Los vecinos de Barcelona, como los de otras muchas ciudades del mundo, están sufriendo los ataques de fondos de inversión internacionales que compran edificios enteros, hacen acoso a los inquilinos para que desalojen el edificio y pasan después a reformarlo y venderlo o alquilarlo a precios desorbitados que los vecinos no pueden pagar. Este proceso de «gentrificación» está transformando los barrios, los vecinos tradicionales están siendo expulsados y desplazados por usuarios de apartamentos de lujo.
Este es el caso de los vecinos y vecinas del edificio de la calle Entença 151. En mayo del año pasado, el bloque de pisos de Entença 151 donde viven 8 familias fue adquirido por “Lava Corporación” y el pasado otoño fue comprado por el fondo de inversión francés “la Abeille”. Según información de los vecinos, durante estos meses han padecido acoso inmobiliario por parte de la propiedad y de una persona contratada con el objetivo de intimidar al vecindario. Además, una de las familias ya ha recibido una notificación de fin de contrato unilateral, sin ninguna alternativa de renovación.
Los vecinos y vecinas de Entença 151, la Red de Vivienda de la Izquierda del Ensanche y el Sindicato de Inquilinos han organizado esta tarde una movilización para denunciar la situación que sufren desde hace casi un año. Se han manifestado ante la sede de la sociedad inmobiliaria Abeille con la intención de entregar una carta de negociación pidiendo que no les rescindan los contratos, pero la entrega no ha sido posible por el rechazo de la empresa inmobiliaria.
Este caso se enmarca dentro del proceso de especulación que está sufriendo la ciudad de Barcelona, donde la práctica de comprar-expulsar-reformar y vender pisos se está convirtiendo en un negocio muy lucrativo para los fondos de inversión. La Ley de Arrendamientos Urbanos facilita este negocio, ya que permite que el tiempo máximo de duración de los contratos sea de 3 años y también permite que el propietario desaloje al inquilino cuando lo desee.