Las medidas que ha tomado China para disminuir su contaminación atmosférica han sido tan exitosas que, según la Universidad de Chicago, las esperanzas de vida de sus habitantes podrían aumentar en más de dos años. ¿Qué han hecho para lograrlo?
El Instituto de Políticas Energéticas de la Universidad de Chicago, realizó un estudio sobre calidad de aire y calidad de vida y concluyó que China, el país más contaminante del planeta con más de 10 millones de emisiones de CO2 al año; ha logrado reducir las partículas finas del aire (grandes responsables de la contaminación) en un 32% en cuatro años. Para medir esto se recogieron datos de 250 receptores atmosféricos repartidos por toda China.
¿Cómo lograron bajar tanto la contaminación? Por voluntad política. El 2013, el primer ministro chino, Li Keqiang, escuchó a la población, que se manifestó públicamente en contra de la polución luego de un estudio (también de la Universidad de Chicago) que decía que las expectativas de vida de la población que vivía en el norte de China, habían disminuido en 5 años debido a la contaminación ambiental. Por esto, el primer ministro lanzó un ambicioso plan contra la contaminación de casi 270 mil millones de dólares, con el fin de disminuir la contaminación atmosférica de sus principales ciudades.
«Declararemos resueltamente la guerra contra la contaminación mientras declaramos la guerra contra la pobreza», dijo el primer ministro al dar a conocer su plan al país, rompiendo así con la política de larga data de China de poner el crecimiento económico por sobre el medio ambiente. Y cumplió su palabra.
«No existen ejemplos de un país que haya logrado una reducción tan rápida de la contaminación atmosférica. Es extraordinario. Estos cuatro años demuestran que las cosas pueden cambiar, incluso rápidamente gracias a la voluntad política. China no es considerado como un país democrático y sin embargo constatamos que el gobierno ha tenido que tomar las medidas que le exigía la opinión pública«, señaló Michael Greenstone, director del estudio.
En solo cuatro años superaron con creces el objetivo y hoy se convierten en ejemplo mundial de lucha contra la contaminación. Y si bien aún les queda mucho camino para cumplir con los estándares internacionales y de la OMS para que el aire de China se considere seguro; al paso que van lo van a lograr luego.
Para tener una idea del gran avance que esto significa, Estados Unidos tardó más de 10 años en reducir la misma cantidad de contaminación de sus aires que China, tras aprobar la Ley de Aire Limpio en 1970.
El estudio de la Universidad de Chicago además estima que si estas reducciones en la contaminación se mantienen, el ciudadano chino promedio verá una mejora significativa en su salud y un aumento de su esperanza de vida en 2,4 años promedio con respecto a 2013 y que hay ciudades donde se elevará mucho más, como en Shijiazhyang (5,3 años más), Beijing (3,3 años más) y Baoding (4,5 años más). De haberse mantenido la polución como estaba en 2013, las expectativas de vida de la población se habrían reducido en casi 7 años. ¿Por qué?
Las partículas finas que contaminan el aire, también conocidas como PM2,5, son determinantes tanto en las enfermedades cardiovasculares y respiratorias como en el cáncer; y hay ciudades que están mucho más contaminadas que otras. La contaminación en China estaba causando más de un millón de muertes prematuras al año, una caída en el 15% en las visitas turísticas y miles de millones de dólares en daños ambientales.
¿Cómo lo están logrando? ¿Qué medidas están consideradas en el plan del Gobierno? ¿Cómo ayuda la gente? A continuación les contamos.
El Plan de Acción Nacional de Calidad de Aire y sus medidas concretas
Para cumplir con los objetivos, el Plan del gobierno se comprometió con reducir la dependencia del carbón, controlar las emisiones de los vehículos, aumentar la generación de energía renovable y aumentar el cumplimiento de las normas de emisiones.
Además, el gobierno decidió aumentar la transparencia ambiental al informar a diario las estadísticas de calidad del aire, mediante la ampliación de su red de monitoreo y la divulgación de los datos a la población; para hacerlos también conscientes del problema y partícipes de la lucha para un mejor aire y una mejor salud.
