Nos comunicamos en Continentes y contenidos el martes 29 de mayo con Víctor De Currea-Lugo, escritor, profesor universitario y analista político.
Víctor, necesitamos que nos ayudes a entender qué ha sucedido allí en Colombia. Hemos mirado las elecciones con cierto escepticismo, sabíamos que la derecha era muy fuerte, que todo el aparato histórico del uribismo estaba detrás de esta candidatura de Duque, sin embargo Petro fue llenando las plazas de los pueblos durante semanas y, finalmente, logró meterse en la segunda vuelta. ¿Cómo nos explicarías esto para que lo podamos entender desde tan lejos?
Es un poco complejo. Vale decir que los discursos políticos han calado y han polarizado mucho el país. Por un lado, como ustedes bien lo decían hay una derecha en el nombre del señor Iván Duque, un perfecto desconocido hace un año, pero gracias al apoyo del uribismo, que ha marcado buena parte de la tendencia política en Colombia en los últimos 16 años, se consolida con más de siete millones de votos como el candidato más votado hasta el momento. Hay escándalos por fraudes que ya se han documentado y ese es un debate que está abierto en el país.
Por otro lado, tenemos dos candidatos que no hacen parte de las maquinarias, ni hacen parte de las élites dominantes: Gustavo Petro, quien ha representado exactamente el antisistema, quien ha mostrado banderas que no son otras, curiosamente, que el estado social de derecha, de derecho, perdón. El estado social de derecho, es decir, nada que se aleje de un capitalismo de estados decentes como los que hay en Suecia o en Noruega o en Dinamarca. Pero aun así, esa propuesta les asusta profundamente a las élites colombianas. Recordemos, para los oyentes, Colombia es el tercer país más desigual del mundo. La desigualdad en Colombia es brutal. Entonces, Petro al plantear u n estado social, claro que plantea un discurso que confronta el estatus quo.
Y el tercero es Sergio Fajardo, quien con su campaña logra recoger un número importante de votos. Lo interesante, en todo caso, es que ha votado más gente de la que solía votar anteriormente. Pero, en todo caso, la abstención sigue siendo alta.
La abstención sigue siendo alta y diría que no hacía falta que te corrigieras, querías decir estado de derecho y lo que vivimos es un estado de derecha, y sobre todo los colombianos, desde hace tanto tiempo, que ya lo tienen muy interiorizado. Lo que quería saber es que me contaras, de Iván Duque me decís que no lo conocemos porque no tiene una trayectoria política detrás, que hace un año era un desconocido, contanos brevemente cómo lo podríamos describir.
A ver, él es un funcionario de la Banca Internacional, es un empresario y amante de las políticas neoliberales. En sus opiniones públicas se ha mostrado muy de parte de ese estado de derecha, que mencionábamos antes y es una persona que rechaza el aborto, rechaza el matrimonio homosexual, cree en la libre empresa, cree en la libertad de mercado. Incluso propuso trasladar la embajada de Colombia de Tel Aviv a Jerusalén. Es decir, toda esa agenda neoliberal de derecha que es común a muchos mandatarios, él la repite. Con un grave problema y es que los que seguimos la política colombiana, sabemos que no tiene una personalidad para enfrentar a Uribe y, por tanto, creemos que va a ser un gobierno “en cuerpo ajeno” y el gobernante real va a ser el señor Uribe. ¿Eso qué quiere decir? Que estamos frente a un panorama de 2002 a 2010 que se repite. Un gobierno de un profundo revanchismo, pero lo más grave es que están los datos para que los oyentes no crean que esto es un discurso político vacío. Las desapariciones forzadas, el desplazamiento, los crímenes de estado, las persecuciones, las detenciones arbitrarias y todos los números en materia de derechos humanos que se vivieron 2002/2010 que tanto pánico han generado en Colombia podrían volver en un eventual triunfo de Iván Duque como presidente.
Me gustaría que me hicieras una breve descripción de Gustavo Petro. A Petro lo conocemos un poco más porque fue alcalde de Bogotá, porque tiene todo un recorrido político mucho más rico, más interesante. Pero cómo se encuentra ahora, en qué momento de su vida, en qué momento de su carrera política.
