El 4 de mayo de 1969, hace exactamente 49 años, Silo bajó de la montaña, dejó la casa de piedra que él mismo había construido hacía varios meses y que le servía de refugio, y dio su primera charla pública a las aproximadamente doscientas personas que se habían reunido para escucharlo. A aquella charla se la conoce como la “Arenga de la Curación del Sufrimiento”.
En un paraje desolado de la cordillera de Los Andes conocido como Punta de Vacas, muy cercano a la frontera entre Argentina y Chile, a más de 2500 metros de altura y a los pies del monte Aconcagua, Silo sentó las bases de una enseñanza que luego recorrería el mundo.
En aquella mítica charla pública, Silo habló de la violencia en el mundo, del sufrimiento interno del ser humano y del modo de superarlo.
No voy a hablar de su pensamiento y su enseñanza ya que esos aspectos han sido desarrollados en este encuentro con amplitud.
Quisiera acercar algunas palabras que reflejen la trascendencia e influencia de su obra en el mundo, que reflejen el desarrollo y alcance social de su obra. Este aspecto de su legado es muy difícil de medir por la amplitud y profundidad que ha tenido pero al menos podemos intentar aproximarnos…
Juguemos un poco con nuestra mirada. Imaginemos que estamos situados en un punto distante de la superficie del planeta …. Como si fuésemos un astronauta o un aviador que sobrevuela los cielos y observa su planeta desde esa inmensidad, y desde allí intenta seguir el relato de la historia de este gran hombre, intentando ver como se va desplegando su obra en la línea imaginaria del tiempo y del espacio.
Esto comienza hace cerca de 50 años.
En un recóndito lugar de la cordillera de Los Andes, hablándole a un grupo de unas doscientas personas sobre la necesidad de superar el sufrimiento y la violencia en el interior del ser humano y del mundo. Así nació esta historia, corría el año 1969, más precisamente el 4 de Mayo de 1969.
Para nuestro observador, si quisiera ubicarlo, sería sólo un pequeño punto en un lugar desolado de una zona montañosa de América del Sur. Un pequeño punto de este inmenso planeta.
Poco a poco, sin estridencias pero con la suavidad y la fuerza que señalan a las grandes verdades, comenzó a irradiarse de boca en boca, de ciudad en ciudad, de continente en continente.
En aquel mismo paraje montañoso y en aquella misma casa de piedra que lo protegía de las inclemencias del tiempo y de los animales salvajes, y que los pobladores de lugar llamaban “la ermita”, Silo había comenzado a dar vida a la que sería su primer obra escrita: “La Mirada Interna”, que circularía primero como rudimentarias copias mimeografiadas para editarse luego por primera vez en 1972.
En esta obra fundamental de su enseñanza, Silo describe en un lenguaje poético que la auténtica lucha del hombre está en su conciencia y es una lucha entre la luz y la oscuridad, entre la debilidad y la fuerza, entre el sueño y el despertar, entre en sentido y el sin-sentido de la vida.
Corría ya 1972… Sale a la luz ese libro fundamental que sintetiza su mensaje: «La Mirada Interna».
De repente, lo que había comenzado en un punto perdido del planeta, comienza a irradiarse, a circular, a multiplicarse de forma desordenada, espontánea… como si fuera un “fuego inicial” que el viento de la vida alimenta y dispersa por diferentes puntos del globo. Primero a los puntos cercanos a su alrededor. Mendoza en Argentina, Santiago de Chile….y luego a otras ciudades de Sudamérica. En este caso, el “fuego” es su mensaje, y el “viento” que lo expande es la gente que lo escucha….
Todo es boca a boca… corazón a corazón.
Viajeros de distintas latitudes llegan a escuchar su mensaje y regresan a sus lugares de origen para poner en práctica su propuesta. Al mismo tiempo, los asistentes a esas primeras charlas públicas en diversos puntos de Sudamérica, ahora son viajeros que de boca en boca van transmitiendo desordenadamente ese mensaje en sus lugares de residencia y por otras ciudades del mundo.
