A poco de asumir, y mientras discutía salarios y demás condiciones laborales con trabajadoras y trabajadores de la Fiesta Nacional de la Vendimia, dijo que el problema principal del mundo artístico y cultural de la provincia era que había demasiado «kirchnerismo residual».
Diego Gareca, el responsable de Cultura del gobierno radical macrista de Mendoza, es el autor de la música y letra del exabrupto. El funcionario tiene una nutrida trayectoria en esos asuntos desde que se inició con Alfredo Cornejo, el actual gobernador, cuando éste era intendente de Godoy Cruz, el municipio en el que vivo desde finales de 1974. Tan nutrida como su surtido de remeras zapatistas, guevaristas y de cuanta revolución haya perfumado el planeta. Gareca hizo siempre de «policía bueno» al mismo tiempo que Don Coso ensayaba los primeros pininos de su alianza con lo más retrógrado del oligarcaje empresarial. Eso que el inefable Natanson llama «derecha democrática», «neoliberalismo popular» o algún oxímoron parecido.
La cuestión es que Don Diego está ahora mismito en Cuba, la gloriosa, para participar en la Feria Internacional del Libro que va del 1 al 11 de febrero. Lo acompaña su pequeño saltamontes, Alejandro «Canito» Frías, el responsable del área Letras del organismo estatal.
Pero había que elegir escritoras y escritores que nos representen. Y hete aquí que los agraciados son: la talentosa y querida Liliana Bodoc y el talentoso y querido Andrés Cáceres.
Paradojas de la impostura, ambos han manifestado de manera pública y explícita su repudio a las políticas de los gobiernos mafiosos y un apoyo a los doce años del período que Néstor y Cristina presidieron. Apoyo no partidario, pero sí ideológico. Es decir, para llevar la voz y la obra de nuestra literatura han tenido que ir a buscar al arcón del «kirchnerismo residual». Parece que del otro lado de la grieta nadie le llega ni a los talones a nuestros residuales. Y Gareca y Frías lo saben.
Abrigo la esperanza (digo abrigo y los 35° del verano local y la maldita sensación térmica se hacen un picnic con mis glándulas sudoríparas, pero sigamos) de que Liliana y Andrés, luego o antes de presentar sus magníficas obras, le cuenten al pueblo cubano que estamos bajo el aluvión del neoliberalismo financiero más brutal de nuestra historia, bajo el mandato de un gobierno que respalda a los que matan por la espalda, que encubre a los encubridores, que premia a los negacionistas, que asciende a los asesinos de Maldonado y protege a los de Nahuel, que esconde y ningunea a los responsables de la desaparición de 44 submarinistas y que, como si todo eso no alcanzara, les roba cien mil millones de pesos a jubilados, discapacitados y excombatientes de Malvinas para transferírselos a los sojeros, mineros , banqueros y demás predadores sociales.
Usted me dirá, y con razón, que han sido votados por dos veces ya. Raro asunto ese de la coprofagia colectiva. Ojalá tenga cura antes de que la infección se haga crónica.
En la patria de Martí, Mella, Fidel y el Che conocerán a nuestros «residuales», los que representan no al gobierno que los llevó sino a una larga y prolífica producción literaria que está sostenida en el amor a los humildes, al terruño y a las mujeres y hombres dignos de su historia.