Petro fue un militante de izquierda, él perteneció a las guerrillas del movimiento M19, estuvo en la cárcel, pagó lo que tenía que pagar. No está comprometido con crímenes de sangre y nunca ha negado su pasado. Eso es, como podríamos decir de Mujica o del vicepresidente de Bolivia, o de Dilma Rousseff, ellos nunca han negado su pasado, punto. Ahora, como alcalde de Bogotá tuvo unas grandes presiones que buscaban torpedear su gestión, sin embargo, hay pruebas irrefutables, en términos de desarrollo del estado social, de disminución de la pobreza, de mejoramiento de acceso a la salud, de apoyo a los más vulnerables y eso es una realidad que está ahí. Ahora, de lo que se trata es de lo siguiente y es cómo se van a decantar las otras fuerzas políticas. Entonces, el profesor Sergio Fajardo y los que le siguen, han sido llamados desde el uribismo, pero también desde el sector de Petro. Cuando uno mira programáticamente, las coincidencias entre Duque y Fajardo, que es la tercera fuerza, coinciden en 7 puntos de 24, mientras que Fajardo y Petro coinciden en 16, 17 puntos de 24. Lo que uno es que hay una mayor identidad política, lo que pasa es que Colombia es un país donde hay muchos caciques y pocos indios, los egos de las personas terminan por dañar las propuestas políticas y ese puede ser un fenómeno grande que nos encontremos.
Si quienes hemos sido partidarios de la paz votamos en bloque, es decir los que votaron por Humberto De la Calle, Fajardo y por Petro significaríamos el 51 % de los votos y podríamos derrotar al uribismo. El uribismo sumando a Vargas Lleras y al candidato Duque, más o menos daría el 49 %. Pero la cosa no está tan clara y el debate político está abierto.
Sí, de hecho, mirándolo desde lejos uno se pone con la calculadora en la mano y se pone a sumar los votos de un lado y los votos del otro y dice “bueno, pero acá tendría que haber un presidente, no sé si de izquierda, pero al menos progresista en Colombia” y sin embargo eso no está garantizado por esto que nos estabas explicando de los egos, las divisiones y demás. Pero, ¿te parece que es posible animar a más gente a votar? Yo sé que quienes fueron víctimas de la guerra, de todo el conflicto armado, en muchos casos han tenido que hacer grandes travesías y sacrificios para participar, para votar porque ellos veían la importancia de esto y, justamente, en esas zonas periféricas de la Colombia un poco más olvidada, un poco más abandonada desde el Estado, donde se han dado los mejores números para Petro. ¿Hay margen para recuperar más votos todavía en esos sectores?, ¿va a haber capacidad para moverlo?
Lo que nosotros creemos es que el uribismo, los más de siete millones de votos a favor de Duque ya significan el techo político de los uribistas, no creemos que recoja más votos. De parte de Fajardo y de Petro, creemos que hay un margen de crecimiento. Ese margen de crecimiento se da en que algunos seguidores de Fajardo, como muchos ya lo han planteado abiertamente, deciden votar por Petro, no solo por la identidad política con Petro, sino por su miedo abierto, explícito, a las políticas de Uribe. Y queda otro margen, los 18 millones de personas que no votaron, es tratar de conseguir la voluntad de esos 18 millones, como la tarea que se viene. Parte de la tarea que está estableciendo Duque y el uribismo es tratar de asociar a Gustavo Petro con los errores que se han cometido en Venezuela. Aquí cuando se habla de izquierda no se mira la buena gestión que pueda haber hecho Evo Morales en Bolivia, o la estabilidad económica que le dio Correa al Ecuador u otros ejemplos similares, no, aquí cuando se echa mano para hablar de la izquierda se echa mano de Venezuela. Primero, desconociendo la complejidad venezolana, segundo, negando el bloqueo económico que hay en Venezuela, donde hay una crisis real, por supuesto, pero el mismo Gustavo Petro ha sido claro en decir que no podemos ir hacia un camino como el venezolano, porque eso hay que reconocerlo, la economía venezolana, yo estuve hace poco allí trabajando, está basada en la mentalidad rentista del petróleo. Eso en Colombia no existe y no es, tampoco, lo que buscamos. Por tanto, tratar de equiparar Colombia con Venezuela no es ni inteligente, ni correcto. Pero esa cosa machacona, así como cuando se dice “todos los musulmanes son terroristas” o que “todos los comunistas son ateos, por lo tanto van a quemar curas”, exactamente lo mismo se está haciendo con Petro. Se lo intenta presentar como si fuera un títere de Maduro, cosa que no es absolutamente cierta desde ningún punto de vista.
