Transcribimos acá la entrevista exclusiva que Amy Goodman hizo al ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
AMY GOODMAN: Continuamos con nuestra entrevista exclusiva con el ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, popularmente conocido como Lula. El ex dirigente sindical de gran popularidad se está postulando nuevamente a la presidencia en las elecciones de este año a pesar de estar condenado y con posibilidad de ir preso, en un juicio por corrupción que mucha gente considera fraudulento, ligado a la cada vez más extensa investigación conocida como Operación “Lava Jato” (lavado de autos). Lula fue condenado por aceptar un apartamento en la playa por parte de una empresa de ingeniería que buscaba obtener un contrato con la petrolera estatal Petrobras. Pero mucha de la gente que apoya a Lula afirma que la sentencia tuvo motivaciones políticas. El portal periodístico The Intercept señaló en un reciente informe: “La acusación contra Lula está llena de irregularidades. El título del apartamento nunca fue transferido a Lula ni a sus socios; él y su esposa nunca usaron la propiedad; la fiscalía no pudo identificar ninguna compensación o beneficio concreto recibido por Lula en relación con Petrobras; no hay ningún documento oficial ni interno que vincule a Lula con dicho apartamento; y el juicio se sostiene casi por completo en el testimonio del funcionario de la empresa que esperaba obtener clemencia judicial por su cooperación”. Durante nuestra entrevista, el presidente Lula se refirió al juicio y a la sentencia en su contra.
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Yo no fui acusado por corrupción. Fui acusado por una mentira en una investigación policial, una mentira en la acusación del Ministerio Público y en la sentencia del juez Moro. Porque sólo hay una prueba en todo este proceso, que es la prueba de mi inocencia, que mis abogados defensores explicaron de manera magistral. Estamos esperando que los acusadores muestren al menos alguna evidencia que indique que cometí algún crimen durante mi mandato como presidente. Porque lo que está detrás de esto es la intención de criminalizar a mi partido político. Lo que está detrás de esto es el interés de parte de la élite política de Brasil y de un sector de la prensa, reforzado por la intervención del Poder Judicial, de evitar que Lula sea candidato en las elecciones presidenciales del 2018. Y sigo desafiando a la policía federal, sigo desafiando al Ministerio Público, sigo desafiando al juez Moro y al tribunal de segunda instancia a que muestren al mundo y a Brasil una sola evidencia de algún crimen cometido por mi. El comportamiento del poder judicial en este momento tiene motivaciones políticas.
AMY GOODMAN: Sr. Presidente, el año pasado la derrocada presidenta Dilma Rousseff dijo: “El primer capítulo del golpe fue mi destitución. Pero hay un segundo capítulo, que es impedir que el presidente Lula sea candidato en las próximas elecciones”. ¿Usted también lo ve así, como el capítulo final del golpe? Si su condena queda ratificada, ¿se le impedirá postularse en las elecciones de octubre?
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: En 12 años en el gobierno el Partido de los Trabajadores logró hacer muchas cosas que no se habían logrado en todo el siglo XX. En nuestro país, en 12 años, 40 millones de personas pudieron acceder a una calidad de vida de clase media. Sacamos a 36 millones de personas de la indigencia. Mientras que en Europa se perdieron 62 millones de puestos de trabajo desde 2008, nosotros hemos creado 20 millones de empleos formales en nuestro país. Durante 12 años, todos los trabajadores brasileños tuvieron aumentos de sueldo por encima de la inflación. Ha sido el momento de mayor crecimiento económico en la historia de Brasil. El período de mayor aumento de la distribución de ingresos en la historia de Brasil. Para darte una idea, en 12 años, 70 millones de personas que nunca habían entrado a un banco comenzaron a usar el sistema bancario. Obviamente que después de sacar a Dilma no iban a querer que Lula regresara. Porque ellos saben que la relación que tiene Lula con la sociedad brasileña es más fuerte que la de cualquier otro presidente en la historia de Brasil. Y aún más importante, Amy, ellos saben que estoy absolutamente convencido de que la mejor manera de recuperar la economía de Brasil es fortaleciendo el ascenso del pueblo pobre y trabajador. Y saben que yo sé cómo hacerlo. Cuando el pueblo pobre tenga trabajo, cuando reciba salarios justos, cuando puedan estudiar y estén comiendo mejor, cuando tengan mejores viviendas y puedan vestirse mejor; la economía volverá a crecer, volveremos a ser el país más optimista del mundo y el pueblo más alegre del mundo. Por eso, Amy, quiero ser candidato a la presidencia de Brasil. Para demostrar que un tornero mecánico que no tiene título universitario sabe cuidar al pueblo brasileño mucho mejor que la élite brasileña, que nunca cuidó del pueblo brasileño.
AMY GOODMAN: Presidente Lula, ¿por qué tomo la decisión de postularse de nuevo a la presidencia?
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Pues la verdad es que todavía no lo he decidido. Quien está decidiendo es el pueblo brasileño. Verás, en todas las encuestas de opinión que se hacen en Brasil, mes a mes, que son muchas, yo aparezco en el primer lugar. Yo aparezco como el candidato con menos rechazo y más posibilidades de ganar las elecciones en la primera vuelta. Y esto es lo que molesta a mis adversarios. Estoy convencido que la Corte Suprema o el Supremo Tribunal de Justicia me va a absolver y voy a poder ser candidato a la presidencia de la República, y voy a ganar las elecciones y lograr que Brasil vuelva a ser protagonista de la política internacional. Voy a lograr que la economía vuelva a crecer, voy a generar empleos y mejorar la calidad de vida del pueblo. Esto es algo que sé hacer muy bien.
