En Riochico, provincia de Manabí, se reunen cincuenta señoras para escuchar sobre un nuevo emprendimiento basado en el intercambio de servicios y conocimiento, una de ellas se queda pensando y dice que no tiene nada que ofrecer o enseñar, el tallerista le pregunta sobre lo que más le gusta hacer y ella responde que los bollos (plato típico de Manabí a base de plátano verde) le quedan riquísimos ¿Quién quiere aprender a hacer bollos? Cuatro personas levantan la mano. De repente, la señora recuerda que también sabe hacer arreglos florales ¿Quién quiere aprender a hacer arreglos florales? 49 levantan la mano.
Ahora, imagina que necesitas aprender a tocar la guitarra porque, aunque las matemáticas se te dan muy bien, quieres dedicarte a otro pasatiempo y resulta que cruzando tu calle o tu pasillo, tu vecino sabe tocar la guitarra pero a su hijo le va mal en las matemáticas; imagina que el tallerista de la historia anterior te propone enseñarle matemática al pequeño de la calle de enfrente, un par de horas por semana y que al terminar la misma resulta que tienes ahorradas en tu “cuenta” catorce horas y que con estas horas puedes pagar unas clases de guitarra a tu vecino.
En el desayuno de medios organizado por el Banco del Tiempo de Ecuador, Humberto Salazar, Coordinador General; Paulina Boada, Técnica de Proyecto y Danilo Manzano, Relacionador Comunitario, contaron estas y más experiencias que han vivido desde que el Banco empezó su trabajo activo hace ya un año, en el país; a nivel mundial, este modelo donde el tiempo es la moneda de intercambio, es ya conocido y aplicado como una iniciativa ciudadana que ha buscado encontrar una alternativa al dinero y además recuperar la participación ciudadana.
Paulina Boada nos comenta que los horarios de trabajo y el uso de la tecnología han provocado que las personas no conozcan a quienes viven junto a sus casas o departamentos, por otro lado, es común hoy en día que la gente quiera aprender algo o necesite un determinado servicio pero no accede a ellos por no contar con el dinero suficiente, además, existen personas con diversos conocimientos y tiempo libre que desean compartir con otros, así que el Banco del Tiempo – BDT se presenta como una oportunidad ilimitada de intercambios.
Danilo Manzano nos explica que el Banco del Tiempo es una plataforma internacional que nace en Barcelona, España hace poco más de quince años, por lo que decidieron realizar el Encuentro Internacional del BDT, en la ciudad de Quito, el 17 de mayo del presente año, contará con la presencia de Julio Gisbert y Juan David Guarnizo, representantes de las agencias de España y Colombia, respectivamente; el fin de dicho encuentro es dar directrices a los representantes de otras agencias y sucursales de nuestro país, además de presentar los emprendimientos nacidos de los talleres dictados en las diferentes sucursales a nivel nacional.
Las personas que quieran participar de esta iniciativa deben registrarse a través de la página web http://www.bdt.ec y abrir su “cuenta” donde se irá depositando, descontando y ahorrando el tiempo que inviertan; en poco tiempo contarán con una aplicación para celulares que facilitará el manejo y coordinación de las actividades del BDT a nivel nacional.
Respecto al uso de las nuevas tecnologías, Paulina recalca que los métodos de introducción al BDT, en los barrios, son amigables con las personas que no gustan mucho de la tecnología, por lo que se le presentan alternativas más cómodas para su desempeño y desarrollo en cada una de sus agencias.
El BDT se presenta como una alternativa para rehacer lazos entre vecinos, el intercambio de conocimientos, potenciar los pequeños negocios de los barrios, iniciar nuevos emprendimientos y la recuperar el autoestima de las personas que cuentan con habilidades útiles pero que muchas veces son invisibilizadas, como el caso de alguien que se animó a ofrecer un taller de planchado de ropa y tuvo gran acogida a nivel de estudiantes universitarios, demostrando que para el BDT no hay iniciativas insignificantes, todas hacen surgir a la comunidad.