A pesar de las muchas dificultades iniciales dadas por la violencia, la deformación y la mordaza impuesta a su mensaje por los regímenes dictatoriales de aquellas épocas, las propuestas de Silo comenzaron a irradiarse a los cuatro vientos. Sus escritos y sus charlas comenzaron a circular simultánea y espontáneamente entre los integrantes de los más variados núcleos sociales de muchos países. En las paredes de París, Roma, Bombay, Buenos Aires, San Francisco, Santiago o México, aparecían pintadas con la sigla: SILO.
No hay medios de difusión, ni prensa, ni gobiernos o poderosos que colaboren a difundir su obra. Más bien todo lo contrario.
Todo se va impulsado boca a boca… corazón a corazón.
Estamos ya a mediados de la década del 70…. Sólo unos pocos años después del “fuego” inicial.
Entonces, para ese observador que hacía unos pocos años había apenas y con mucho esfuerzo advertido un pequeño y único punto en la superficie del globo, comenzaba a ver ahora un “salpicón” de puntos naranjas que de forma desordenada se desplegaban por las principales ciudades del planeta. Cada punto era un grupo de personas, de amigos, que en esas lugares comenzaban a reunirse para estudiar, debatir y poner en práctica las enseñanzas de ese Maestro.
Una de las consecuencias de este extraño fenómeno fue que muchas de las enseñanzas contenidas en «La Mirada Interna», como son los 12 Principios, la Experiencia de Paz y el Trabajo con la Fuerza Interna, empezaron a modificar positivamente conductas y corrientes de opinión entre aquellos que se integraban, generando un nuevo modo de ver y encarar la propia vida al tiempo que se iban creando nuevos grupos de estudio, reflexión y acción.
Sus libros comenzaron a circular en los más variados idiomas y dialectos, y en todo el mundo comenzaron a sumarse adherentes a sus planteos de transformación personal y social simultánea, de paz y no-violencia, de sentido, de superación definitiva del sufrimiento, del nihilismo y de la violencia en el ser humano, y de la posibilidad del contacto con lo Profundo y sagrado que anida en la interioridad de todo ser humano.
Ya corría la década del 80..y ese punto inicial se había expandido a los 5 continentes. Grupos de estudios y organizaciones inspirados en su enseñanza desarrollaban sus acciones en más de 80 países de todo el mundo. Silo habla en actos públicos y conferencias multitudinarias en lugares tan distantes como México, Bombay, Filipinas, Madrid, Roma, París, Barcelona, Copenhagen, Frankfurt, Milán, Sri Lanka, Reikjavic y muchas ciudades más.
Más de 20.000 personas se reúnen en las playas de Bombay, India; para escuchar a este hombre venido de la lejana Sudamérica a hablar de la paz, la no-violencia y la superación del sufrimiento humano.
Estamos en plena década del 80. Los grupos y equipos de trabajo crecen velozmente y dan nacimiento a una nueva corriente de pensamiento conocida como Nuevo Humanismo o Humanismo Universalista que converge en un gran movimiento social, el Movimiento Humanista y en una corriente espiritual conocida luego como “El Mensaje de Silo”.
Sus planteos acerca de la no-violencia, la solidaridad y el cambio interno y profundo, se traducen en todas sus obras de manera diversa, dando lugar al nacimiento de múltiples expresiones grupales y sociales que convergen en un mismo sentimiento y en una misma dirección creciente y evolutiva que Silo sintetiza magistralmente en la propuesta y proyecto de: “Humanizar la Tierra”!