AMY GOODMAN: Si su caso no va bien en la Corte Suprema, ¿consideraría dar un paso al costado?
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Antes que nada Amy, yo soy muy optimista, muy optimista. Ahora, si sucediera que no puedo ser candidato, si mi nombre no pudiera estar en la boleta de votación —porque tiene que estar el nombre y la fotografía del candidato en la boleta electrónica aquí en Brasil—, en ese caso, el partido convocaría una convención para discutir qué hacer. Yo voy a luchar hasta el fin, confiando en que se hará justicia. Ahora, si mi inocencia se prueba, considero que el juez Moro debería ser removido de su cargo. Porque no podemos tener un juez que mienta en una sentencia y condene a alguien que sabe que es inocente. Él sabe que ese apartamento no es mío. Él sabe que no lo compré. Sabe que no lo pagué. Sabe que nunca estuve allí. Sabe que no he recibido dinero de Petrobras. Lo que sucede es que él se subordinó a los medios de comunicación… le dije, en mi primera audiencia con él: “Tú no estás en condiciones de absolverme porque la mentira ya ha ido demasiado lejos”. Es la desgracia de quien miente una vez y luego se pasa la vida entera mintiendo para justificar la primera mentira. Ellos están mintiendo con respecto a mí. Y voy a demostrar que ellos están mintiendo.
AMY GOODMAN: Bueno, usted plantea dos cuestiones, presidente Lula: la acusación de los medios y la acusación del juez. ¿Puede profundizar sobre ambas? Comience con los medios.
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Bueno, Amy, sería importante que vinieras a Brasil para que conozcas lo que está pasando con la prensa brasileña. Fui presidente durante ocho años. Dilma fue presidenta durante cuatro años. Durante 12 años, la prensa no hizo otra que cosa más que tratar de destruir tanto mi imagen como la imagen de Dilma, y la imagen de mi partido. El principal noticiero de Brasil ha presentado más noticias negativas sobre mí que sobre cualquier otro presidente de la historia del país. En otras palabras, intentan a diario masacrarme, contar mentiras sobre Lula, sobre la familia de Lula. Y la única arma que tengo es confrontarlos. Y les molesta que aunque me hayan atacado durante cuatro años, cualquier encuesta de opinión, de la consultoría de opinión pública que sea, igual da a Lula como ganador en las elecciones de Brasil. En segundo lugar, está el Ministerio Público y la operación “Lava Jato”. Respeto mucho al Ministerio Público como institución. Como miembro de la asamblea constituyente ayudé a fortalecer el papel del Ministerio Público. Pero el Ministerio Público creó un grupo de trabajo, coordinado por un fiscal que fue a la televisión y mostró una presentación de PowerPoint que decía que el PT fue creado para ser una organización criminal y que por el hecho de ser la persona más importante del PT, Lula era el jefe de esa organización criminal. Y al final de su acusación simplemente dijo lo siguiente: “No me pidan pruebas. No me pidan pruebas. Lo que tengo es convicción”. Yo no quiero ser juzgado por la convicción de un fiscal. Que se guarde sus convicciones para sí mismo. Si él me está procesando, quiero que haga su presentación en el juicio, que le diga al pueblo brasileño qué crimen cometí. Lo único que realmente quiero es que se evalúe la validez del proceso en mi contra. Quiero que el fiscal lo evalúe. Que lea el informe de la acusación y el informe de la defensa. Y que a partir de ahí tome una decisión. Lo que realmente quiero en este momento es que se haga justicia en este país.
AMY GOODMAN: El candidato que va segundo en las encuestas para las elecciones de Brasil es un congresista de extrema derecha y ex soldado llamado Jair Bolsonaro. Se lo ha llamado el “Trump brasileño”. ¿Puede contarnos quién es o qué representa? ¿Sabe si existe comunicación entre él y el gobierno de Estados Unidos?
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Amy, yo no puedo emitir acusaciones contra un adversario. Lo único que me gustaría es tener el derecho de participar en las elecciones aquí en Brasil, para ganar las elecciones y recuperar el derecho del pueblo brasileño a vivir bien. No puedo emitir un juicio sobre el presidente estadounidense, así como no puedo emitir un juicio sobre el presidente de Uruguay, y mucho menos puedo emitir un juicio sobre mis adversarios.
AMY GOODMAN: ¿Pero podría explicar lo que él representa y cuáles son las diferencias que hay entre ustedes?
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Él es un diputado federal. Fue capitán del ejército brasileño. La información que tenemos es que fue expulsado del ejército. Y él es un hombre que tiene un comportamiento de extrema derecha, fascista. Tiene mucho prejuicio contra las mujeres, contra la gente negra, contra la gente indígena, o sea, contra los derechos humanos. Cree que todo se puede resolver con violencia. Entonces, pienso que él no tiene futuro en la política brasileña. Tiene el derecho a presentarse como candidato. Él habla, proyecta una imagen para atraer a una parte de la sociedad que es de extrema derecha. Pero no creo que el pueblo brasileño tengan interés en elegir a alguien con estas características para servir como presidente de la república.
AMY GOODMAN: ¿Cree que él se puso contento con la muerte de Marielle?
LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Creo que sí, porque predica la violencia todos los días. Él considera que quien defiende los derechos humanos está perjudicando la democracia. Considera que quien defiende los derechos de las mujeres está perjudicando la democracia, que quien defiende los derechos de la gente negra perjudica la democracia. Él está en contra de todo lo que yo apoyo en materia de derechos humanos.