“[…] Pero sabemos muy bien que nuestra libertad no es completa sin la libertad de los palestinos.” Nelson Mandela

Aracely Cortés-Galán es licenciada en Historia, Maestra en Educación, Doctoranda en Pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y activista mexicana del Movimiento Mexicano de Solidaridad con Palestina durante los últimos 17 años.

 

Entrevista realizada el 16 de abril.

Por: Hassan Dalband.-

La ocupación israelí de Palestina durante siete décadas desde 1948 hasta hoy 2018, ha causado mucho sufrimiento y violaciones de los derechos humanos del pueblo palestino, detenciones y encarcelamientos arbitrarios, el uso de tortura sistemática, secuestros y asesinatos de palestinos civiles y científicos, como el más reciente del ingeniero palestino Fadi al-Batsh en Malasia. El Mossad (por sus siglas en hebrero), agencia de inteligencia o mejor dicho agencia de espionaje israelí, está acusada de ser el aparato que realizó este asesinato del Fadi al-Batsh. Al Mossad se le acusa de haber cometido diversos crímenes contra palestinos en varias partes del mundo.

Los recientes asesinatos de varios palestinos civiles por los francotiradores del ejército israelí, así como los miles de heridos se suscitan por la “Gran Marcha de Regreso” a la frontera de Gaza con Israel, en protestas pacíficas de 70 años de la ocupación israelí de Palestina y el derecho legítimo de regresar a sus tierras robadas por israelíes.

Hay que subrayar que la eliminación física israelí de sus adversarios políticos y muchas veces civiles palestinos ha sido una de las bases de la política exterior israelí contra el pueblo palestino. Esto se puede llamar por sus propios métodos: terrorismo de Estado, que debe ser condenado por toda la comunidad internacional.

La inauguración de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén el lunes 14 de mayo del año en curso, como la capital de Israel, viola las leyes internacionales y tal acto es rechazado por la mayoría de la comunidad internacional y millones de personas en el mundo. Hay que recordar que el Consejo de Seguridad de la Organizaciones de las Naciones Unidas, la Resolución 478, condenó en 1980 la anexión y ocupación de Jerusalén Este por el Estado israelí, por eso decidió no ubicar ninguna misión diplomática en esta localidad, lo contrario demuestra la hostilidad estadounidense e israelí contra el pueblo palestino, quienes de esta manera mantienen la ocupación de Palestina.

El ejército israelí asesinó ayer (14 de mayo 2018), a 58 manifestantes palestinos e hirió a 2.771, quienes protestaron contra el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén. Esta masacre es una evidencia de impunidad total y terrorismo israelí, una violencia condenable rechazada por muchos países y del mundo como Cuba, Rusia, Sudáfrica y Venezuela.

El apoyo total estadounidense a la ocupación israelí de Palestina ha sido determinante para la sobrevivencia del Estado colonial y opresor de Israel.  (Las violaciones de Derechos Humanos Fundamentales del pueblo palestino)

Palestina No está sola: Solidaridad y lucha

(Imagen de resumenmediooriente.org)

Pregunta (P): ¿Cuáles son las causas principales del conflicto israelí-palestino?

Respuesta: (R) El principal problema es que se le llame Conflicto. Se presupone, entonces una igualdad de condiciones y no la hay. Es una ocupación ilegal señalada así por los Organismos Internacionales, donde se han violentado los Derechos Humanos, se ha confiscado tierra y construido asentamientos sobre territorio palestino. Los ataques a la población civil palestina a lo largo de 70 años se han clasificado también como genocidio y crímenes de lesa humanidad.

La ocupación ha representado para los palestinos la pérdida de su territorio y la posibilidad de vivir de manera digna, la construcción del muro, desde el 2002 ha significado un impedimento para el libre tránsito y por ello, se niega a los palestinos el acceso a la educación, salud y empleo y un desarrollo social en condiciones de normalidad.

El tema central para no alcanzar la paz en la región es el ataque permanente al que se ha visto sometido el pueblo palestino, el gobierno del Estado ocupante emplea una política de limpieza étnica e incumple los llamados y recomendaciones establecidos por ONU.

P: Usted ha analizado y escrito sobre la Declaración Balfour. ¿Qué tipo de cooperación ha existido entre el colonialismo inglés y la corriente sionista en la ocupación de Palestina dentro del contexto de esta Declaración?

R: La correlación de fuerzas de principios del siglo XX marcó la clara ruta del Colonialismo, no sólo del inglés, sino establecer cómo las potencias mundiales se repartirían el mundo.

