La democracia participativa y protagónica es uno de los principio cardinales del proceso revolucionario bolivariano desde sus inicios, y su puesta en práctica se ha ido experimentando, corrigiendo y construyendo de forma paulatina a lo largo de estos diecinueve años. El llamado del Presidente Nicolás Maduro a la elaboración colectiva y popular del nuevo plan de gobierno, de cara a las elecciones presidenciales, se enmarca en este principio y representa sin duda una iniciativa única en el panorama mundial. Para la Revolución Bolivariana constituye un desafío nodal, que conlleva un alto potencial pero que al mismo tiempo no está libre de dificultades y aristas.
El despliegue nacional
“Hago un llamado a todo el pueblo, para que en unidad perfecta elaboremos el Plan de la Patria 2019-2025, continuando el legado inmortal de nuestro Comandante Chávez, garantizando la paz y haciendo de todos los logros sociales un derecho para las futuras generaciones”: con estas palabras Nicolás Maduro convocó, el 31 de diciembre pasado, a idear en conjunto la gestión del próximo lapso de gobierno, pero “con el horizonte temporal en las metas y direccionalidad histórica del 2030”[1] .
Para el mes de enero, se estableció entonces un intenso cronograma de formación, debate y formulación de propuestas, a través de un despliegue nacional, para garantizar la participación del pueblo organizado, tanto a nivel sectorial como a nivel territorial. La relatoría de las jornadas de debate y las propuestas emergidas se han ido registrando en la plataforma planpatria.gob.ve para su posterior análisis y sistematización.
Al mismo tiempo se abrió también a través de la web una consulta abierta “como buzón de ideas y propuestas para la Patria” con la intención de que cada ciudadano y cada ciudadana pueda “participar abiertamente en formular sus planeamientos por el futuro del País”, según explicitado en la guía metodológíca de la iniciativa[2].
Construyendo la Democracia Socialista
Las orientaciones para el debate y la elaboración de las propuestas apuntan a construir la hoja de ruta de la revolución bolivariana para los próximos años, teniendo como objetivo la construcción de la democracia plena en todas las dimensiones de la sociedad (económica, social, cultural, territorial, política) concebidas desde una óptica integral y sistémica. Se asume como premisa que “la democracia real, plena, implica la democracia política, social, cultural, económica, espacial, como un sistema indivisible”[3].
Hay temas o “Frentes de Batalla” priorizados para cada dimensión, que apuntan a la profundización de la revolución, a un cambio sustancial de la sociedad. En las premisas de debate se precisa: “No somos el ejercicio de una gestión de gobierno. Somos un proceso revolucionario. En ello, la transformación del Estado, la lucha contra burocratismo y corrupción, no es simplemente un problema de “gestión”. Es la reconfiguración popular del Estado, haciendo del gobierno de calle, en sus distintas escalas sistémicas, un proceso constituyente para edificar el nuevo Estado: popular, comunal, soberano”[4]. También se hace énfasis en algunos principios transversales clave para este nuevo plan: la descolonización, el feminismo, el indigenismo el ecosocialismo.
Hay además temas priorizados que apuntan a la necesidad de fortalecer el país contra los múltiples ataques de la que ha sido objeto sobretodo en los últimos años, así como se aspira a darle carácter programático a algunas de las iniciativas emprendidas en estos cuatro años en respuesta a la coyuntura y que no estaban previstas por el Plan actual (ej. los CLAP[5]).
De hecho, la planificación 2013-2019 ha sido atropellada por completo por la guerra económica emprendida contra Venezuela, aunada a la caída de los precios del petróleo a nivel internacional pero también al saboteo interno y a la fuerte disminución de los niveles de producción de PDVSA, entre otros factores. Cabe resaltar que ante esa difícil situación, el gobierno bolivariano ha optado por mantener las cifras de inversión social.
Desafíos y aristas
Un proceso de planificación participativa a nivel de País y desde la enorme diversidad de experiencias de organización popular es ciertamente un desafío bien complejo, y no está libre de aristas, que entrelazan lo político y lo metodológico.
En primer lugar, es necesario reconocer que la construcción colectiva de un Plan de Gobierno, y su visibilización, son en realidad una deuda histórica, tanto hacia el pueblo venezolano como hacia el mismo Comandante Chávez.
