Bajo la amenaza de desalojo este domingo y después de casi dos semanas de toma finalmente la autoridad se allanó a estudiar la posibilidad de aplicar las medidas cautelares permitidas por la ley una vez iniciado el proceso formal de denuncia de violencia de género y/o sexual al interior de la universidad Alberto Hurtado. Otras demandas quedaron para más adelante.
El interés es saber qué motiva a las estudiantes tomarse una universidad so pena de expulsión. En entrevista a la vocera asistimos a un conversatorio donde se escucha por primera vez la palabra “separatista” que significaba que solo podían entrar mujeres y disidencia sexual. Habrían otras mixtos. Los muchachos participaban de la toma pero no dormían en su interior, la noche también era separatista.
Lo más sentido en la conversación era la necesidad que la autoridad universitaria abandonara la concepción que la violencia de género y sexual al interior de la universidad era “un asunto entre privados”, un punto que de seguro se repite en todos los petitorios feministas de las 21 universidades que aún están en paro.
Compartimos con ellas la experiencia universitaria en dictadura, en esos tiempos nadie era sujeto de derechos y menos las mujeres, un poco más un poco menos eso se ha mantenido hasta la fecha pero ellas ya no tienen miedo y como dijeron al final de la reunión su lema es -y se lo repiten continuamente – Convicción-Conciencia y Cariño. Las tres B ya se fueron al tacho de la basura .