En Siria, la evacuación masiva de civiles amenaza con dejar a los trabajadores humanitarios «invadidos» y «extremadamente carentes de fondos», a medida que surgen detalles de la destrucción sin precedentes en áreas urbanas como la antigua ciudad de Raqqa, gobernada por el EIIL, dijo Jan Egeland, asesor principal de la ONU, el 4 de abril de 2018.
«Este es el momento equivocado para darle la espalda a los civiles«, dijo a los periodistas en Ginebra, destacando que los proyectos de ayuda en Siria ahora están financiados en menos del ocho por ciento.
Egeland, quien había asistido anteriormente a una reunión programada por el grupo de trabajo humanitario de las Naciones Unidas sobre Siria, dijo que más de medio millón de hombres, mujeres y niños habían sido desplazados en los últimos tres meses en Idlib, del este de Ghouta, y del distrito de Afrin en el norte de Alepo.
Describió las evacuaciones masivas de civiles como «medidas desesperadas en momentos de desesperación» y agregó que habían desempeñado su papel en la terminación de batallas en las zonas urbanas de Siria.
Pero también han contribuido a una situación humanitaria desesperada.
Solo en la provincia de Idlib, alrededor de 1,5 millones de personas fueron desplazadas hacia varios lugares, por lo que es «el mayor campo de refugiados del mundo en muchos sentidos», dijo Egeland, asesor principal del Enviado Especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
Egeland también proporcionó detalles sobre la destrucción de la ciudad de Raqqa, que alguna vez fue el bastión de los extremistas del Estado Islámico de Iraq y Levante (ISIL), y dijo que era incluso peor que en Aleppo y Homs, otras dos ciudades sirias que han visto la destrucción masiva en el transcurso de los siete años de conflicto.
En el último esfuerzo para Ghouta Oriental, en las afueras de la capital siria, Egeland dijo que no había «informes recientes de enfrentamientos y ataques aéreos» y que «con suerte la batalla ya ha terminado en las áreas densamente pobladas».
Hasta hace poco, más de 400.000 personas habían sido acorraladas durante años en partes de Ghouta Oriental.
El área ha estado sujeta a un ataque respaldado por el gobierno que empezó a mediados de febrero y ahora solo 130.000 personas aún viven allí, dijo Egeland.
De ese número, alrededor de 80.000 han ido a refugios en áreas controladas por el gobierno de Damasco Rural y un tercio se han ido voluntariamente, un importante indicador de libertad de movimiento, agregó el funcionario humanitario.
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Refiriéndose a las «negociaciones en curso» entre el gobierno sirio y los grupos armados durante la evacuación de los que quedaron en las localidades de Ghouta Oriental, Egeland dijo que esperaba que a las personas se les permitiera quedarse si lo deseaban.
También pidió una amnistía «para los que guardan sus armas».
En la ciudad de Raqqa, en el norte de Siria, Egeland dijo que 100.000 personas habían regresado allí para vivir, y el mismo número estaba fuera de la ciudad con la esperanza de regresar a casa.
Lo que les espera es una devastación casi total, añadió, citando un nuevo informe compilado por 25 expertos de la ONU acostumbrados a trabajar en situaciones de conflicto, pero que, sin embargo, se sorprendieron por la destrucción que encontraron.
Las casas estaban «todavía llenas de bombas» y los niños «seguían siendo mutilados y asesinados», según Egeland, quien también señaló que solo hay un hospital en Raqqa y casi no hay servicios públicos. (FUENTE: ONU).
Traducido del inglés por Valeria Paredes