En el único país europeo que todavía mantiene y aplica la pena de muerte, Bielorrusia, ha ocurrido algo sin precedentes: el Tribunal Supremo ha suspendido y decidido revisar las condenas a muerte de Ihar Hershankou y Siamion Berazhnoy, condenados el 21 de julio de 2017 por asesinato múltiple.
Desde 1994, el Tribunal Supremo ha confirmado todas las condenas a muerte (se desconoce el número exacto, pero se supone que son centenares) y sólo en un caso el Presidente Alyaksandr Lukashenka concedió un indulto.