La Declaración de Balfour, firmada en Noviembre de 1917, sentó las bases diplomáticas y legales para la creación del Estado de Israel en territorio palestino. El envío de la carta signada por Arthur James Balfour, Secretario de Estado de Relaciones Exteriores de la Gran Bretaña, dirigida al banquero y líder de la comunidad judía, Lionel Walter Rothschild, marcó el comienzo de la participación de las potencias mundiales en la ocupación palestina.

Las potencias europeas, por medio de la Declaración y con diversos movimientos diplomáticos respaldaron el proyecto de fundar una nación judía en territorio palestino, sin considerar las condiciones políticas, étnicas, sociales y económicas de los pobladores de la región.

P: ¿Qué es el sionismo, y qué papel ha jugado dentro del contexto del conflicto israelí-palestino?

R: El sionismo es una ideología colonialista impulsada por Teodoro Herzl a finales del siglo XIX. El primer congreso donde se reunieron los grupos que apoyaban la búsqueda de un hogar (en Palestina) para los judíos que estaban siendo desplazados de Europa, pidió la aprobación inicial del gobierno Otomano, pero no al no encontrar una respuesta positiva, encontraron la posibilidad de negociar con el gobierno inglés quien tenía un protectorado en la región.

La Guerra Mundial estaba en curso, los acuerdos y pactos entre los participantes eran una práctica común. El imperialismo inglés se había caracterizado hasta entonces, por dominar zonas donde tuvieran la posibilidad de continuar su proyecto imperialista, la región de Palestina representaba un espacio importante, debido a su cercanía con el Canal de Suez y la ruta hacia India. La alianza sionista-británica, significaba para los ingleses contar con el apoyo de los sionistas, y así poder tomar el control de la región, y poder.

Los acuerdos entre el sionismo europeo y el gobierno inglés, permitían convencer a los sionistas norteamericanos de apoyar el proyecto británico de colonizar del llamado Medio Oriente, y así garantizar que no sustentara la política alemana.

A lo largo de las décadas el sionismo se ha convertido en una ideología colonizadora expansionista, que sustenta el derecho a ocupar una tierra palestina. Los objetivos principales han sido: conseguir la unidad del pueblo judío, por medio de la formación de un Estado, brindar educación y participar en la Alyá, éste concepto sienta las bases para fundamentar la Ley del Retorno de 1950, en ésta se establece el derecho a cualquier judío del mundo a migrar a Israel.

Es paradójico, mientras los palestinos justo en 2018, organizan una manifestación conocida como la Gran Marcha del Retorno, no sólo no pueden regresar a las aldeas y ciudades que les pertenecían antes de 1947, misma movilización cobró la vida de decenas de palestinos civiles dejando heridos a más de 1500 personas.

El silencio de los grandes medios de comunicación y de los Organismos y Gobiernos Internacionales, es desproporcionado e inhumano.

P: ¿Cuál es su opinión respecto a la llamada “Limpieza étnica de Palestina” de la cual habla el académico e historiador israelí, Ilan Pappé?

R: El investigador de la Universidad de Exeter es especialista en temas de Oriente Medio, la consulta de fuentes, la observación y su propia experiencia lo han llevado a definir la limpieza étnica como: “una política bien definida de un grupo particular de personas para eliminar sistemáticamente de un territorio dado a otro grupo de personas por razones de su origen nacional, étnico o religioso. Una política semejante es violenta, y con frecuencia, se conecta con operaciones militares”, en ese sentido, la política empleada para robar las tierras de los palestino corresponde a estas características.

Aún los palestinos que viven dentro de las ciudades israelíes tienen un trato diferenciado, debido a su origen árabe. La eliminación sistemática de los palestinos y el desplazamiento de millones de refugiados, en los campos destinados para ello, también dan cuenta de una política en particular.

La eliminación por vías violentas de los pobladores originales de la Palestina histórica ha tenido como resultado la ocupación de más del 70% del territorio, y con ello se han usufructuado los recursos naturales, en particular de los mantos acuíferos de la zona.

Concuerdo con emplear el término de limpieza étnica porque es justo lo que se ha hecho en Palestina, desplazar a un grupo de su territorio, siendo el eje su origen étnico, racial y religioso y se ha empleado la fuerza para ello.

P: El académico y escritor español Jesús Aller habla de un pensamiento dominante y deformación de la historia del conflicto israelí-palestino a través de los distintos medios de comunicación masiva y propaganda oficialista, esto derivado del análisis de la obra de Ilan Pappé en su libro “La limpieza étnica de Palestina”. ¿Cómo afecta esta tergiversación de la historia en el caso israelí-palestino?