Recordemos como, al presentar su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), en junio de 2012, dio a conocer su propuesta programática advirtiendo: “El contenido del Programa de la Patria intenta interpretar la voluntad de las mayorías populares, pero por más que hayamos podido plasmarla en el texto, sabemos que esto, no es para nada suficiente. Es por ello que a partir de este día, 11 de junio de 2012, y hasta el diciembre próximo, queremos que sea objeto del más amplio y desprejuiciado debate, para que se le agregue, suprima y corrija, para que se le complemente y enriquezca, para que el II Plan Socialista de la Nación que habrá de regirnos durante el próximo período de Gobierno bolivariano y socialista sea obra genuinamente colectiva, como corresponde en tiempos de revolución.”
Sin embargo, en ese entonces el proceso de debate popular y la recopilación de aportes que siguió a la elección del Comandante Chávez pasó en segundo plano en medio de la coyuntura (su empeoramiento físico, su muerte, las nuevas elecciones), cediendo el paso, inclusive por razones emotivas, al tema del “legado de Chávez”[6].
Hoy el riesgo es caer en el caso opuesto: atribuir únicamente al pueblo una planificación en la cual el pueblo tiene cierto grado de participación y corresponsabilidad, pero no en su totalidad.
Esta vez no se trata de debatir sobre un texto ya existente: en ese sentido la participación y el protagonismo del pueblo organizado tiene menos límites en su tarea, con un posible saldo político de. identidad, conciencia y organización.
Por su lado, la convocatoria amplia ha buscado abarcar un universo extenso y lo más posible completo de pueblo organizado, involucrando los sectores de base del proceso constituyente, los consejos presidenciales de gobierno popular, las comunas y los consejos comunales, las comunidades, la población en general.
Sin embargo, se trata de un proceso de “consulta” (así ha sido denominado), de recopilación de propuestas: no se especifica en qué medida sean vinculantes, para poder atribuir este Plan de la Patria en construicción a una “toma de decisiones colectiva del Pueblo venezolano”.
Entonces, la transparencia del proceso juega un rol clave, para que el pueblo pueda ver reflejados su poder, participación y protagonismo en el nuevo plan de gobierno, hoja de ruta venezolana hacia el socialismo. La publicación completa de las relatorias, de los criterios utilizados para la sistematización y la metodología utilizada para armar el nuevo Plan, pueden aportar en este sentido.
Habrá que evaluar el nivel de participación, para fortalecer y mejorar los mecanismos de planificación participativa, teniendo en cuenta su rol clave en el proceso revolucionario.
Habría que planteandose también la posibilidad de una evaluación y validación participativa del Plan una vez completado, aunada a un análisis crítico constante de lo planificado, y su rectificación colectiva cuando necesaria.
IA/AlbaTV/2018
Notas:
[1] Este nuevo plan de la Patria 2018-2025 se implementaría como la segunda de tres fases: la Defensa de la Soberanía y Protección Social del Pueblo(2013-2019) ; la Paz Política Protección Social y Despliegue Económico (2018-2025); la Venezuela Potencia, Soberana y Socialista (2025-2031). En este último lapso se plantea el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
[2] Guía Síntesis para la Jornada Plan de la Patria 2025, en planpatria.gob.ve
[3] Documento base para las jornadas de debate y formulación popular del plan de la Patria 2025
[4] Idem
[5] Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) son organizaciones populares que han sido conformadas en abril 2016 para hacer frente a la guerra económica.
[6] El empeoramiento de la salud del Comandante Chávez, en diciembre, y luego su departida física impidieron la presentación del nuevo Plan de Gobierno integrado con los aportes del debate popular.
En las elecciones presidenciales de abril 2013, Nicolás Maduro como candidato vuelve a presentar la propuesta del Comandante, la cual en septiembre es entregada a la Asamblea Nacional para que sea debatida y aprobada.
El 4 de diciembre de 2013 se publica en Gaceta Oficial la “Ley del Plan de la Patria – Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019”. El Plan es presentado como el “testamento político del Comandante Chávez”. Contiene variaciones respecto a la primera propuesta, pero éstas no son visibilizadas, ni se aclara si son fruto del proceso de debate popular. Esa omisión genera confusión, hasta el punto que publicaciones institucionales del Plan de la Patria 2013-2019 reproducen la propuesta inicial, discordando de lo contenido en la Ley aprobada por la Asamblea Nacional.