La tendencia ascendente de las temperaturas mundiales marcada por una calidez récord en 2015 y 2016 mantuvo el mismo ritmo el año pasado, y la agencia meteorológica de las Naciones Unidas advirtió el 18 de enero de 2018 que la presión continua sobre el Ártico del 2017 tendrá «profundas y duraderas repercusiones en los niveles del mar y los patrones climáticos en otras partes del mundo».
«La tendencia de la temperatura a largo plazo es mucho más importante que la clasificación de años individuales, y esa tendencia es ascendente», dijo Petteri Taalas, Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Un análisis de la OMM mostró que, si bien mide 1,2 °C por encima de la era preindustrial, que 2016 es el año más cálido, 2017, que medía aproximadamente 1,1 °C por encima de la era preindustrial, fue el año más cálido sin El Niño, lo que puede impulsar las temperaturas anuales globales.
Describiendo el ritmo acelerado del cambio climático como «una amenaza existencial para el planeta», el Representante Especial del Secretario General para la Reducción del Riesgo de Desastres, Robert Glasser, dijo: «Una racha de tres años de años calurosos récord, cada uno por encima de 1 ° Celsius, combinado con pérdidas económicas récord por desastres en 2017 debería decirnos que enfrentamos una amenaza existencial para el planeta que requiere una respuesta drástica.
«Nos estamos acercando peligrosamente al límite del aumento de temperatura de 2 °C establecido en el Acuerdo de París y el objetivo deseado de 1.5 °C será aún más difícil de mantener bajo los niveles actuales de emisiones de gases de efecto invernadero», subrayó.
Registrando las mismas temperaturas promedio mundiales, 2017 y 2015 fueron prácticamente indistinguibles porque la diferencia es menor a una centésima de grado, que es menor que el margen de error estadístico.
Fuente: Organización Meteorológica Mundial (OMM)
«Diecisiete de los 18 años más cálidos de la historia han sido durante este siglo, y el grado de calentamiento durante los últimos tres años ha sido excepcional», señaló Taalas, enfatizando: «El calor del Ártico ha sido especialmente pronunciado y esto tendrá unas profundas y duraderas repercusiones en los niveles del mar y en los patrones climáticos en otras partes del mundo».
La temperatura promediada globalmente en 2017 fue de aproximadamente 0.46 °C por encima del promedio a largo plazo de 14.3 °C de 1981-2010 – una línea base de 30 años utilizada por los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales para evaluar los promedios y la variabilidad de los parámetros climáticos clave, que son importantes para sectores sensibles al clima, como la gestión del agua, la energía, la agricultura y la salud.
El clima también tiene una variabilidad natural debido a fenómenos como El Niño, que tiene una influencia de calentamiento, y La Niña, que tiene una influencia refrescante.
«Necesitamos mayores niveles de ambición para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero combinados con acciones concretas para reducir el riesgo de desastres, especialmente en los países menos desarrollados que contribuyen poco al cambio climático»
-Petteri Taalas.
«Las temperaturas solo cuentan una pequeña parte de la historia. La calidez en 2017 estuvo acompañada por condiciones climáticas extremas en muchos países del mundo «, continuó Taalas, diciendo que Estados Unidos tuvo su año más caro en términos de clima y desastres climáticos,» mientras que otros países vieron su desarrollo ralentizado o revertido por ciclones tropicales, inundaciones y sequía.
En marzo, la OMM emitirá su declaración completa de 2017 sobre el estado del clima, que ofrecerá una visión general de la variabilidad y tendencias de la temperatura, eventos de gran impacto e indicadores a largo plazo del cambio climático, como el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono, Ártico y hielo marino antártico, aumento del nivel del mar y acidificación de los océanos.
La declaración final incluirá información presentada por una amplia gama de organismos de las Naciones Unidas sobre los impactos humanos, socioeconómicos y ambientales como parte de un esfuerzo para proporcionar un informe de política más amplio a nivel de las Naciones Unidas para los responsables de la toma de decisiones y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El Sr. Glasser expresó su preocupación por el hecho de que el cambio climático, combinado con la pobreza, la destrucción de los ecosistemas y el uso inadecuado de la tierra, están empujando a más personas a abandonar sus hogares.
«Necesitamos mayores niveles de ambición para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero combinadas con acciones concretas para reducir el riesgo de desastres, especialmente en los países menos desarrollados, que contribuyen poco al cambio climático», subrayó.
Traducido del inglés por Alejandra Llano