Desde un país conocido sobre todo por sus violaciones de los derechos humanos (en particular contra las mujeres, los activistas y los periodistas, pero no sólo), el mes de mayo nos trae dos noticias hermosas e importantes.
El martes 8, con la firma del Presidente tras la votación de las dos ramas del parlamento, entró en vigor una de las leyes más progresistas del mundo en materia de igualdad y protección de las personas transgénero. Una gran victoria para un movimiento de activistas y activistas que nunca han tenido miedo, a pesar de las tremendas amenazas e intimidaciones, de continuar esta campaña a la luz del sol.
El viernes 25, una enmienda a la Constitución derogó la famosa ley colonial (aplicada por los británicos a mediados del siglo XIX) que había creado literalmente un sistema judicial paralelo para los habitantes de las Zonas Tribales: la ley les impedía apelar contra su detención y les negaba el derecho a la defensa legal y a presentar pruebas en apoyo de su inocencia.
Por lo tanto, en el espacio de dos semanas, muchos pakistaníes que antes eran considerados de segunda clase han obtenido el reconocimiento de sus plenos derechos y la igualdad ante la ley.