«Todo es posible juntos». Esto es lo que pensé ayer cuando me enteré de la aprobación de la moción presentada al Ayuntamiento de Milán sobre el documento de las Naciones Unidas sobre el desarme nuclear.
La solicitud de los Concejales del Ayuntamiento de Milán pertenecientes a diversos grupos políticos: PD, Sinistra per Milano, Lista Beppe Sala, Movimento 5 Stelle, Milano in Comune, es una invitación al Alcalde, Beppe Sala y su Consejo a «remarcar al Gobierno italiano, considerando que Milán es una ciudad de la Paz (forma parte de Alcaldes por la Paz), la importancia de firmar y ratificar el Tratado de la ONU (sobre el desarme nuclear a nivel mundial) para que los objetivos y principios de la Carta de las Naciones Unidas puedan contar con muchos países decididos a no abdicar al papel de guardianes de la paz, del medio ambiente y de la humanidad».
Pueden parecer ser asuntos muy alejados de un Concejo Municipal, pero no lo son. Una ciudad como Milán tiene su propia tradición de rutas de la paz. Milán es una ciudad de acogida, con todas las dificultades que se pueden encontrar dada su gran extensión, pero el espíritu es acoger a los que vienen de lejos en busca de una vida digna tratando de seguir dándola a los que ya viven allí. En su territorio crecen algunos ejemplares de Árboles de la Paz de Nagasaki, sobrevivientes del ataque atómico del 9 de agosto de 1945.
El resultado de ayer es sin duda un pequeño paso, pero también es significativo porque es el resultado de meses de intercambio entre las distintas asociaciones no violentas a nivel nacional, pero no únicamente. Ha habido un diálogo constante con los miembros del consejo municipal hoy en día, y con los que han querido encontrar una manera de elaborar un documento que podría ser realmente la expresión de un camino para todos, que continuara lo que había comenzado y llevado a la aprobación del Tratado en la ONU el 7 de julio de 2017, el resultado de la campaña de cerca de 468 asociaciones de 101 países, coordinada por ICAN, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2017, aprobada por 58 países y ratificada por 7. Que Milán sea un estímulo (como hemos estado buscando durante meses con la campaña «Italia ripensaci») para muchos otros municipios y que lleguemos a la aprobación y ratificación de un documento fundamental para nuestras vidas. Mientras tanto, continuaremos nuestro camino de difusión y aliento para crear cada vez más una cultura de paz y desarme para un futuro realmente diferente al de hoy, especialmente para los nacidos en el presente, como también se señaló ayer en el Salón.