El pasado viernes 23 de marzo, el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena acordó prisión incondicional para el candidato a la Presidencia del Gobierno catalán, Jordi Turull; la expresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell; y los “exconsellers” Raül Romeva, Josep Rull y Dolors Bassa. Este domingo 25 de marzo el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha sido detenido y encarcelado cuando cruzaba la frontera alemana en dirección a Bélgica, en respuesta a la orden europea e internacional de detención cursada por el mismo juez, quien también ha cursado órdenes de detención contra los políticos Antoni Comín, Meritxell Serret, Lluís Puig, Clara Ponsatí, y Marta Rovira, que se encuentran en Bélgica, Escocia y Suiza respectivamente.
Podrá ser legal, pero es inmoral que se encarcele a políticos por sus ideas sin haber celebrado juicios, mientras que personas juzgadas y condenadas por corrupción y por blanqueo de dinero sigan en libertad.
En protesta a los encarcelamientos centenares de manifestantes han salido a la calle de las principales ciudades catalanas: en Tarragona han cortado la autopista AP7 con consignas como “Puigdemont nuestro presidente”, en Sallent se ha cortado el “eix transversal”, en Girona se han manifestado ante la subdelegación del gobierno español y cortado posteriormente la autopista AP-7, también ha habido cortes en algunas poblaciones del Pirineo como Sort o Puigcerdà y en el sur de Catalunya.
En Barcelona se ha celebrado una manifestación multitudinaria que presidida por una pancarta de ‘llibertat presos polítics’, ha empezado ante la delegación de la Unión Europea y ha finalizado con la lectura de un manifiesto ante el consulado alemán. También en Barcelona se han producido concentraciones ante el edificio de la delegación del gobierno español en Cataluña.
El presidente del parlamento ha comparecido en los medios para pronunciar un mensaje institucional pidiendo a la ciudadanía que respondan con noviolencia ante este atropello del estado español, ante esta involución democrática. Advierte que Cataluña se ha convertido en un laboratorio en el cual el gobierno español puede ensayar la represión contra cualquier opinión contraria a sus intereses. También ha anunciado que se está trabajando en una propuesta política conjunta entre todos los partidos y entidades para dar una respuesta a la represión. Ha insistido en que la situación requiere una respuesta política y no judicial.
En estos momentos los partidos independentistas barajan tres alternativas: huelga general, movilización permanente o investidura inmediata de Carles Puigdemont.