El 9 de Marzo del año 2015 el entonces Presidente Obama, y ahora Donald Trump, como una forma de preparar el terreno y justificar las acciones venideras, mediante la Orden Ejecutiva 13.692 calificó a Venezuela como una “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política externa de Estados Unidos” y declaró emergencia nacional para abordar esa amenaza. A tal fin, se amparó entre otras, en una ley llamada IEEPA, “Ley de poderes económicos de emergencia internacional” la cual le permite al Presidente tomar decisiones inapelables sin la ratificación del Congreso. Es una ley creada en tiempos de la guerra mundial, un artículo de museo, que permitía la confiscación de las propiedades de ciudadanos alemanes en el territorio de Estados Unidos. Pasada la guerra, esta ley convenientemente se mantuvo y la han utilizado en reiteradas ocasiones para, como bien dijo Obama, “torcer el brazo de los países que no hacen lo que queremos”.
El señor Trump, también renovó este decreto el 25 de Agosto del año pasado, no le gustó que en Venezuela fuera electa por más de 8 millones de votos, una Asamblea Nacional Constituyente, tampoco que al día siguiente de ser instalada desapareciera como por arte de magia la violencia desatada en las calles derrotando pacíficamente el plan de una guerra civil en el país. Para demostrar su enfado, castigó a Venezuela con más agresiones económicas prohibiendo a los bancos estadounidenses realizar nuevas transacciones con el gobierno venezolano y con la compañía Petróleos de Venezuela.
El 20 de Febrero de 2018, el presidente Maduro, como una forma de enfrentar el bloqueo económico anuncia el nacimiento oficial del Petro, una moneda virtual, convirtiéndose en la primera nación que lanza su criptomoneda garantizada por las reservas de petróleo, oro y diamantes, y en su preventa logra un éxito sorprendente. Por supuesto las reacciones en contra no se hicieron esperar, algunos aseguraron que se estaba vendiendo “humo”. Pues parece que “el humo” junto a otras medidas de China y Rusia hacen tambalear el monopolio internacional del dólar. Al señor Trump no le gustaron esas señales de humo y el 19 de Marzo de este año, haciendo uso de este mismo decreto, prohíbe a toda empresa o particular de EEUU hacer transacciones en Petros.
La amenaza inusual y extraordinaria en la que se ha convertido Venezuela según este decreto, es la supuesta erosión de las garantías de los Derechos Humanos de los opositores políticos, pero ojo, no de la oposición en su país, sino, de la oposición en Venezuela. Es muy contradictorio auto proclamarse defensor de los Derechos Humanos de quienes han demostrado que su único objetivo es derrocar a un gobierno electo por una mayoría; que argumenten que hay restricciones a la libertad de prensa, cuando es público y notorio que los líderes de la oposición declaran barbaridades frente a 20 micrófonos cada vez que les da la gana. Y tampoco es cierto que en Venezuela haya una dictadura habiendo celebrado 21 procesos electorales desde 1999 con una alta participación que ya quisiera tener Estados Unidos.
El gobierno de EE.UU. para enfrentar esta amenaza, comienza a publicitar las sanciones económicas contra Venezuela, primero con sanciones, o mejor dicho agresiones, a funcionarios del gobierno incluido el Presidente Maduro, apretando gradualmente el cerco y el asedio para hacer “chillar” a la economía como lo hicieron en tiempos de Allende en Chile, privar al pueblo venezolano de alimentos y medicinas, generar la tan ansiada «crisis humanitaria» y debilitar el apoyo al gobierno. Estas agresiones no son algo nuevo, desde 1999 de manera solapada lo vienen haciendo, y con mayor descaro a partir del 2015 con este decreto, la única diferencia es que ahora asumen el protagonismo y lo convierten en un show mediático, que acapara grandes titulares en todo el mundo.
Tomando en cuenta que en este decreto se declara una emergencia nacional y se hace uso de una ley creada para tiempos de guerra, lo más lógico es pensar que la edulcorada defensa de los derechos humanos, la democracia o la libertad, no son el motivo de esta feroz agresión económica. En recientes declaraciones el secretario del Tesoro Steven Mnuchin, me aclaró la mente cuando explicó que estas sanciones, están dirigidas a “ahogar a Venezuela hasta la sumisión“. Así que no hay que ser un genio para saber que lo que quieren es apoderarse del petróleo y las inmensas riquezas naturales que están en el suelo venezolano, las cuales son un objetivo estratégico para mantener a futuro su estilo de vida y sustentar los suministros de la industria militar internacional. Sin embargo, por más que leí el decreto, sus anexos y la letra pequeña, en ninguna parte se lo menciona.