Se empezaron a tener algunas negociaciones entre algunos sectores de la política, sé que ya parte del Partido Liberal se ha puesto en contacto con la gente de Colombia Humana y han empezado a dar claramente su apoyo hacia la candidatura de Petro. ¿Qué te parece que puede llegarle a ofrecer Petro a la gente de la Coalición Colombia, a Fajardo y compañía? ¿Hay ministerios, hay partes del Estado en las cuales se podría trabajar en conjunto? Vos hablabas de esas similitudes en el programa que tenían.
Exacto. Yo creo que las similitudes son más programáticas, no creo que sea el momento en el que la repartición de puestos sea un argumento sólido. Ahora, lo que sí ha dicho Gustavo Petro es que él invita a Humberto De la Calle y a Sergio Fajardo a ser parte del nuevo gobierno. Eso lo dijo mucho antes de la primera vuelta, los llamados a la unidad los está haciendo desde diciembre del año pasado, por lo menos. Entonces, sí hay una voluntad de acercamiento. Ahora, hay los egos típicos de la política colombiana, la cultura política nuestra es lo que es y no la podemos negar, esto no es Suecia, esto no es Dinamarca, pero creo que hay un sector muy grande de las bases de Fajardo que se van a volcar a votar a favor de Petro. Entonces, creo que por ahí es el debate que viene en los días siguientes, cómo se van alineando las fronteras, cómo se van afrontando y, sobre todo, que hay un punto importante la paz. El candidato Duqeu ha sido muy claro en decir que en caso de triunfar hará trizas, literalmente dijo así, trizas el proceso de paz. No es el caso de Petro. Lo que estamos jugando no es solamente la profundización del modelo neoliberal, el establecimiento de un capitalismo más decente, no, no, no, de lo que estamos hablando es también de un proceso de paz, de cara a siete millones de víctimas que tiene el conflicto armado colombiano.
Quería saber, cómo se vive desde el territorio esta posibilidad de Petro en segunda vuelta, me imagino que va a haber que controlar mucho más todas las urnas, garantizar que no se roben los votos, que lleguen a dónde tienen que llegar, que la comunicación se haga bien… ¿Te parece que hay esperanza en la gente, se vive con alegría o forma parte de la apatía hacia la política que impera?
Hay una suma de impresiones. Por un lado un sector apático que no entiende que lo que está en juego es el futuro del país. Hay un sector de fiesta, de alegría, de tamboreas, de cumbia, que es nuestra música nacional, que es dónde se celebra el triunfo de la cantidad de millones que se dan en número de votos. Y hay un sector con muchísimo miedo de lo que pueda pasar, fundamentalmente de las personas que ya han sido víctimas directas o indirectas del uribismo durante sus gobiernos, es una mezcla de sinsabores. ¿Qué te puedo decir? Que aquí en Colombia la pelea, la disyuntiva que tenemos es entre paz y guerra, entre salida negociada y crímenes. Es posible que Petro cometa errores, Petro no es el candidato perfecto, no hay candidatos perfectos. Es posible que nos equivoquemos los que apoyamos a Petro, pero sin duda, con Duque y lo que representa Duque ya lo vivimos y vivimos la impunidad, la relación con los paramilitares, el neoliberalismo, la privatización de empresas, Uribe se encargó de quitar las horas extras en Colombia, Uribe subió la semana de cotización para acceder a las pensiones, Uribe contribuyó a la privatización de los servicios educativos, Uribe contribuyó seriamente en la responsabilidad de 10 mil crímenes de estado, cometidos y documentados en el país. Uribe es el responsable de una cantidad de detenciones arbitrarias, que se dieron en Colombia por miles. Entonces, es posible que Petro no sea el ideal, pero tenemos que escoger entre un futuro incierto o un pasado que ya conocemos.