Después de cuatro años de sufrimientos indecibles en el corredor de la muerte y de una movilización mundial en la que participaron decenas de miles de personas, Andargacher (Andy) Tsege ha obtenido finalmente la gracia.
Crítico ferviente del gobierno etíope, Tsege había huido de su país en la década de 1970 para refugiarse en Gran Bretaña. En 2009, un tribunal especial etíope lo condenó a muerte en rebeldía por presuntos delitos de terrorismo. En 2014, fue detenido en un aeropuerto de Yemen y deportado ilegalmente a Etiopía.
Sólo en 2017 el Gobierno de Londres declaró que estaba siguiendo el caso. Tal vez, al final, la insistencia, aunque tardía, del Ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, en el nuevo Primer Ministro, Abiy Ahmed, haya sido decisiva. Sin embargo, llevó cuatro años. Cuatro años en los que Andy Tsege ha estado ausente terriblemente de las vidas de sus tres hijos y esposa.