Por Andrés Figueroa Cornejo
Democracia horizontal, transparencia, igualdad de género, mística de combate y derechos sociales. Razón y pasión. Memoria y convicción de ganar. Ese fue el clima y los modos que abrazó la fundación de la Central Clasista de Trabajadores y Trabajadoras de Chile, CCTT, este primero de septiembre en la sede sindical de los trabajadores panificadores, anclada en la comuna de La Reina de la capital del país andino.
Delegados de más de 240 sindicatos que representan a más de 20 mil asalariados asociados a organizaciones laborales de todo Chile, se dieron cita para votar los principios, estatutos y el plan de lucha de la nueva multisindical, heredera directa de Luis Emilio Recabarren y Clotario Blest, figuras nucleares en la historia de la mayoría social que no tiene más que su fuerza de trabajo para sortear con algún decoro su vida en Chile. Esa “mercancía especial”, la única que produce valor: el trabajo humano.
No por accidente el encuentro inaugural que eligió a su directorio nacional de transición, fue clausurado con la entonación de La Internacional y el grito de ‘trabajadores al poder’. ¿Descontextualizado, anti histórico, extemporáneo? No. Actualidad incesante y necesaria como el agua en el territorio más capitalista del planeta, ese que se hunde en el témpano austral.
“El amor a la clase social de los oprimidos”
El Presidente de la primera dirección nacional de la CCTT es el líder de la Confederación General de Trabajadores, Manuel Ahumada Lillo, además, uno de los sobrevivientes del golpe de Estado de 1973. “Aquí se reúne el grupo social más selecto entre los asalariados organizados que luchan en contra del capital y que jamás han renunciado a exigirle a la patronal lo que les corresponde”, dijo Manuel, y añadió que, “el primer paso que hemos dado, y en el que debemos continuar empeñados, es reunir a todas aquellas fuerzas dispersas que luchaban casa una por su lado. Más allá de nuestras diferencias, prima el trabajo comprometido y amoroso con nuestra clase trabajadora”.
-Hoy han elegido una dirección nacional provisional…
“Ello lo hemos dejado muy claro. A esta dirección aún no la han votado todas y todos los trabajadores. El proceso de constitución de la CCTT culmina con la elección directa, informada, secreta y universal de cada uno de quienes componen las bases sindicales. Para llegar a ese punto, nos hemos dado como máximo un año desde ahora.”
-¿Y quién los financia?
“Nosotros mismos a través de cuotas sindicales. O sea, será una Central autogestionada, una de las condiciones necesarias para nuestra independencia y autonomía. Detrás nuestro no existen, por principio, fundaciones nacionales o extranjeras, ni ONG, ni partidos políticos, ni menos el Estado.”
-¿Qué los diferencia del resto de las centrales sindicales existentes?
“Que las organizaciones sindicales que nos componen son las que le dan las características al instrumento de lucha que acabamos de inaugurar. No hay ley del Estado que les diga a las y los trabajadores cómo deben organizarse. Entonces, nuestra conducta le puntualiza al Estado las maneras y los contenidos con que deseamos agruparnos. Lo hacemos por derecho propio, soberanamente, sin permiso de nadie. Asimismo, nos distancia de las demás centrales la decisión de la elección universal.”
-Algunas centrales han manifestado que el 2020 realizarán elecciones universales…
“Lo sabemos. Como también sabemos que detrás de esas intenciones lo que manda son posiciones de partidos políticos. En la CCTT también hay militantes de organizaciones políticas, así como una mayoría que no milita en ninguna. Sin embargo, lo que nos unifica es que los intereses profundos de la clase trabajadora están por sobre cualquier grupo de interés o partidario. Aquí somos todos uno solo. Por eso invitamos a los que todavía no están junto a nosotros a que se hagan parte de este proceso. La CCTT es un espacio de derechos y deberes, y sin los que faltan, no funcionará. Y ofrecemos la seguridad irrestricta de que en la recién fundada CCTT no se negociarán las demandas de los sindicatos a espaldas de los asalariados. Mediante el propio desarrollo de nuestras fuerzas nos hemos impuesto la concreción del grito histórico de ‘trabajadores al poder’”.
-A propósito de los últimos acontecimientos concurrentes sobre el mundo de los DDHH, para el golpe de Estado de septiembre de 1973, tú fuiste capturado por los militares.
“Soy sobreviviente de un campo de prisioneros políticos. Pero no me victimicé. Conmigo van los once ferroviarios fusilados con quienes me reuní antes de su asesinato, el 6 de octubre de 1973. Yo tenía 17 años. El último día que nos reunimos, hicimos un compromiso: mantener las banderas de la clase trabajadora siempre arriba. No se trató de un discurso político. Fue una conversación cruzada por el amor hacia la clase de los oprimidos. Y me ha tocado a mí el honor que, en verdad, les debió competir a ellos. Sí, fue un momento doloroso de nuestra vida, pero no nos silenciaron. Quisieron sepultarnos, sin embargo, aquí estamos: orgullosos, enhiestos, dignos, apasionados, alegres, vivos.”
