Por Roberto Hernández Solano
Para muchas angoleñas hoy será otra jornada de trabajos pesados en busca del sustento para sus hijos y toda la familia, independientemente de que sea el Día Internacional de la Mujer.
Nadie niega los avances de las féminas en este país, que vivió casi cuatro siglos de colonialismo portugués y después de la independencia consumió 27 años de guerra civil.
Sin embargo, la mayoría coincide en que mucho tiene que hacerse todavía para garantizarles una existencia digna a aquellas que según estudios dedican el 80 por ciento de su tiempo al cuidado de los suyos en el hogar.
Vivan en el campo o en la ciudad, les tocan labores que consumen numerosas energías, en uno labrar el pequeño terreno alrededor del hogar, cargar agua o leña desde largas distancias, mientras que en la otra les puede tocar llevar unas vasijas en la cabeza con cuanto producto pueda venderse.
No todas son zungueiras (vendedoras callejeras), pero son demasiadas para pasar desapercibidas. Hay muchas que además de la carga para la venta llevan a cuestas a uno de sus hijos, el más pequeño, amarrado casi sin moverse y sin más mundo que la espalda de quien le dio la vida.
Para la secretaria general de la Organización de la Mujer Angoleña (OMA), Luzia Ingles, hay que defender el derecho a la participación activa en los procesos políticos, económicos y sociales del país.
Hay que continuar definiendo metas, adquiriendo habilidades y competencias para luchar por oportunidades iguales, expuso Ingles recientemente durante un acto por los 56 años de la fundación de la OMA, casualmente también en marzo.
Independientemente de la filiación partidista o de credo religioso, debemos encarar el futuro con confianza, y a la vez reflexionar sobre el papel en la sociedad, remarcó.
De nada sirve que la historia angoleña este cargada de mujeres ejemplares y tenaces como Deolinda Rodrigues, Engracia dos Santos, Irene Cohen, Lucrecia Paim, Teresa Afonso y otras mujeres anónimas que participaron activamente en la lucha de liberación que culminó con la independencia si todavía están lejos de los lugares que les corresponde.
Es verdad que tienen uno de los parlamentos con más damas en asientos de diputados, y casi un tercio del gabinete son ministras, pero eso no basta.
“Esta familia debe continuar unida y trabajar para que las mujeres sean cada vez más reconocidas, respetadas y valorizadas, y podamos apostar, cada vez más, a la promoción, autonomía, respeto por nuestros derechos y nuestra afirmación en la sociedad”, enfatizó Ingles.
Entretanto, la presidenta del Grupo de Mujeres Parlamentarias, Luisa Damiao, exortó a las familias angoleñas hacer de la tolerancia, el diálogo, respeto y comprensión mutuas las principales marcas de convivencia familiar.
Damiao se refirió a lo ambicioso de la agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de los objetivos del desarrollo sostenible, en el que afirman que el empoderamiento de las niñas y las mujeres será uno de los impulsos más poderosos para el avance de la humanidad.
Al final de cuentas, son las féminas las que deben buscar su lugar porque en sociedades como la africana, mientras mejor este ella mejor estará su familia.
Mientras tanto, la comuna de Amboica, en la provincia central de Cuanza Sur acogerá este jueves el acto por la efeméride, que en Angola es feriado. La celebración será encabezada por la ministra de Acción Social, Familia y Promoción de la Mujer, Victoria da Conceizao.