El día de hoy se vota en el senado de Chile en lo general la ley que pone fin a la prescripción de los delitos de abuso sexual.

Mi derecho al tiempo, al momento congelado en que mi cuerpo es abusado, mi derecho a detener ese momento, es mi derecho a bloquearlo muchas veces porque mi conciencia no desea verme sufrir.

Mi derecho al tiempo es recordar en silencio por los años que sea necesario, en noches de pesadillas perturbadas y sudorosas sus manos rasposas, sus manos asquerosas y lentamente ir sacando de mi.

Mi derecho al tiempo, es mi derecho a reconocer mi limpieza, mi no culpabilidad, es el tiempo necesario para intentar comprender, entender, lo que no busque, lo que no elegí, entender que mi cuerpo rechazo, grito en silencio, que mis ojos en ese momento te dijeron detente y tu asqueroso abusador no escuchaste.

Mi derecho al tiempo, es el que necesito para poder empezar a hablar, lentamente, poco a poco, uno a uno, primero a esa persona que me acompaña, luego a otro, a la familia, amigos, amigas, parejas.

Es el derecho que tenemos de esperar ese momento donde podemos decir necesito ayuda, ya no quiero ni puedo guardar esto dentro mio.

Mi derecho al tiempo, es el derecho que tengo, que tenemos, para poder reconocer que fuimos abusados, que sobrevivimos a un abusador, es el tiempo que necesitamos para ponernos de pie y dejar de callar, y poder gritar, denunciar, acusar, buscar la justicia.

Necesitamos ese tiempo, que nos permita reconciliarnos con ese momento impuesto con fuerza, necesitamos ese tiempo de comprensión y sanación interna.

Y si ese tiempo demora años, entonces la justicia debe esperar esos años necesarios para poder tomar al agresor y juzgarlo.

Hoy necesitamos en Chile la aprobación de la ley que pone fin a la prescripción a los delitos de abuso sexual.

Lo primero es el ser humano, valor central de la nueva cultura.

 

/Texto: Helmut Kramer, Miembro del Movimiento Humanista/