Diógenes Moura Breda, economista y militante de las Brigadas Populares en directo desde Campinas, estado de São Paulo, nos ayuda a comprender la situación de Brasil, los desafíos de la izquierda, el asesinato de Marielle Franco, la ausencia de democracia.
Hace menos de 10 días fue asesinada la legisladora brasileña Marielle Franco, activista de los derechos de los favelados, las personas que viven en los barrios más pobres de Rio de Janeiro, luchadora por los derechos de los afrodescendientes, la diversidad sexual y una ferviente feminista. Fue acribillada con balas que pertenecen a la policía pocas horas después de haber sido designada Relatora de la Comisión Parlamentaria que debía supervisar y monitorear la intervención militar decretada por Michel Temer. Marielle Franco se opuso en todo momento a esta intervención que consideraba un factor que iba a aumentar la violencia en Rio de Janeiro, ella fue una de las primeras víctimas de esta maniobra política. Diógenes, miles y miles de brasileños han salido a las calles a rendirle homenaje y exigir justicia por Marielle Franco, cuéntanos por favor cómo era Marielle.
El asesinato, la ejecución de Marielle ha causado una movilización nacional muy fuerte en muchas ciudades del país, una conmoción que tiene que ver también con el estado actual de la política, la economía, de la sociedad brasileña. Entonces, desde que supimos de la ejecución brutal, además de la ejecución, en la escena del crimen se hizo para que se supiera que se trataba de una ejecución, fue una ejecución planeada, una ejecución con vistas a generar lo que estamos hablando aquí, un aviso desde el estado de los sectores conservadores, de un ascenso de medidas autoritarias que es lo que hemos estado viendo en los últimos años en el país, sobre todo desde el golpe parlamentario contra Dilma ha habido un ascenso de la derecha, de los movimientos conservadores y el caso de Marielle Franco es la culminación por un lado y también una intensificación.
Culminación porque Brasil es un país que está fundado, está basado en una violencia sistemática en contra de la población pobre, en contra de los negros, de las mujeres, en contra de los jóvenes, es uno de los países del mundo mas peligrosos para ejercer la defensa de los derechos humanos; todos los años hay una cantidad de liderazgos políticos, sobre todo en el campo y liderazgos indígenas que son sistemáticamente asesinados y crímenes que la mayoría de las veces no resulta en una evaluación por parte de las autoridades, lo que nos hace pensar que hay una connivencia. Hay una relación entre el Estado, entre la violencia estatal y estos crímenes. Por otro lado, también es importante decir, yo creo que tenemos en esta relación de violencia sistemática de país, que muchas veces se presenta Brasil como una democracia racial, como un país cordial, lo que pasa es todo lo contrario; tenemos la policía que mata más y que muere más, la policía militar que más mata en el mundo, tenemos la tercera mayor población carcelaria del mundo, en su mayoría jóvenes, más de un 50% de la población carcelaria de Brasil son jóvenes y cerca de un 70% de la población carcelaria del país son de negros y negras y eso en la violencia más explícita, pero también hay una violencia económica muy fuerte en Brasil. Estamos hablando de un país que tiene la desigualdad más alta de América Latina donde 6 multimillonarios tienen un ingreso equivalente a la mitad de la población brasileña, hay 100 millones de personas en Brasil, es un país fundado, basado, en la violencia.
¿Qué es lo nuevo en el caso de Marielle? Es que el crimen se basó en uno de los mayores centros urbanos del país, cosa que hasta el momento no era tan común, aunque el genocidio de los negros, de los pobres, de los jóvenes en las grandes ciudades es un hecho hace mucho tiempo y sobre todo una ejecución que tiene como blanco una persona como ustedes dijeron que luchaba justamente en contra, denunciaba la violencia estructural del país y en el caso específico denunciaba de forma muy fuerte esta alternativa que ya se ha mostrado totalmente incapaz de resolver el problema de la seguridad en el país que es el tema de la intervención militar.
Estaba pensado que Marielle en esta lucha por visibilizar justamente este problema, incluso hasta su muerte, finalmente, termina sirviendo para mostrar esta realidad oculta de Brasil porque estaba pensando que desde que Temer ocupa el palacio de gobierno mataron a 36 concejales en Brasil, sin embargo, hasta el caso de Marielle el mundo no está hablando de esto que está pasando en Brasil.
