No hay ninguna emergencia de racismo. No es una emergencia. La emergencia es una sustancia manipulable, que sólo sale cuando es necesario.
En un pequeño pueblo de las Marcas, un fanático armado dispara al azar a jóvenes africanos en la calle. No es racismo, es venganza.
En la ciudad, cuna del Renacimiento, un llamado hombre deprimido dispara al azar a un hombre negro matándolo en la calle. Esto no es racismo. Sólo quería subir la moral.
En Calabria, un joven sindicalista negro fue asesinado a tiros. Esto no es racismo. Tal vez estaba robando. Tal vez.
Múltiples disparos desde coches y motocicletas a jóvenes desprevenidos de origen africano que pasan por las calles de las ciudades del sur y la parte central del norte de Italia. No es racismo, es plomadas, armas, pistolas y rifles de aire comprimido. Sólo son bromistas.
En la capital, un disparo con un rifle de perdigones de plomo golpea a un niño romaní que corre el riesgo de quedar paralizado. No es racismo, ha sido golpeado por la ventana.
En Sicilia un joven negro es atacado mientras trabaja, en el Lacio un hombre del norte de África es asesinado por un proyectil. No es racismo, quizás se trate de supuestos ladrones, estamos empezando a hacer justicia por nuestra cuenta. Como medida preventiva, nunca se sabe si estaba pensando en robar.
En el Piamonte civil y nórdico en cambio arrojan huevos en la cara a la gente. Una joven negra corre el riesgo de perder la córnea. Esto no es racismo. Son idiotas que se divierten demasiado.
Un camión cisterna estalla en Emilia: un muerto, mucho temor y tantos heridos, un policía se convierte en un héroe. Las autoridades se apresuran a consolar a los familiares de las víctimas y a felicitar al héroe. En las mismas horas en Apulia, una furgoneta llena de africanos que regresan del trabajo en los campos de tomates choca con un camión y mueren doce. Es el segundo episodio en pocos días y sin duda es responsabilidad de los caporales. Los cuerpos permanecen en el asfalto durante más de nueve horas. Las autoridades, después de haber ido y vuelto de Emilia, van allí a prometer justicia, pero antes que nada limpiarán el gueto donde viven los trabajadores, con y sin documentos, sin decir dónde serán reubicados. Esto no es racismo. Se trata de…, …
El delito legítimo ya ha superado la frontera.
Ahora veamos qué harán con la legítima defensa.