Hace exactamente 50 años, el 22 de marzo de 1968, un grupo de estudiantes franceses ocupó un piso del edificio administrativo de la Universidad de Nanterre, en protesta por las detenciones realizadas durante las manifestaciones contra la guerra de Vietnam.
La acción de ese grupo, más tarde llamado Movimiento 22 de Marzo, es considerada la chispa que desencadenó el incendio del Mayo francés y, por lo tanto, la Primavera de 68 en Europa.
Ya varias hagiografías están empezando a (re)brotar, y para mayo se prevé una exuberante floración en los «hijos de las flores». Muchos cuentos de hadas hermosos para alimentar el cuento de hadas original, hecho de la más bella espontaneidad y a lo sumo manchado por alguna crítica de espontaneidad.
Porque con la Guerra de Vietnam el Poder tuvo que aprender de la experiencia práctica lo que pocos pensadores ya habían enmarcado en la teoría lúcida: que es mucho más fácil, más barato y más eficaz ganar domesticando, cooptando y sobornando que ganar matando (como fue años antes con Martin Luther King y Malcom X).