R: El control de los medios de comunicación por parte del sionismo ha jugado un papel determinante. La islamofobia de las últimas décadas desarrollada en Occidente tiene repercusiones en la geopolítica y en la economía.

El abuso en términos específicos como terrorismo, terrorista, yihad y Estado islámico, tiene una finalidad, ejercer el pensamiento dominante en la opinión pública. Por eso, decía al inicio de la entrevista que el principal problema es llamar ‘Conflicto’ a una Ocupación.

Un tema trascendental, utilizado por Israel es el de la defensa de los ciudadanos, en los medios de comunicación se habla de manera indistinta de ‘disturbios’ y ‘ataques’, y se pone en una balanza como si Israel y Palestina estuvieran en las mismas condiciones.

No se pueden comparar los efectos del uso piedras y bombas de fabricación casera contra de armas químicas y la tecnología de unos de los ejércitos más sofisticados poderosos del mundo. El ataque a población y blancos civiles, incumplimiento de Acuerdos y Recomendaciones de Derecho Internacional se desvirtúan y se presenta al victimario como víctima.

La principal razón para ocultar la verdad de lo que acontece en Palestina es para impedir que se haga justicia y frenar la política genocida de un Estado.

P: ¿Qué importancia tiene para la causa palestina la campaña internacional Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS)?

R: El llamado hecho por las organizaciones palestinas en 2005, responde a la experiencia que Sudáfrica, en tiempos del Apartheid hizo al mundo como último recurso para revertir la situación vivida en las últimas décadas.

La conformación del BDS responde a la fortaleza del movimiento solidario que hay en todo el mundo, sin ésta la campaña no podría prosperar.

En un primer momento no se entendía muy bien el significado de la propuesta, o se veía con cierto recelo la posibilidad de triunfo. Hoy, con decenas de logros, en el plano académico, deportivo, económico y cultural, podemos señalar con gusto que el BDS es un éxito.

El objetivo primordial es no permitir que un Estado ocupante, señalado por violentar el orden internacional aparezca ante los ojos del mundo como un Estado promotor de la paz y la justicia.

El Boicot está dirigido para quienes son invitados a participar en eventos a Israel, convencerlos de no participar en actividades que den fuerza al Estado ocupante y así evitar la complicidad de lo que se hace en Palestina.

La Desinversión y Sanciones están enfocados en las empresas que comercian con Israel, principalmente aquellas cuyos productos sirven para el armamentismo, la construcción de asentamientos y todo lo relacionado con desplazar y eliminar al pueblo palestino.

La experiencia sudafricana, y los 13 años de BDS por Palestina son una victoria, considero que es un movimiento acertado en favor de la libertad, la vida y los Derechos Humanos.

El BDS, contrario a lo mencionado por sus detractores, no respalda ninguna idea racista.

P: Desde su activismo a favor del pueblo palestino. ¿Cuál es la evaluación de la lucha por la causa palestina?

R: La evaluación es positiva, siempre que haya otro, en cualquier parte del mundo luchando por una causa en favor de la vida, la justicia y la libertad hay esperanza. En el tema específico de Palestina, la experiencia del movimiento social se ha utilizado en favor de la lucha por los palestinos, no obstante, los resultados no siempre son óptimos.

La represión hacía nuestros compañeros, algunas veces llevándolos a prisión argumentando antisemitismo o racismo es una constante, algunos de nuestros compañeros también han perdido la vida.

Siempre hay un llamado a la solidaridad internacional, y en ésta no hay cabida para el racismo, discriminación o intolerancia. Apoyar a un pueblo y rechazar la política de un Estado no son tema para hacer uso político, como suelen hacerlo los medios de comunicación.

El activismo por Palestina está basado en la difusión y denuncia de la violencia y la injusticia que se comete contra un pueblo. Verificar que los gobiernos y los Organismos destinados a preservar la paz mundial cumplan y hagan cumplir a Israel con las Declaraciones, Acuerdos y Tratados Internacionales es parte de nuestro trabajo.

En cada país del mundo hay movimientos de apoyo en favor de la causa, dentro incluso del propio Israel están grupos muy activos, en contra del muro, por el fin de la ocupación y en general por revertir la política sionista.

El camino que nos queda para ver la justicia en Palestina aún es largo, pero es la prueba mayor de la humanidad y el legado para las siguientes generaciones. Desmantelar el muro y lograr la paz para ambos pueblos, es la máxima aspiración que debemos tener como humanos, será la prueba contundente de que como humanidad no hemos fracasado.