológico de agrotóxicos y semillas transgénicas no mejora; genera más dependencia, es cada vez más caro y contamina. Justamente, por el fracaso de esta tecnología, sus impulsores buscan controlar los mercados para que no se les escape nadie. ¿Cómo lo harán en Argentina? Igual que lo intentaron hacer en otros países, donde quienes producen alimentos también se resistieron. Según dice el borrador, empresas podrán apropiarse de semillas bajo la figura de la propiedad intelectual y el Instituto Nacional de Semillas (INASE), en uso de poder de policía, podría acceder a los campos. Lo peor, es que el INASE también podría delegar esta facultad a un ente privado.
La modificación a la Ley de Semillas actual (N° 20.247) crea un mecanismo de renta que fortalecerá la posición dominante de tres empresas multinacionales que controlan el 59,8% del mercado global de semillas. Hoy, luego de las fusiones de los últimos años, Monsanto-Bayer controla el 29,3%, Dow-Du Pont el 21,3% y Syngenta-ChemChina 9,2%. Junto a BASF, las mismas controlan el 65% de las ventas mundiales de agrotóxicos.
“Una ley de semillas que da más poder a empresas como Monsanto-Bayer sólo puede traer más contaminación, menos alimentos saludables y mayores costos de producción”, sostuvo Nahuel Levaggi, desde la UTT.
El argumento de la necesidad de las multinacionales para el desarrollo tecnológico es falso. Las familias de la UTT conformaron un Consultorio Técnico Popular (CoTePo) mediante el cual, con la capacitación campesino a campesino, han desarrollado su propia tecnología agroecológica. Fabrican sus propios bioinsumos, tienen menos costos y ni en el campo ni en la comida hay riesgo de contaminarse. “Producir nuestras propias semillas nos da libertad, no permitiremos que nos la quiten.” Afirmó Maritza Puma, miembro de UTT y promotora de CoTePo.
Miércoles 5 de septiembre, desde las 10 horas, las organizaciones agrarias representativas de la agricultura familiar y campesina, convocan un semillazo en Plaza de los dos Congresos para decir NO a la Ley Monsanto-Bayer. A las 11.00 será la conferencia de prensa, luego habrá charlas abiertas y a las 14.00 se realizará una audiencia pública en la Cámara de Diputados de la Nación.