Ahí hay cierta convivencia del mismo estado en ocultar esta violencia estructural, el tema es que con Marielle el hecho de que haya sido una de las concejales más votadas en Rio de Janeiro, joven, tenía una carrera política por delante, una mujer de izquierda. Creo que vuelve este crimen algo emblemático y afortunadamente sí se puede hablar de algo de este tipo en un momento como este, afortunadamente la respuesta de los movimientos sociales, no solamente de los movimientos sociales sino de la ciudadanía, ha sido muy fuerte y esperamos que este movimiento que es también un reconocimiento de la lucha y seguramente es lo que Marielle estaría haciendo si otra persona hubiera sido blanco de una ejecución de este tipo, también estaría en las calles luchando para que esa violencia estructural se vuelva clara, se vuelva explicita hacia todos y se transforme también en iniciativas políticas.
A toda esta incertidumbre que genera toda esta inequidad de la que estás hablando, esta desigualdad tan sistémica, ahora mismo está el tema de la posible detención de Lula da Silva que muestra también esa inseguridad jurídica que se vive en Brasil, fue condenado sin pruebas ahora no quieren que sea candidato a presidente porque no quieren que la gente lo elija que es lo que pareciera que va a ocurrir. En este clima tan complejo que nos estás describiendo, Diógenes, nos preocupa que pueda haber un estallido social en caso de que Lula sea detenido, ¿cómo ves este escenario?
El caso de Lula ya esta en el Superior Tribunal de Justicia, ayer hubo una sesión para decidir si Lula iba a ser efectivamente arrestado, porque su condenación en segunda instancia ya ocurrió, se pospuso la decisión para el 4 de abril. En este momento hay todo un clima de indefinición respecto a lo que va a pasar. Por un lado yo creo que es importante tener claro que la propuesta de los sectores de la élite del país, de los sectores dirigentes de la derecha, pero también del sector empresarial, finanzas, los bancos ha escogido desde el golpe parlamentario una política de irse hacia los extremos. Ya no tenemos garantizado de ninguna forma el mínimo proceso democrático y estamos hablando de una democracia restringida que es el caso de casi todos los países de América Latina. Mismo esta democracia restringida no tenemos ahora certeza de que seguiremos con estos mecanismos que son insuficientes pero que de alguna manera garantizaban un mínimo de participación. El golpe parlamentario tiene todo que ver con el asesinato de Marielle y todo que ver con el tema de la intervención militar, este camino hacia el extremo, que nuestro sector es la élite del país, que es una élite racista, que es una élite que ve el pobre como un enemigo, entonces a ver qué es lo que pasa, si Lula efectivamente no puede concurrir a las elecciones y para finalizar hay que poner ahí acento en otra cosa que es desafortunadamente, la resistencia desde el PT, que no es el único campo de izquierda del país, hay que dejarlo muy claro ha sido también muy tímida en este campo.
Entonces lo que muchas veces nos preguntamos nosotros a izquierda independiente efectivamente Lula y el PT va a convocar una revuelta popular, una desobediencia civil si no puede concurrir o si va a aceptar las reglas del juego, aunque las reglas del juego han sido impuestas de forma muy autoritarias desde el golpe parlamentario.
Lo que sucedió, el asesinato de Marielle mueve en algún sentido ese escenario electoral, en qué sentido lo puede mover, cuál sería el análisis que tú harías al día de hoy de ese escenario electoral.
Lo que yo veo es que el asesinato de Marielle ahora va a entrar en un periodo de disputa de narrativas porque por un lado el gobierno de Temer y sus aliados, o sea todo el campo de derecha trata de utilizar el asesinato de Marielle como una justificación para la intervención militar y, por lo tanto, por legitimar este programa de gobierno, este es un lado de las narrativas que va a estar en el centro de la disputa electoral. Tenemos ahí en el campo de la derecha dos posibilidades: una posibilidad vinculada más en el campo de Michel Temer que todavía no sabemos quién va a ser en ese sentido, esta parte de la derecha no tiene hasta ahora un candidato con mucha fuerza, está tratando de conseguir a alguien y por otro lado hay un tipo llamado Jair Bolsonaro, que es un tipo de extrema derecha con un programa netamente fascista, que hoy día tiene un 15 % de las intenciones de voto y obviamente este sector más de extrema derecha va a tratar de apropiarse del asesinato de Marielle para ponerlo en el programa electoral.