Hoy en China, cualquier persona con un smartphone puede comprobar la calidad del aire local en tiempo real, ver si una fábrica en particular está sobrepasando los límites de emisiones y denunciar a los infractores ante las agencias locales a través de las redes sociales.
En concreto, entre 2013 y 2017 se tomaron varias medidas decisivas que lograron los objetivos:
– Se prohibieron nuevas plantas de energía a carbón en Beijing-Tianjin-Hebei
– Se exigió que las plantas de energía existentes en las regiones del delta del río Pearl y del río Yangtze, debían reducir sus emisiones, cambiando el carbón por gas natural.
– Restringieron el número de automóviles en las grandes ciudades (Beijing, Shanghai y Guangzhou), logrando reducir las emisiones.
– Millonarias multas a las fábricas que no cumplan con lo anterior y se utilizan drones para controlar que las fábricas cumplan con las leyes ambientales.
– Redujeron la capacidad de producción de hierro y acero en el sector industrial.
– Se cerraron las minas de carbón.
– Se cerraron seis plantas de cemento, y clausuraron o actualizaron cerca de 2 mil empresas de impresión, fundición, manufactura de muebles y otros sectores.
– El 2015 China fue el país que más invirtió en energías renovables (eólica y solar), destinando el doble de financiación que Estados Unidos y cinco veces más que el Reino Unido.
– Se realiza un control de las emisiones marinas, para reducir las emisiones de dióxido de azufre de los buques oceánicos en un 95% y las emisiones de partículas en un 85%.
– Eliminaron las calderas de carbón de las casas en el área Beijing-Tianjin-Hebei y el gobierno las reemplazó con calentadores de gas o eléctricos.
– Crearon un cuerpo de Policía Ambiental para luchar contra los combustibles fósiles en los 16 distritos de Pekín, aplicando sanciones a los asados al aire libre y a la quema de basuras y biomasa.
– Plantaron 33,8 millones de árboles a lo largo de China, consiguiendo 208 millones de hectáreas verdes nuevas para el país.
– Pusieron cañones industriales en las calles que lanzan niebla en las grandes ciudades para que las gotas se adhieran a las moléculas contaminadas, haciéndolas más grandes lo que hace imposible respirarlas, por lo que no dañan los pulmones. Además, promovieron bicicletas Smog Free que, al pedalear, absorben el aire sucio, lo limpian y lo devuelven limpio.
Lo que sigue para lograr estándares de aire seguro
Para continuar con la mejora del aire y alcanzar los estándares medioambientales de la OMS, China continúa aplicando medidas concretas, como las siguientes:
– Entre noviembre de 2017 y marzo de 2018, el gobierno canceló todas las obras de construcción, incluidas las de infraestructura hidráulica y las demoliciones.
– Instalación de torres que filtran el aire: China está destinando 2 millones de dólares a un prototipo de sistema de filtración de torres de 100 metros de altura que utilizan luz solar para calentar el aire, haciendo que pase por varios filtros, para luego regresarlo al ambiente, totalmente limpio.
Los primeros informes determinaron que la primera torre instalada, emitió entre 5 y 8 millones de metros cúbicos de aire filtrado todos los días, lo que se tradujo en una reducción de 19% de las partículas nocivas en el ambiente.
Ahora quieren instalar nuevas torres de hasta 500 metros de altura en las zonas más contaminadas de China.
– Crearán nuevos bosques del tamaño de Irlanda: para conseguir que el 23% de su territorio esté representado por la naturaleza, antes del 2020. Actualmente el porcentaje de verde es de 21,7%. Este 2018, el objetivo es plantar 6,66 millones de hectáreas de nuevo bosque.
– Para lo anterior, el gobierno dispuso 60.000 soldados para plantar árboles y combatir así además el cambio climático.
– El gobierno de Beijing prohibirá la entrada de los agentes inmobiliarios en subastas de terrenos si se descubre que tres o más de sus proyectos no controlaron la contaminación.