Los sindicatos afiliados de la CSI en Argentina, CGT, CTA-A y CTA-T anunciaron una huelga general para el 24-25 de septiembre en oposición a las medidas de austeridad previstas por el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional. Esta semana, salieron a la calle manifestantes en Buenos Aires para advertir las dificultades extremas que viven las familias afectadas por la espiral de la inflación, antes del regreso de una misión del FMI para negociar una posible reprogramación de los desembolsos del préstamo de 50 mil millones de USD del Fondo.
El acuerdo de préstamo se aprobó en junio después de que la moneda argentina perdiera un tercio de su valor en los primeros seis meses de 2018. Hace dos semanas, el presidente Mauricio Macri publicó un vídeo en el que afirmaba que el FMI había consentido una aceleración de los pagos de sus préstamos. Al saberse que no existía tal acuerdo, el peso cayó rápidamente otro 15 por ciento.
Desde entonces, Macri y su ministro de Finanzas han anunciado medidas de austeridad adicionales con el fin de eliminar el déficit fiscal primario para el próximo año y ya no en 2020, como lo había exigido inicialmente el Fondo. El mandato de la misión del Fondo es discutir sobre el “fortalecimiento del programa respaldado por el FMI”, que podría incluir la reprogramación de los pagos. El FMI no ha anunciado un calendario para un posible acuerdo revisado, pero los funcionarios gubernamentales han dicho a los medios locales que esperaban concluirlo a fines de este mes.
La economía argentina ya se encuentra en recesión y es probable que una nueva ronda de medidas de austeridad la prolongue hasta 2019, contradiciendo las previsiones del Gobierno según las cuales el crecimiento del PIB retornaría el próximo año. Si el FMI respalda una austeridad más severa en Argentina, puede llevar a una repetición de los escenarios de espiral descendente a los que contribuyó en varios países europeos a principios de esta década. Las drásticas medidas de “consolidación fiscal” apoyadas por el FMI desencadenaron recesiones que duraron varios años en España, Portugal, Grecia, Chipre y Croacia.
La Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow, señaló que “El Gobierno y el FMI parecen dispuestos a imponer medidas devastadoras que recaerán sobre todo en los trabajadores, las trabajadoras y las personas de bajos ingresos, y coartarán cualquier posibilidad de desarrollo sostenible para la economía del país”. El movimiento sindical internacional apoya a nuestros compañeros y compañeras sindicalistas argentinos al rechazar la austeridad fallida y exigir soluciones que ayuden a la economía real en lugar de limitarse a seguir los mandatos de los mercados financieros”.