Vincenzo Bove, University of Warwick for The Conversation
La exportación de armas del Reino Unido a Arabia Saudita aumentó en un 175% en los primeros nueve meses de 2017 de acuerdo con una investigación hecha por la Campaña contra el comercio de armas. De la misma manera, Francia y Estados Unidos son de los países que más exportan armas a este país del Golfo Pérsico en el que abunda el petróleo. Se estima que solo en 2017 esto generó 2,6 mil millones de dólares.
La venta de armas es un negocio lucrativo. Además del dinero que se genera, el comercio de armas también es un barómetro de la calidad de las relaciones entre estados y crea una interdependencia que brinda incentivos a los gobiernos actuales para que cooperen con los vendedores de armas.
La dependencia al petróleo es otra razón. A veces esta idea se descarta como una teoría de conspiración, pero mis colegas Claudio Deiana, Roberto Nisticò y yo hace poco investigamos hasta qué punto los países que dependen del petróleo transfieren armas a los países ricos en petróleo. Resulta que es mucho.
La transferencia internacional de armas es uno de los sectores más dinámicos y lucrativos del comercio internacional. Mediante un estimado hecho por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, las transferencias globales de armas importantes has crecido continuamente desde 2004 y entre 2012 y 2016 alcanzaron su punto más alto que cualquier periodo de cinco años desde el final de la Guerra Fría. El valor del comercio mundial de armas en 2015 fue de al menos 91,3 mil millones de dólares, casi el mismo valor que el PIB de Ucrania, o la mitad del PIB de Grecia.
Ya que ningún país es autosuficiente en tanto a la producción de armas, incluso los Estados Unidos, la mayor parte de los países en el mundo importan armas, como se muestra en la imagen a continuación, que muestra el volumen de las importaciones de armas de las principales armas convencionales entre 2012 y 2016.
Al mismo tiempo, la exportación de armas es parte clave de las políticas nacionales, y las armas suelen darse solo a aliados cercanos. No es poco común que las armas se transfieran a los aliados de forma gratuita, cobijándose bajo la excusa de la ayuda militar, como el apoyo militar de los Estados Unidos a Colombia para combatir los carteles de la droga y los grupos insurgentes. Del mismo modo, la ausencia del comercio de armas entre dos países puede reflejar un deseo de salvaguardar la seguridad nacional. Por ejemplo, si existe el temor de que la nación importadora pueda volverse una amenaza futura.
La conexión del petróleo
Para probar la idea de que la dependencia energética lleva a un mayor volumen de transferencia de armas entre países, reunimos un gran conjunto de datos con información sobre la riqueza petrolera (como producción, reservas y descubrimientos recientes) y datos sobre el comercio del petróleo, para medir la interdependencia energética y el potencial daño de las inestabilidades regionales a los suministros de petróleo.
Descubrimos la existencia de una “dependencia local al petróleo”, que indica que la cantidad de armas importadas tiene una relación directa con la cantidad de petróleo exportada al proveedor de armas. Especulativamente, la exportación de armas a un país específico se ve afectada por el grado de dependencia de su suministro de petróleo. Cuanto mayor sea la cantidad de petróleo que el país A importa del país B, mayor será el volumen de armas que el país A transferirá al país B.
Pero no solo encontramos la existencia de una relación directa de petróleo por armas. Nuestros resultados también revelaron la presencia de una “dependencia global”. Cuanto más un país depende de las importaciones de petróleo, mayores son los incentivos para exportar armas a economías ricas en petróleo, incluso en la ausencia de un intercambio bilateral y directo de petróleo por armas. La idea es que, al proveer armas, un país dependiente de petróleo busca contener el riesgo de inestabilidades en un país rico en petróleo.
Un país rico en petróleo no necesita ser el proveedor directo de un país dependiente del petróleo, ya que es probable que las interrupciones en la producción de petróleo afecten los precios del petróleo en todo el mundo. Los acontecimientos violentos como las guerras civiles o los incidentes terroristas a menudo van acompañados de un aumento en los precios del petróleo o de una inseguridad más general en tanto al suministro de petróleo. Ese fue el caso de muchas guerras recientes, como la Guerra del Golfo y la Guerra de Irak, los disturbios políticos en Venezuela en 2003 y el conflicto reciente entre Irak y Kurdistán.
Así que no importa la cantidad de petróleo que el Reino Unido importe directamente de Arabia Saudita para que desee que el país se mantenga estable, lo que a su vez mantiene estables a los precios del petróleo. De acuerdo con esto, descubrimos que un país que ha descubierto recientemente nuevos yacimientos de petróleo aumentará su importación de armas desde las economías dependientes del petróleo en un 56%.
Nuestros resultados apuntan de forma consistente hacia la conclusión de que el comercio de armas es una herramienta eficaz de política exterior para asegurar y mantener el acceso al petróleo. Como tal, el comercio de armas revela los intereses nacionales más allá de simples consideraciones económicas, y el volumen de las transferencias bilaterales de armas puede usarse como un barómetro de relaciones políticas entre el proveedor y los estados receptores. Al mismo tiempo, descubrimos que el petróleo podría jugar un papel aún más importante para influir en las decisiones políticas y económicas de lo que generalmente se reconoce.
Vincenzo Bove, lector en política y métodos cuantitativos, Universidad de Warwick
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Leer el artículo original.
Traducido del inglés por Valeria Torres