Los científicos se mueven por la creencia de que el mundo es comprensible. No es solo que sean optimistas sino que tienen fe en ello. No hay ninguna prueba científica que esto sea así.
CARLOS PAJARES
No es verdad cuando se habla de una superioridad del conocimiento científico sobre otros, como el estético o el religioso, basándose en que el científico no tiene fundamentos que no sean demostrables. No es demostrable que el mundo sea comprensible y que haya leyes de la naturaleza que lo expliquen. Es una maravilla y sorprendente que el mundo sea comprensible y que además su comprensión se exprese con sencillez y belleza,
La ciencia no es un conjunto de aplicaciones que transforman el mundo ni un conjunto de premisas y dogmas. Es una aventura humana que ha cambiado la concepción del mundo y algo también a nosotros mismos. Todo esto lo decía el físico, premio Príncipe de Asturias, Pedro Echenique, en la conferencia de ingreso en la Academia Española de Ciencias añadiendo que para él constituía la obra cultural más importante de la humanidad, siendo el triunfo del humanismo clásico. El mismo Echenique hacía resaltar la importancia cultural de la investigación científica reproduciendo el dialogo entre un senador americano y otro físico americano, que defendía en el Senado de EE UU la conveniencia de la financiación de un acelerador que se iba a construir en Estados Unidos.
El senador preguntaba ¿no tiene nada que ver con la defensa de nuestro país? La contestación fue: solo tiene que ver con el valor que nos otorgamos unos a los otros, con el mutuo respeto, la dignidad del hombre, nuestro amor por la cultura… Tiene que ver con buenos pintores, buenos escultores y grandes poetas… No tiene nada que ver directamente con la defensa de nuestro país, excepto que merezca la pena defenderlo.
La ciencia hoy en día, en determinados países como el nuestro, afronta no solo la dificultad de financiación proveniente de la escasez de miras del Gobierno, sino de la cultura de la inmediatez, de la superficie de la cáscara o mejor de la carrocería. Todo lo que no se vea, que no sea inmediato, que no aflore a la superficie enseguida, que no dé efectos inmediatos, es descartado y no es prioritario. Lo silencioso, lo profundo, lo que necesita tiempo para madurar se pospone. Incluso dentro de la misma ciencia, en ciertas maneras de proceder, se infiltra esta cultura de la apariencia.
En España y en Galicia, cuando se habla a veces de que hace falta más humanismo, se contrapone este humanismo al estudio de las ciencias. Desgraciadamente no se dan cuenta que hoy en día no tiene sentido desgajar la ciencia de la cultura y del humanismo. La ciencia no contesta a las preguntas fundamentales del hombre, pero sí ayuda a situarlo en el Universo y a colocar ciertas preguntas, como qué es la vida, en sus justos términos. Sustraer todo esto de la cultura es un grave error
Profesor emérito USC
Gentileza de El Correo Gallego
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