Decenas de miles de palestinos participaron el viernes en la Gran Marcha del Retorno, conmemorando el Día de la Tierra. El ejército israelí asegura que parte de los manifestantes lanzaron bombas incendiarias y neumáticos en llamas contra la posición de los soldados quienes respondieron con balas de goma y de plomo, además de gases lacrimógenos.
El saldo de este presunto enfrentamiento es de 17 palestinos muertos en la frontera entre Israel y Gaza, dos de los cuerpos fueron encontrados en territorio israelí el día de hoy.
“Estaban armados con rifles y su intención era cometer un ataque terrorista en Israel”, publicó el comandante general Yoav Mordejai, en la página de Facebook en árabe de la Oficina de Coordinación para las Actividades del Gobierno en los Territorios (Cogat).
1.400 palestinos resultaron heridos en la feroz represión y ahora comienza el conflicto diplomático por los cuerpos de las víctimas. Israel se niega a devolver el cuerpo de los dos muertos que están en su territorio hasta que los israelíes cautivos en Gaza no sean devueltos para “un entierro en Israel”.
El organismo de fronteras israelí todavía tiene en su poder 24 cadáveres de palestinos que perdieron la vida desde 2014 cuando se realizaron operaciones militares y del año pasado cuando destruyeron un túnel. El gobierno de Israel asegura que Palestina tiene en su poder 4 cuerpos, el de dos soldados y de dos ciudadanos israelíes.
Francotiradores israelíes impiden que los palestinos puedan acercarse a menos de 300 metros de la frontera, intentando evitar que vuelvan a realizarse concentraciones de rechazo a la ocupación de los territorios palestinos.
De hecho, el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, prometió una acción contundente si los palestinos persisten con las protestas. “Nos defenderemos”, anunció y señaló a las víctimas de la represión como “conocidos activistas del terrorismo”.
SI bien Naciones Unidas exige que se realice una investigación independiente de la masacre del viernes, Israel ya advirtió que no colaborará con ninguna investigación y dijo ser víctima de una campaña de acusaciones permanente de la ONU “injusta y cínica”.
Para Lieberman el 90 % de los 40 mil manifestantes del viernes son terroristas o tienen relación con terroristas y su único objetivo es destruir Israel.
El mandatario turco Recep Tayyip Erdogan había criticado la violenta represión del viernes contra los palestinos y este domingo respondió que no aceptará lecciones de “quien bombardea civiles” y calificó a sus fuerzas armadas como las “más morales del mundo”.