En el Día Internacional contra la LGTBfobia, la Asociación Comité de Culturas Lesbianas (CRECUL), ha lanzado el Manifiesto de las Culturas Lesbianas que reproducimos literalmente:
«Hoy, 17 de mayo de 2018, en el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, los colectivos LGBTI conmemoran la eliminación de homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por la Asamblea General de la OMS en 1990 (aunque se siguen patologizadas las identidades trans). Desde 2005 se celebra este Día, y el objetivo fundamental es conseguir que cese la discriminación de las personas por motivo de orientación sexual y/o identidad de género en el mundo. En 2015 se incorporó la bifobia al nombre de la campaña, pero las lesbianas continuamos siendo las mujeres invisibles en todos los ámbitos, incluso en la nomenclatura del Día a pesar de que en 2007 – 2008 el tema «No más lesbofobia» reconociese nuestra diversidad sexual.
No podemos olvidar que en más de 70 países la homosexualidad se criminaliza y en 54 de éstos el lesbianismo, en 8 con pena de muerte ambos, sin embargo las cifras de lesbianas procesadas se desconoce o se omite, pasan desapercibidas por el hecho de ser mujeres en un patriarcado que no las reconoce ni como ciudadanas de derecho. En algunos países, como es el caso de España, la comunidad LGBTI, toda en su conjunto, ha conseguido derechos y se han adoptado medidas, el cambio registral de las personas transexuales y la despatologización de la identidad de género, leyes antidiscriminatorias hasta llegar al matrimonio igualitario en algunos lugares, pero la igualdad de derechos en la diversidad familiar, extendida en el mundo sobre todo entre la población LGBTI, es asunto pendiente, las parejas de hecho no reciben los mismos derechos, protecciones legales ni prestaciones sociales que las casadas, y se mantiene prejuicios hacia las madres lesbianas y sus hijos/as.
Los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres son constantemente transgredidos, y en pocos países (entre los que no se encuentra España), se presta atención en la sanidad pública a las mujeres sin pareja masculina para acceder a las Técnicas de Reproducción Humana Asistida (THRA), lo que comporta una discriminación y vulneración del derecho a la maternidad libremente elegida, solo en 58 países se permite la interrupción voluntaria del embarazo (aún se prohíben el seis países), lo peor es que en muchos países persiste el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y las relaciones sexuales forzosas.
Lo cierto es que la violencia de género es constante, pero no se reconoce ni en las leyes ni en políticas públicas la lesbofobia, según la OMS, el 35% de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su compañero sentimental o de algún hombre, pero tampoco se identifica entre los motivos la lesbofobia.
Las lesbianas estamos doblemente discriminadas, como mujeres y lesbianas, a ello hay que añadir múltiples discriminaciones en su caso, por razón de nacionalidad, origen, identidad cultural, diversidad funcional, edad, u otras condiciones o situaciones sociales o personales, pero la orientación sexual suele quedar omitida e invisibilizada, aun en los casos en que se trate del motivo fundamental, sobre todo en situaciones de acoso sexual y laboral. A su vez persisten los prejuicios sexistas y heterosexistas hacia la expresión de género.
Todo ello exige una respuesta contundente y conjunta para defender nuestros derechos en el mundo, para la construcción de un modelo de sociedad basado en el respeto a la diversidad ciudadana. Las mujeres somos la mitad de un mundo que nos ha impuesto, incluso utilizando nuestro trabajo y nuestro cuerpos, lo que ha conllevado a la negación de nuestro derecho a una sexualidad diversa y libremente decidida.
En este Día Internacional contra la LGTBfobia, hemos de estar unidas en la diversidad, con nuestras agendas feministas en una estrategia de acción común, porque la lesbofobia es una manifestación más de la violencia hacia las mujeres provocada por el patriarcado».