El gobierno colombiano eligió a Tumaco como “plan piloto del posconflicto”. Si este es el camino para la paz, Colombia está en verdaderos apuros.
Ayer la Defensoría del Pueblo anunció la emisión de dos alertas tempranas sobre la situación humanitaria por la que atraviesa la región de la costa pacífica nariñense, donde se advierten “amenazas, homicidios, confinamientos y desplazamientos forzados”.
Y agrega el Ministerio Público: “De acuerdo con el informe Forensis del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en el 2016 se registraron 152 homicidios en San Andrés de Tumaco, y según información preliminar de la Policía Nacional y de la Secretaría de Gobierno, en el 2017 ocurrieron 222, es decir, 70 casos más. Para la Defensoría del Pueblo es preocupante que la situación se agrave, ya que en tan solo seis días, entre el 29 de diciembre de 2017 y el 03 de enero de 2018, se registraron 14 homicidios en Tumaco, la mayoría de personas jóvenes”.
El lunes 8 de enero las autoridades de Policarpa, en Nariño, registraron el asesinato de cuatro personas en el corregimiento Santa Cruz, vereda de Santa Rosa. Además, tres lugareños fueron secuestrados.
A su vez, la Defensoría informa que “en el barrio Bello Horizonte de Barbacoas, el pasado 2 de enero, asesinaron a dos menores de edad, de 13 y 14 años. Y ese mismo día, en la vereda Piscuandé de Roberto Payán, fueron encontrados tres cuerpos en alto grado de descomposición, con un letrero que decía ‘feliz navidad y próspero año nuevo’”.
La Defensoría mostró una preocupación mayor por el riesgo que corren los líderes sociales, autoridades étnicas, los defensores de derechos humanos y autoridades locales. Los territorios donde antes estaban desplegadas las tropas de las Farc se han convertido en campos de disputa entre fuerzas delincuenciales que quieren controlar los cultivos de drogas ilícitas y la minería ilegal. La presencia del Eln y grupos paramilitares terminan de enredar el asunto.
La Defensoría asegura que la respuesta no puede ser solo militar, se desplegaron dos mil soldados en la zona, sino que son necesarios el desarrollo de servicios básicos de educación, salud, trabajo, agua potable y saneamiento básico.
Con información de El Espectador.