1. Los Humanistas somos latinoamericanistas y propiciamos las buenas relaciones y la cooperación entre los países de la región. En este sentido priorizamos siempre el diálogo como forma de resolución de los posibles conflictos existentes entre ellos.
2. Entendemos que, mas allá de los tratados y acuerdos firmados en algún momento, los conflictos están verdaderamente superados cuando ambas partes así lo consideran y los pueblos experimentan la solución como justa, posibilitando el desarrollo de una sana hermandad entre ellos.
3. Con respecto a la demanda boliviana interpuesta ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya para forzar un diálogo con Chile respecto a una salida soberana al mar, consideramos que independientemente de cual sea el fallo, la obligación de nuestro país es generar las condiciones que ayuden avanzar hacia una solución definitiva de esta sentida demanda del pueblo de Bolivia.
4. La existencia de organismos de complementación y, en algunos casos, de resolución de conflictos entre países, son sin duda un gran avance histórico, que han permitido en muchísimos casos superar la primitiva forma de la confrontación bélica para la superación de diferencias existentes.
5. Validamos esos espacios como una clara señal de avance del ser humano en su humanización, ya que lo elevan por sobre instintos propios de etapas anteriores de su evolución. Al contrario, consideramos como anti-humanistas aquellas conductas que lo retrotraen a su prehistoria y que reponen la confrontación y las guerras como forma de resolución de los conflictos.
6. En este sentido consideramos indispensable que antes de conocer el fallo e independiente de cuál sea este, nuestro país asegure su reconocimiento.
7. Alertamos contra algunas voces que han surgido promoviendo la salida de Chile del Pacto de Bogotá y las denunciamos como anti-humanistas. Este tratado ha sido parte de la política regional de nuestro país desde 1948 y una muestra de nuestro convencimiento y compromiso de la forma que consideramos en que debe ser resuelto cualquier posible divergencia o conflicto.
8. Por último, reivindicamos nuestra libertad de pensar distinto a las posturas de un gobierno del que no somos parte y con el cual no compartimos en absoluto su ideología, rechazando la burda manipulación que busca uniformar tras su concepción y mirada, la diversidad de proyectos respecto al futuro de nuestro país, la región y el mundo.
Equipo de Coordinación Nacional