Por Redacción ANCAP
En la mañana del viernes la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se dedicó a criminalizar la protesta social aún más, pero esta vez apuntó a una organización en particular, La Garganta Poderosa. El Ministerio de Bullrich había anunciado el día del periodista que desenmascararían a la Garganta Poderosa, luego de lo ocurrido hace pocos días con los golpes y torturas a Roque, fotógrafo de la revista y a su cuñado Juan Pablo. El objetivo era estigmatizar la organización popular y poder introducir el miedo en cada vecino y vecina de las villas que se animen a denunciar apremios ilegales. La lista de solidaridad de medios de comunicación autogestivos es inmensa y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) mostró todo el respaldo a la organización que lleva adelante la revista de cultura villera.
La acusación de Bullrich se fundamenta en decir que La Poderosa creo un relato de lo ocurrido en la villa 21-24. El único relato lo puede contar Roque, fotógrafo de la Garganta que fue golpeado y detenido por la prefectura de Bullrich. La ministra es especialista en desligar su responsabilidad en el cargo y poner en el banquillo de los acusados a las víctimas. No es casual que mientras esto ocurre con esta falsa acusación transcurre el juicio por las torturas de seis prefectos, hoy presos en Marcos Paz, a Iván Navarro y Ezequiel Villanueva en el año 2016. Los que están en el banco de acusados en este caso son los prefectos y Patricia, cuando se le hizo mención del caso, no sabía siquiera quien era Iván Navarro.
No obstante, tomó el manoseo a Jessica, una de las vecinas agredidas por prefectura hace pocos días al momento de entrar salvajemente en la casa de Roque, como algo de lo que no se estaba hablando en ese momento y evadió la cuestión. Lo más grave que dijo Bullrich sobre La Poderosa fue “El objetivo es liberar el barrio para que esté controlado por el estado ilegal y por los que trafican droga”. No señora Ministra, todo lo contrario, si conociera al menos un poco el trabajo de esta organización sabría que está diciendo cualquier cosa.
La ministra utilizó el argumento de la “flagrancia” para justificar la salvaje represión que desató prefectura en la villa 21-24. El problema es que una vez mas no está informada, el fiscal de la causa que le armó a Roque y a Juan Pablo lo que indicó fue que “No se adopte el protocolo de flagrancia”. Todo muy coherente.
Es para destacar que Bulrich afirmó que la prefectura no había entrado a ninguna casa. Otra mentira. La casa de Roque fue el escenario de golpes y empujones por parte de los prefectos. Hizo mención de la PROCUVIN de la mala manera sin darle veracidad a su función.
El CELS brindó todo su apoyo y argumentó como “gravísimo el ataque de la ministra a organizaciones sociales” e indicó que “este ataque tiene la clara intención de deslegitimar a la organización territorial que viene denunciando un recrudecimiento de la violencia por parte de la prefectura naval argentina”.
Ante todo lo dicho y las mentiras expuestas por la ministra, lo más coherente que podría hacer Bulrich es una sola cosa: renunciar.