Desde el mes de abril, daba vueltas en mi cabeza como podía ser que un militar, de armas tomar, haya logrado cambiar su actitud y por medio de la “Revolución de Terciopelo” instalar en Armenia la idea de vivir en Paz, en Amor y tolerancia.
Estuve 20 días allí, y el contacto con la gente, el conocimiento de Armenia por dentro, de la profunda, de la realidad diaria me llevaron a seguir averiguando, lo que el Primer Ministro Nikol Pashinian anunció.
Hoy en la cumbre en homenaje a Nelson Mandela, el mismo Primer Ministro comunicó que durante su año de detención, luego de una intensa lectura, había integrado a su acerbo las enseñanzas de Mandela.
Consiguió así el apoyo de todos los jóvenes, y si bien tiene quien contraponga su posición, en primer lugar los grupos que se enriquecieron ilícitamente durante los gobiernos anteriores, y por otro los aún descreídos de su capacidad como dirigente, él continúa con el apoyo mayoritario de su pueblo, y en especial de los jóvenes, quienes sienten y piensan que ya no les queda muchas alternativas, y que combatir la corrupción es el único camino.
No es fácil, en un pequeño país, sovietizado durante 70 años, rodeado de dos países enemigos, uno que bloquea y otro que viola el alto el fuego casi diariamente, luchar contra lo externo y lo interno. Sin embargo, hay un convencimiento casi profundo que el presidente va a lograr vencer todos estos obstáculos e implantar la Armenia del amor, la tolerancia y la paz que una mayoría quiere.
De hecho su candidato para la Intendencia de Yerevan, la capital, el pasado domingo ganó con amplia diferencia las elecciones, aún teniendo en cuenta que votó algo más del 30% de la población apta para hacerlo.
Armenia, un hermoso país, con enormes posibilidades de salir adelante, desarrollarse en muchas áreas, con mucha gente que apuesta a quedarse en su pueblo, en su terruño, forjando el día a día a brazo torcido. Junto a la República Autónoma de Artsaj (antigua Nagorno Karabagh) forman una superficie de unos 40.000 km cuadrados de gente poderosa dispuesta a darlo todo de sí por ese pedazo de tierra, desde donde se lanzó nuevamente la civilización a partir del arca de Noé, y desde dónde se espera, resurja una nueva humanidad, más humana, más tolerante más basada en el amor y la comprensión.