“Nos junta la esperanza activa, incluyente y protagónica de las y los trabajadores”
La Secretaría General de la flamante Central quedó a cargo de una dirigente de la industria del subcontrato y en particular del call center, Isolina Acosta. “Lo más sobresaliente de hoy es la voluntad de tantas y tantos de cambiar el país. Nos junta la esperanza activa, incluyente y protagónica de las y los trabajadores”, y añadió que, “en nuestros fundamentos se encuentra la lucha en contra del imperialismo, del capital, del fascismo, del patriarcado, y por el ecosocialismo, la inclusión migrante, y de los pueblos originarios y su resistencia. Nosotras vivimos en carne propia la súper explotación, la precarización laboral, las pésimas condiciones de vida. Ello nos mueve a transformar la realidad.”
-Tú me hablaste alguna vez de la idea de crear un polo social, más allá de la propia organización de las y los asalariados…
“El enorme desafío de cambiar el actual estado de cosas, precisa de las fuerzas sociales más amplias posibles. De otro modo no podremos vencer. Imagínate que aún existe una fuerza de trabajo de más de siete millones de personas que no está organizada.”
-¿Y qué ocurre con las entidades sociales que por mil y un motivos no pueden sindicalizarse, pero que también luchan según los principios que ustedes abrazan?
“No nos queda más alternativa que acudir a la imaginación y crear formas nuevas, inéditas, de organización sindical, independientemente de los modelos estrechos con que el propio sistema de dominación nos encorseta. Mira: de la legalidad tomamos lo que nos sirve y todo lo demás, lo inventamos.”
“El futuro está lleno de combates”
La Tesorería de la CCTT también tuvo impronta de mujer y de trabajadora de la Salud de los empleados públicos más precarizados y empobrecidos del Estado, Catalina Rojas. “Lo que hoy ha pasado es un hito histórico para la clase trabajadora. Acabamos de dar un salto para la construcción de una plataforma que realmente defienda nuestros derechos”, enfatizó la funcionaria pública a honorarios.
“Las entidades sindicales existentes hasta ahora, han acabado conciliando los intereses de las y los asalariados con los intereses de los capitalistas, intereses imposibles de concordar, salvo que conciliación signifique que predomine siempre el bienestar de la minoría patronal a costa nuestra”, declaró Catalina.
-Tú sintetizas dos factores potentes en esta hora: eres feminista y una joven trabajadora.
“Ser joven es un valor que ayuda a combatir las viejas y malas prácticas del sindicalismo conocido. Y ser mujer, una persona doblemente explotada y oprimida, nos impone el desafío de emancipar al género femenino que hace parte, la mitad, de la humanidad y de la clase trabajadora.”
-Al menos en el plano del relato, otras centrales sindicales también relevan el papel de la mujer en la sociedad…
“Nosotras nacimos e hicimos nacer una central de clase, no ya para recoger las migajas que caen de la mesa del capital, sino que para transformar radicalmente la sociedad. Contamos con una plataforma multisindical que tiene objetivos de corto, mediano y largo plazo. Además de contener métodos de organización ligadas a la democracia participativa no sólo como un bien en sí mismo: también como una forma eficiente de antídoto en contra de la burocracia sindical.”
-Como una joven trabajadora feminista de clase, y no una joven feminista liberal, ¿qué convocatoria haces a las tantas mujeres trabajadoras que comparten esa visión de mundo?
“A luchar en sus lugares de trabajo, de estudio, en sus casas. El futuro está lleno de combates no únicamente económicos, sino que sobre todo políticos, y especialmente en el campo simbólico, cultural, subjetivo. Es preciso erradicar las conductas y relaciones patriarcales provenientes del Estado capitalista, como también las existentes entre las mismas organizaciones nuestras. Y el llamado es para los hombres también. El feminismo de clase contempla todos los géneros. Para cumplir nuestros objetivos necesitamos sacarnos al patrón de la cabeza, crear vocación de poder, creer y confiar en nuestras propias fuerzas.”
El cinco de septiembre, la CCTT realizará un acto público en el teatro Camilo Henríquez, ubicado en el Círculo de Periodistas, a las 19.00 horas, en la calle Amunátegui 31, Santiago-centro.
La tarde se desploma sobre Santiago de Chile. El periodista que apura el presente texto revisa mentalmente el calendario. “Las cosas que hay que ver”, se dice, “todavía estamos a inicios de septiembre y ya parece primavera”.