Por Judith Purizaga y Erika Vicente
La voz se les quiebra y contienen el llanto. Y pese a ello, persisten en su lucha personal, y ahora social, por hacer justicia ante la incomprensible muerte de su familiar. Detrás de ellos, cientos de peruanos acogen su demanda y la hacen suya gritando en las calles “el indulto es un insulto”.
La lista es interminable, pero en esta quinta marcha están presentes familiares de las víctimas del caso La Cantuta, en el que desaparecieron estudiantes como Bertilia Lozano Torres, Dora Oyague, Luis Ortíz, Armando Amaro Cóndor, Robert Teodoro Espinoza, Heráclides Pablo Meza, Felipe Flores, Marcelino Rosales, Juan Mariños y el profesor Hugo Muñoz Sánchez, asesinados por el Grupo Colina.
En el estrado instalado en la Plaza San Martín también se juntan los deudos de las víctimas del caso Barrios Altos, donde fueron asesinadas 16 personas, entre ellos un niño de ocho años; de Kenneth Anzualdo, desaparecido en los sótanos del SIE, y más… Uno a uno cuentan su historia, una que no pueden cerrar pese a los años y que el 24 de diciembre del 2017 fue revivida ante el indulto otorgado al ex presidente Alberto Fujimori, en cuyo mandato se realizaron las matanzas.
“La presencia de ustedes me fortalece. Porque nadie les ha obligado ni pagado por estar aquí, los que estamos aquí tenemos dignidad”, dice uno de ellos, con la foto del hijo perdido impresa en su camiseta.
Tienen una esperanza. Este 2 de febrero algunos de ellos visitarán la sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para reclamar ante el mundo su derecho a una justicia que en el Perú les es esquiva. Aunque Fujimori fue sentenciado por casos considerados de lesa humanidad y purgaba condena, hace menos de un mes la justicia fue burlada por un indulto a todas luces negociado para evitar la vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski.
Mientras, diversos colectivos de jóvenes y artistas, partidos políticos, instituciones gremiales, la sociedad civil organizada y los ciudadanos de a pie los acompañan y acompañarán hasta que, por fin la justicia se abra paso. “Ayer fue una jornada, pero seguirán más hasta que se revierta el indulto, hasta que salga PPK y hasta que se vayan todos los corruptos”, dicen los participantes decididos a seguir en las calles, intolerantes ante “este sistema corrupto e injusto” y porque, en el fondo, buscan un futuro con verdad, justicia y una reconciliación que los incluya.