Con entrada gratis para los niños, este fin de semana se llevó adelante en Miami, a menos de una hora de la escuela donde se cometió la matanza esta semana en Parkland, una enorme feria de armas, donde la estrella fue el rifle de asalto AR-15. “Ahora todos quieren un AR-15”, describía el corresponsal de la BBC que asistió a la feria, Guillermo Olmo.
Hay dos cosas que tienen en común los fusilamientos masivos en los Estados Unidos: la enajenación de algún hombre dispuesto a matar y la herramienta para llevar a cabo estas masacres, el rifle de asalto AR-15.
En la escuela de Parkland, Miami o en la discoteca de Orlando, en la escuela primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut, el cine Aurora en Colorado, en San Bernardino o en la más sangrienta de todas en Las Vegas, Nevada, siempre se usó la ametralladora AR-15.
Las armerías felices, porque luego de cada asesinato en masa ellos venden más que nunca, ¿y qué es lo que más venden? Fusiles AR-15. Parece que a los estadounidenses tranquiliza disponer en sus casas de un arma capaz de matar una cincuentena de personas en segundos.
Las armas de guerra son de muy fácil adquisición en el país del norte, en los shoppings y en cualquier armería se pueden adquirir y es suficiente con tener carnet de conducir y no registrar antecedentes penales.
Los antecedentes violentos o de problemas psicológicos no impidieron que los asesinos pudieran adquirir de manera legal, las armas para cometer sus masacres. Entre 2011 y 2016 se habían vendido 1,5 millones de rifles de asalto AR-15, que tienen un costo de unos 500 dólares.
Incluso por internet es posible comprar AR-15 que ya han sido usadas para masacrar en Irak o Afganistán, lo que hace que esas armas tengan un mayor valor en el mercado. Al tratarse de un rifle con un alcance de 550 metros, requiere un entrenamiento previo para usarla, lamentablemente no incluye un entrenamiento para saber cuándo y dónde no usarla.
El arma la fabrica Colt y usa un diseño de Eugene Stoner, Leroy James Sullivan y Bob Fremont que adaptaron la AR-10.