Me detengo aquí en un hecho puntual que presentaré como ejemplo (ya que se hace imposible por cuestiones de tiempo enumerar algunos otros), refleja la influencia de su obra a escala planetaria. Avanzada ya la década del 80, la carrera armamentista y el desarrollo del armamento nuclear llevaba al planeta a una catástrofe inminente. Las tensiones entre EEUU y la Unión Soviética presagiaban lo peor. Pero en esos momentos ocurren simultáneamente dos hechos que tendrán influencia trascendental para transformar la peligrosa situación: Mijail Gorbachov llega al poder en la antigua URSS y simultáneamente a este hecho se produce la llegada e influencia de Silo y su obra al interior de la URSS. Círculos intelectuales de la ex URSS y el mismo Gorbachov se nutren de la influencia de las ideas humanistas y se da un fuerte impulso en esa época al proyecto de desarme y destrucción de armas nucleares que se concretará en los Tratados de 1987 firmados por EEUU y la URSS. Gorbachov hace publica su adhesión y apoyo a los postulados humanistas en su prólogo a las “Interpretaciones del Humanismo”. La influencia de Silo y su obra en el contacto con los líderes soviéticos y su Academia de Ciencias, que le otorgará luego el “Doctorado Honoris Causa” por su labor en favor del Humanismo y la No-violencia, fue un hecho trascendente que colaboró para lograr la necesaria distensión y freno armamentista en un momento peligroso para toda la Humanidad. Este es sólo un ejemplo a escala mundial…
La década del 80 se destaca por la gran influencia de la acción de Silo a través de sus escritos y de la acción social del Movimiento Humanista. En Argentina impulsa decididamente la anulación de la Ley de Servicio Militar Obligatorio. En Europa y América del Norte se multiplican la acciones a favor del desarme nuclear y el fin de las guerras. Más tarde en África se multiplican miles de acciones sociales para difundir las ideas humanistas por medio de campañas de educación, salud y mejoras sociales. Sería interminable intentar enumerar y seguir este listado.
Estamos entrando entonces en la década del 90.
La obra de Silo ya ha llegado a todos los rincones del planeta. Miles y miles de personas se agrupan en torno a su enseñanza y propuestas. El “siloísmo” naciente se despliega y traduce en un multicolor arco de diferentes expresiones en el campo de la acción social, cultural y política. Para algunos es un pensador magistral, para otros un líder de la paz y la no-violencia, para muchos un Maestro…un guía espiritual que surge en un tiempo convulsionado, violento y desesperanzado.
Ya avanzada la década del 90, para nuestro observador desde el espacio, ese pequeño punto inicial naranja, color que lo distinguía, se había expandido planetariamente.
Este Movimiento Humanista, este Nuevo Humanismo, también conocido como Humanismo Universalista da lugar al nacimiento de numerosas agrupaciones y organizaciones que expresan, cada una en su campo específico de acción el ideario propuesto por Silo. Surgen así en todo el mundo: los Partidos Humanistas, La Comunidad para el Desarrollo Humano, la Convergencia de las Culturas, Mundo sin Guerras y sin Violencia, y el Centro Mundial de Estudios Humanistas.
Un tiempo después y en torno a las enseñanzas de ese primer libro que había escrito en 1972, «La Mirada Interna», nace el Mensaje de Silo, una corriente espiritual que se organiza en torno al Libro mencionado, a las Experiencias, ocho ceremonias capaces de producir inspiración espiritual y cambios positivos en la vida diaria, y El Camino, reflexiones y sugerencias sobre la vida personal, interpersonal y social.
Estamos ya comenzando los años 2000.
La irradiación desde ese punto inicial, iniciada en los años 60, llegaba ya a todos los rincones del planeta. La Obra de Silo estaba consolidada. Habían pasado cerca de 36 años desde aquel comienzo al pié del Aconcagua. Comenzaba ahora otra etapa. La última etapa que impulsaría él directamente en esta Tierra.
Entonces, a partir de los años 2000 se comienza a construir unos espacios u lugares muy especiales en diferentes partes del mundo. Se comienzan a levantar los “Parques de Estudio y Reflexión”.
