Por Víctor Hernández
Como humanidad vamos avanzando rápidamente, la tecnología se supera a sí misma más rápido de lo que podemos asimilar.
Partiendo que desde hace unos miles de años fuimos la única especie de vida en tomar conciencia de nosotros mismos, el domesticar al fuego, ser capaces de vernos haciéndolo y transmitirlo a otros, marcó el comienzo de humanización de nuestro entorno hasta llegar al día de hoy. Ha sido un camino quizá de unos 1.5 millones de años.
Los grandes logros de la humanidad en este milenio siguen involucrando de forma directa o indirecta al fuego. Desde aquel remoto tiempo ha avanzado la humanidad modificando su medio y llenándolo de significado. En muchas ocasiones de modo bastante cuestionable y en otras sublime, siempre visto desde este momento en el espacio y el tiempo.
Recientemente Sundar Pinchai, CEO de Google en el foro mundial de Davos, Suiza, dijo que la Inteligencia Artificial tendrá un impacto mayor en nuestras vidas que el manejo del fuego. Es seguro que los avances en este campo son asombrosos y poco difundidos y seguramente están cambiando nuestro mundo.
Hoy en día los avances del sistema de aprendizaje automático de Google, que son capaces de aprender de su propia experiencia, son usados por la NASA para analizar los datos proporcionados por el telescopio espacial Kepler para detectar exoplanetas. También la misión Gaia de la ESA trabaja en un mapa de mil millones de estrellas usando la misma tecnología.
En medicina, hay un software capaz de aprender a hacer operaciones quirúrgicas tomando el conocimiento de diversas bases de datos y de la experiencia de los médicos en operaciones. La medicina del futuro será a la medida de cada uno, los médicos virtuales no solo irán aprendiendo de su propia experiencia, también podrán tomar y compartir información de la nube, recetar dosis exactas de medicamentos, simular operaciones hasta perfeccionarlas, junto a tecnologías como la impresión 3D, la capacidad de leer, modificar y generar el ADN, cada vez con más rapidez. Esto, sumado a la nanotecnología, modificarán la salud radicalmente.
En el teatro Calderón de Madrid hay en escena una puesta que es accesible a personas con discapacidad auditiva y visual. Este desarrollo de la Universidad Carlos III, toma en cuenta la improvisación en escena y aprende de sí misma.
Son sólo ejemplos de lo mucho que ya está en marcha. En los años por venir seguirá formando parte de nuestra vida la Inteligencia Artificial (IA).
Son muy válidas las preocupaciones de algunas voces que alertan sobre el mal uso de esta tecnología. Por supuesto que lo mismo usado en una dirección destructiva, sería una pesadilla para la humanidad. Como dice Yuval Noha Harari, podemos pasar del Homo Sapiens al Homo Deus, todo dependerá de qué dirección queramos darle a la humanidad. La misma tecnología puede ser usada para crear un paraíso terrenal o un oscuro infierno.
El futuro despliega muchas posibilidades, a veces con desvíos o vueltas extensas, pero avanza lo humano y hay mayor libertad. En los años por venir seguirá el avance tecnológico y quizá más tarde o temprano, ideas como la renta básica universal podrían ser una realidad en nuestro planeta gracias a los desarrollos actuales en IA.
Es un reto tratar de imaginar esos 1.5 millones de años, y más grande aún imaginarnos cómo seremos en 1.5 millones de años más, en el futuro.