Por parte de la izquierda, digamos el centro izquierda, el escenario también es un poco nebuloso. Que si Lula no sale a la presidencia como candidato, sus otros sustitutos Fernando Adame que probablemente que el exalcalde de Sao Paulo o Jaques Wagner es gobernador del estado de bahía no tienen la fuerza electoral que Lula tiene, no es solamente porque son del PT que van a tener la misma votación que Lula, porque entre Lula y PT también hay una disociación en términos de lo imaginario popular. En la izquierda independiente algo parecido lo que pasó en Chile con el Frente Amplio, hay un movimiento que se llama “Vamos” que es una plataforma construida entre partidos y movimientos sociales, movimientos de los sin techo que aquí están muy fuerte y que presentó ya como candidato a Guillermo Boulos, que es el líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo de Brasil y como su vice a Sonia Guajajara, que es la mayor lideranza indígena del país. Entonces, esta candidatura también nos tiene muy esperanzosos que pueda crecer, pero no hay pronóstico seguro de lo que va a pasar, va a depender lo que se decida el 4 de abril, si Lula no sale lo más probable es que tengamos un escenario de mucha fragmentación, tanto el lado de la izquierda como el lado de la derecha, sería un cambio esencial en la polarización pasada que se quedaba entre el PT por un lado y el PSDB por el otro.
Estamos conversando sobre el panorama electoral, recién nos hablabas de la candidatura de Guillermo Boulos el dirigente del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo y él hablaba de que eso abría una posibilidad de esperanza entre la entrevista que habíamos hecho con Gunther y esta que estamos haciendo, esa fue quizás la mejor noticia desde Brasil, desde el punto de vista político justamente por esta incorporación o como nos contaba recién Diógenes de una dirigente de los pueblos originarios como vicepresidenta, por supuesto que no se ve que tenga en realidad chances de ganar, pero sí me gusta esta posibilidad de una articulación desde la izquierda.
El hecho de que haya tanta esperanza con relación a la candidatura de Guillermo y Sonia tiene que ver con un cierto agotamiento de este político Brasileño tal cual lo conocimos desde fines de la dictadura militar en Brasil, fue un arreglo del 89 que combinó de una manera muy rara democracia con neoliberalismo, se volvió la democracia un pacto por arriba, pero a la vez se impusieron tolos, las “sugerencias”, las imposiciones del Banco Mundial y del FMI. Y, más o menos, tanto el PT, obviamente con sus diferencias no estoy tratando de ponerlo en el mismo nivel ni de igualarlos, tanto el PT como el PSDB trataron de alguna manera de administrar el pacto.
El PSDB con sus programas de ajustes que estamos viendo ahora en un segundo momento con Temer, pero el PT gobernó, distribuyó el ingreso, programas sociales, etc. Pero sin alterar esencialmente este pacto; este pacto que tienen que ver con una prevalencia el sistema financiero, un crecimiento gigantesco a la deuda pública. Ustedes ahí en Ecuador sabrán que la deuda pública es un tema importantísimo, el PT no movió la deuda pública, por el contrario la elevó brutalmente, entonces este pacto con la crisis del 2008, etc, se agotó y la posibilidad de salir de la crisis económica y social que tenemos. Tenemos una crisis económica importantísima en el país, un desempleo altísimo de unos 12 %, una subida brutal de los empleos informales, una baja de los ingresos medios, las clases trabajadoras; mientras los bancos siguen teniendo sus ganancias elevadas.
Para salir de esta crisis es necesario hacer algunos enfrentamientos, un enfrentamiento con el sistema financiero, el tema de la deuda, un enfrentamiento con el tema distributivo, porque en Brasil los ricos no pagan impuestos y eso creo que es una realidad Latinoamericana y un tema de la democracia, un avance hacia formas participativas de la democracia que el PT, aunque tenía los instrumentos legales no puso en marcha. La candidatura de Boulos y Sonia que es parte de una candidatura amplia de movimientos tiene que ver con esta necesidad de enfrentamiento, un enfrentamiento más duro con relación a esta estructura que se votó; la nueva república, el agotamiento de la nueva república y entre las candidaturas de izquierda es la única que, apuesta en un tema de la democratización de la democracia y enfrentamiento a los privilegios, la estructura social y económica desigual del país. Yo de mi parte, mis organizaciones estamos apostando en esta candidatura, haremos todo lo posible para que crezca, yo creo que en un clima de indefinición como lo que estamos viviendo una candidatura de este tipo radical, anti hegemónica tiene grandes chances de crecer bastante.