Son espacios abiertos para profundizar en nosotros mismos y favorecer la reciprocidad, el intercambio, el trabajo en conjunto y el buen trato a los demás.
Nuevamente, siguiendo el modelo inicial de irradiación, esto comienza en un punto del planeta y rápidamente se expande su construcción por todos los rincones del planeta. El primer Parque se construye en los comienzos de los 2000. Hoy, hay más de 40 Parques distribuidos en todo el mundo.
En estos Parques se realizan seminarios, retiros, foros, simposios, jornadas de estudio, celebraciones y encuentros sociales.
La belleza de los paisajes, los elementos que lo componen, la fuerza acumulada por tanta gente, y el Propósito común de abrir las puertas hacia otros espacios internos, sociales y culturales, hacen que estos lugares sean excepcionales.
Los “Parques de Estudio y Reflexión” que van apareciendo en los cinco continentes señalan una nueva etapa de expresión y crecimiento de la obra de Silo en su búsqueda de plasmar en la acción las mejores y más profundas aspiraciones del ser humano.
Más adelante en el tiempo, en el año 2009, Silo da impulso a la primera Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia. Es la primer Marcha Mundial que recorrerá todo el planeta pidiendo el fin de las guerras, las armas nucleares y la eliminación de todo tipo de violencia. La marcha recorre los 6 continentes, 90 países, más 160.000 km….y finaliza en el origen, allí en el mismo punto donde se encendió el fuego inicial, en ese punto remoto de la cordillera, donde hoy se levanta el Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas. El 11 de Noviembre de 2009 Silo habla sobre esta marcha en el Summit de los Premios Nobel que se realiza en Berlín: “El significado de la Paz y la No-violencia en el momento actual. La Marcha Mundial.”
Podríamos seguir enumerando acciones notables. Nos llevaría días enteros detallar las múltiples expresiones de la obra de Silo que han quedado fuera de este breve y limitado relato. Este ha sido un intento por transmitir lo imposible: la inmensidad y el alcance de su obra. Dejamos fuera, por simples cuestiones de tiempo, enumerar su inconmensurable obra escrita, sus aportes al mundo de la filosofía, la psicología, la espiritualidad, el estudio de la Historia y de la organización social. No detallamos las múltiples campañas impulsadas en todo el mundo por el desarme y la No-violencia, y no mencionamos a los cientos de miles de personas en todo el mundo que transformaron sus vidas y encontraron un sentido a la luz de sus enseñanzas.
Y llegamos al momento actual. Año 2018. Casi 50 años.
Y estamos aquí reunidos en torno a esta celebración recordando la fecha de su primer testimonio público. Miles de actos similares a este se están realizando en diferentes partes del mundo.
¿Qué diría nuestro observador desde el espacio?. ¿Cómo dimensionar lo que ocurrió? Muy difícil por cierto. Aquello que predicó se plasmó coherentemente en la acción en el mundo. Hoy su obra continua apoyada en una gran construcción humana de escala planetaria impulsada por miles de corazones que resuenan con su mensaje.
Si se hace difícil transmitir la gran influencia y el alcance de la obra de Silo en el mundo mirando hacia atrás, mucho más difícil se nos hará si pretendemos predecir cómo será su influencia mirando hacia el futuro. Pero, mi corazón e intuición me dicen que ocurrirá aquello que nos muestra la historia de los grandes maestros e iniciados de la Humanidad. Esas personas que nacen muy de vez en cuando para transmitir un mensaje que da respuesta a las necesidades profundas del ser humano y de la época. Esos mensajes que trascienden los límites habituales del tiempo produciendo transformaciones profundas en el interior de las personas y de las sociedades. Son como “faros” que con su enseñanza van guiando el necesario camino a seguir.
Son esos Guías que van dejando la huella por donde luego inexorablemente transita la evolución de la Humanidad. Silo es uno de “ellos”.