Ante los peligros creados por unos pocos Estados poseedores de armas nucleares, el 7 de julio de 2017 una abrumadora mayoría de los Estados de las Naciones Unidas, con el apoyo de la sociedad civil, aprobaron el Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares (TNP). A pesar de la oposición diplomática de Francia y de las demás potencias nucleares, este tratado está despegando en el marco de las relaciones internacionales y de los actores económicos y sociales, como instrumento para combatir y eliminar las armas nucleares.
El Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares, que se basa en los fundamentos del derecho internacional humanitario, fortalece la seguridad internacional y la no proliferación nuclear y promueve el desarme de conformidad con los compromisos de los Estados miembros de las Naciones Unidas, incluido el Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares (TNP). El TIAN -que ya cuenta con 59 Estados signatarios, incluidas 11 ratificaciones- entrará en vigor a finales de 2019, a principios de 2020. Las armas nucleares serán entonces totalmente ilegales.
Las armas nucleares plantean un problema innegable de inseguridad mundial: cualquier detonación deliberada, errónea o accidental tendría consecuencias humanitarias catastróficas. Sin embargo, los Estados democráticos y no democráticos mantienen, modernizan y renuevan sus arsenales nucleares. En lugar de contribuir a una mayor seguridad internacional, Francia participa en esta carrera de armamentos nucleares.
Muchos parlamentarios de los países miembros de la OTAN están presionando a sus gobiernos para que trabajen en esta cuestión y no le den la espalda a este progreso, como lo está haciendo Francia. Desde el punto de vista económico (los bancos belgas KBC y alemán Deutsch Bank, y el fondo de inversión holandés AFB) han decidido adoptarla en su política de inversión. Estas instituciones bancarias ya no financiarán a las compañías involucradas en la producción de armas nucleares.
Ya es hora de que Francia afronte su política de disuasión, sin tabúes. Porque una oposición duradera al TIAN no significa nada más que tomar partido por las armas nucleares, las armas más destructivas jamás inventadas. ICAN Francia le anima a convertirse en miembro de este tratado y a unirse al movimiento para fortalecer la seguridad para todos.