Por David Swanson
La guerra es un crimen. La Corte Penal Internacional acaba de anunciar que finalmente se la tratará como a un crimen; o algo así, más o menos. Pero, ¿cómo podría el darle el estatus de crimen frenar efectivamente a sus principales creadores de iniciar más guerras, pequeñas y grandes? ¿Cómo se pueden poner en práctica las leyes en contra de la guerra? ¿Cómo puede el anuncio de la CPI convertirse en algo más que intenciones?
En 1928, el Pacto Briand-Kellog hizo que se considerara a la guerra como un crimen, y varias atrocidades se convirtieron en cargos criminales en Núremberg y Tokio porque eran las partes que constituían ese crimen mayor. La Carta de las Naciones Unidas mantuvo a la guerra como un crimen, pero la limitó a guerra “agresiva” y otorgó inmunidad a cualquier guerra iniciada con la aprobación de la ONU.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) podría juzgar a los Estados Unidos por atacar a un país si (1) ese país presentara un caso y (2) los Estados Unidos aceptaran el proceso y (3)los Estados Unidos decidieran no bloquear cualquier juicio utilizando su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Las futuras reformas que se quieren implementar obviamente incluyen instar a todos los miembros de la ONU a aceptar la jurisdicción obligatoria de la CIJ y a eliminar el veto. Pero, ¿qué se puede hacer ahora?
La Corte Penal Internacional (CPI) puede juzgar a individuos por varios “crímenes de guerra”, de esta forma, hasta ahora solo ha juzgado a africanos, aunque desde hace algún tiempo ha afirmado que está “investigando” crímenes de los Estados Unidos en Afganistán. Aunque los Estados Unidos no son miembros de la CPI, Afganistán sí lo es. Las futuras reformas que se quieren implementar obviamente incluyen instar a todas las naciones, incluido Estados Unidos, a que se unan a la CPI. Pero, ¿qué se puede hacer ahora?
La CPI finalmente anunció que se procesará a personas (como el presidente de los Estados Unidos y el secretario de “defensa”) por el delito de “agresión”, es decir, de guerra. Pero tales guerras deben iniciarse después del 17 de julio del 2018, y quienes pueden ser procesados por el crimen de guerra solo serán ciudadanos de esas naciones que se han unido a la CPI que hayan ratificado la enmienda que agrega jurisdicción sobre la “agresión”. Las futuras reformas que se quieren implementar obviamente incluyen impulsar a todas las naciones, incluido Estados Unidos, a que se unan a la CPI. Pero, ¿qué se puede hacer ahora?
La única manera de evitar estas restricciones es que el Consejo de Seguridad de la ONU remita un caso a la CPI. Si eso sucede, entonces la CPI podría enjuiciar a cualquier persona en el mundo por el crimen de guerra.
Esto significa que para que la fuerza de la ley tenga alguna posibilidad de disuadir al gobierno de Estados Unidos de amenazar con iniciar guerras, necesitamos persuadir a una o más de las quince naciones en el Consejo de Seguridad de la ONU para que deje en claro que plantearán el tema para llevarlo a votación. Cinco de esos quince países tienen derecho de veto, y uno de los cinco es Estados Unidos.
Así que también necesitamos que las naciones del mundo proclamen que cuando el Consejo de Seguridad no remita el caso, presentarán el asunto ante la Asamblea General de la ONU a través de un procedimiento de “Unión para la Paz” en una sesión de emergencia para anular el veto. Esto es lo que se acaba de hacer en diciembre de 2017 para aprobar de forma abrumadora una resolución que Estados Unidos había vetado, una resolución que condena a los Estados Unidos por nombrar a Jerusalén como la capital de Israel.
No solo se tiene que pasar por este tipo de dificultades (un compromiso con el voto del Consejo de Seguridad y un compromiso para anular el veto en la Asamblea General), sino que se tiene que demostrar de antemano que se tiene la certeza o la posibilidad de hacerlo.
Por lo tanto, el movimiento para terminar con la guerra World Beyond War está lanzando una petición global a los gobiernos del mundo para solicitar su compromiso público para referir a la CPI cualquier guerra iniciada por cualquier nación con o sin el Consejo de Seguridad. Haga clic aquí para agregar su nombre.
Después de todo, no son solo las guerras de los Estados Unidos las que deberían procesarse como crímenes, sino todas las guerras. De hecho, podría ser necesario enjuiciar a los socios menores de los Estados Unidos en sus guerras de “coalición” antes de enjuiciar al líder. Por supuesto, el problema no es la falta de pruebas, sino la voluntad política. El Reino Unido, Francia, Canadá, Australia, o algún otro conspirador puede ser sometido a presiones globales e internas (y la habilidad de eludir al Consejo de Seguridad de la ONU) para someterse al estado de derecho antes de que lo haga Estados Unidos.
Este es un detalle clave: ¿Qué cantidad de asesinatos organizados y destrucciones violentas constituyen una guerra? ¿Es un ataque de drones una guerra? ¿Es una guerra la expansión de una base militar y las redadas en algunos hogares? ¿Cuántas constituyen una guerra? La respuesta debería ser cualquier uso de la fuerza militar. Pero al final, está pregunta se responderá por la presión pública. Si podemos informar a las personas de ello y persuadir a las naciones del mundo para que lo remitan a juicio, entonces será una guerra y por lo tanto un crimen.
Este es mi compromiso de Año Nuevo: me comprometo a apoyar el estado de derecho, que puede que ya no sea correcto.
Traducido del inglés por Valeria Torres