Fotografía: Denise Braz
Textos: Gabriel Bulgach
Las imágenes son elocuentes y sobran las palabras para experimentar en propia piel la intensidad con que cientos de miles de mujeres (y también varones), participaron de la movilización que, partiendo desde Plaza de Mayo llegó hasta el Congreso de la Nación, tiñendo de violeta y verde el centro de la ciudad de Buenos Aires.
Pero también de negro. Como comentamos en un artículo anterior, una importante delegación de mujeres afroargentinas y de otros países se movilizaron con sus turbantes distintivos, pañuelos verdes en apoyo a la campaña a por la legalización del aborto seguro y gratuito y algunos cánticos específicos: “mujeres negras, vivas por la lucha, mujeres negras, que su voz se escucha”.
Para Denise Braz, la marcha fue muy significativa y valoró la unión del colectivo de mujeres afro para visibilizarse y poder expresar sus reclamos: “para mí este año fue muy importante, muy lindo. Logramos concentrar una buena cantidad de mujeres afro, todas con nuestros turbantes y tanto colorido. Junto a nosotras también marcharon un grupo de mujeres que tocaban candombe, así que marchamos, cantamos y bailamos”. Destacó también la importancia de adherir a las consignas comunes al tiempo que hicieron eco de una búsqueda de un feminismo sin racismo.
Miram Gomes, referente del colectivo afro y descendiente de caboverdeanos, portaba un cartel en clara referencia a estas demandas: “por un feminismo anti-racista”.
Como ningún colectivo humano, el feminismo tampoco es homogéneo en su interior en relación a las consignas y luchas que enarbolan. En esta ocasión, cobró mucha fuerza la campaña a favor de la legalización del aborto y, obviamente, ésta no es una lucha de “todas” las mujeres.
Las mujeres afrodescendientes, por su parte, vienen denunciando su multidimensional discriminación y exclusión: “Las mujeres negras somos víctimas de una triple opresión: raza, género y clase”, destacó Denise, reafirmando la necesidad de profundizar en diferentes aspectos y modos de comprender el actual movimiento feminista.
En todo caso, la oposición al antiguo y vigente sistema del patriarcado, sigue siendo una de las principales consignas que unifican a la revolución feminista que está marcando con mucha fuerza nuestro tiempo presente.