En el programa local de televisión “Dossier” recientemente se entrevistó al experto petrolero venezolano Fernando Travieso quien reveló información importante que permite ver con claridad lo que se oculta detrás de este show mediático de los defensores de los derechos humanos, copio textual algunas de sus declaraciones: “…/según investigaciones de la Opep por cada quince barriles de petróleo que se producen solo se descubre uno, no se están encontrando nuevos yacimientos en el mundo. Venezuela es una excepción y recientemente las reservas probadas y certificadas de petróleo en Venezuela aumentaron a más de trescientos mil millones de barriles y constituyen las más grandes del planeta. Para las transnacionales ya no es suficiente la relación que ha mantenido Venezuela como un proveedor confiable de crudo. Ellos pretenden la entrega total de las reservas.
Eso nos ubica en el centro de la confrontación por apoderarse de los hidrocarburos pero por la política soberana establecida por el Comandante Chávez y ha continuado el presidente Maduro, no pueden hacerlo. El presidente Chávez estructuró un complejo ajedrez geopolítico para proteger las reservas de crudo venezolanas. Trajo a la Rosneft de Rusia, a la China National Petroleum Corporation, a la empresa de la India, a empresas de América Latina, porque a mayor cantidad de empresas de diferentes países habría más protección para nuestras reservas. Y un dato importante que no deja de repetir el productor de este programa: la travesía en barco desde las costas de Venezuela a las de Texas en Estados Unidos demora 4 a 5 días, y desde las costas de los países productores de petróleo en Medio Oriente 45 días.
Frente a esto, quedaría muy feo y no tendría ningún apoyo internacional, ni el de sus votantes, ni menos de los que siguen a la oposición, que Estados Unidos anunciara simplemente que se quieren apoderar de un pedazo de este país como un botín de guerra. Necesitan nobles pretextos, como el de ahora, Maduro es un dictador, vamos a defender la democracia y formar una coalición de “ayuda humanitaria”. Este pretexto ha servido para lavar el cerebro de la comunidad internacional encubriendo el hecho que la dictadura es una ficción y el hambre y la miseria ha sido creada y orquestada por ellos.
Lo más seguro es que Obama y luego Trump, cansados de financiar sin éxito a los líderes de la oposición venezolana para que derrocaran al Presidente Maduro, deciden prescindir de ellos y se ponen al frente de la tarea, alardeando de las sanciones ante el mundo como hacían antaño los imperios exhibiendo en la plaza pública a quienes los desafiaban. Sin embargo, la arrogancia les jugó una mala pasada, al hacer visible la guerra económica, arruinaron el mejor argumento de la oposición local, que la crisis económica era culpa del gobierno. A partir de ese momento, los venezolanos cuando van al supermercado o a las farmacias y no encuentran lo que necesitan, o si lo hay es a precios desorbitantes, paulatinamente han ido entendiendo que no es culpa de Maduro sino de los gringos. La verdad es que queriendo ser más eficaces que la oposición, le han hecho un tremendo favor al gobierno. Como dicen por acá, por querer hacer una gracia les salió una morisqueta.
Una anécdota, que demuestra el estado de cordura de los otrora líderes ahora caídos en desgracia, desesperados como están, inventan cualquier cosa con tal de acaparar un titular de prensa, una furibunda opositora, la señora María Corina Machado, alardeando también y terminar de convencer a quienes todavía no lo sabían, escribió recientemente en su cuenta twitter un mensaje desopilante: “la miseria y el hambre que se vive en el país es intencional. Tenemos que usar nuestra fuerza y el apoyo internacional para sacarlos del poder de una vez.” A confesión de parte, relevo de pruebas.
En algo si estoy de acuerdo con esta Orden Ejecutiva infame, el pueblo venezolano es inusual y extraordinario. En un operativo de movilización nacional, calentando motores para las elecciones presidenciales del 20 de Mayo, el partido del gobierno, PSUV, abrió un proceso de carnetización a la militancia e invitación para nuevos inscritos. Inicialmente se tenía previsto realizarlo en un fin de semana, el sábado 17 y domingo 18 de febrero; sin embargo, ante la masiva afluencia se decidió extenderlo hasta que no haya más colas. Desde entonces, han sido carnetizados 4.207.576 personas y la meta es llegar a los 6 millones.