Esta mañana estuvimos dando una primera mirada a la exposición “Secretos de Estado. La historia desclasificada de la dictadura chilena” de Peter Kornbluh, que se exhibe en el Museo de la Memoria hasta el 18 de marzo. Nos quedamos con muchas ganas de regresar a verla con mayor detenimiento y con una pregunta que se nos instaló en la conciencia, sin poder dejar de asombrarnos fuertemente.
¿Cómo fue que supimos, intuitivamente, lo que recién hoy – gracias a la desclasificación de estos documentos de la CIA – se puede comprobar fehacientemente respecto de las intenciones de fraude en el Plebiscito que Pinochet tenía en 1988?
De hecho, en base a esa hipótesis de posible fraude, los Humanistas tuvimos discusiones acaloradas dentro del Comando por el NO con quienes negaban o no llegaban a imaginarse dicha posibilidad. Es más, asumiendo que ello iba a ser así, es que formamos nuestra propia red completa de apoderados de mesa, a fin de controlar cada sufragio y asegurar la transparencia del resultado. No nos equivocamos, sin ello y sin muchas otras acciones que afirmaron la opción democrática, el fraude del dictador se habría concretado.
Los documentos hoy expuestos en la Galería de la Memoria dan luz sobre los esfuerzos encubiertos de Pinochet para sostenerse en el poder cuando ganó el “NO” en el plebiscito de 1988. Pero además ilustran sobre la historia secreta del golpe de Estado y la dictadura chilena junto al apoyo que entregó EEUU, tanto a la Junta Militar como a ciertos medios de comunicación. Los documentos también evidencian la represión estatal, como por ejemplo la Operación Cóndor.
La intervención de EEUU comienza en respuesta a la elección de Salvador Allende el 4 de septiembre de 1970, cuando el Presidente Richard Nixon y su principal asesor en política exterior, Henry Kissinger, pusieron en marcha una serie de operaciones encubiertas para impedir que Allende entrara a la Moneda y, tras no lograrlo, generaron las condiciones para que se produjera un golpe militar.
La exposición, curada por el investigador norteamericano Peter Kornbluh, quien ha desclasificado más 23 mil documentos durante su carrera, vale realmente la pena. “Estos documentos deben estar en un museo, porque estas instituciones tienen el rol sociopolítico de educar y crear debate sobre la historia del uso de poder de Estados Unidos en otros países del mundo; sobre el tipo de persona que fue Augusto Pinochet; los casos de violaciones de derechos humanos y el proceso de cobertura de estos temas que no ha llegado aún”, señala Kornbluh.
¿Qué cree que falta para que en Chile se desclasifiquen los archivos que aún permanecen ocultos?
“Los militares no han cooperado. Han resistido porque quieren guardar el pasado siniestro de estas instituciones, pero esa es una mentalidad que tiene que cambiar”, señala. “Estos documentos desclasificados dan el veredicto histórico para personas como Pinochet que no tuvieron un juicio legal”.
Más detalles sobre esta interesante exhibición pueden encontrarse en el siguiente enlace: https://ww3.museodelamemoria.cl/exposiciones/secretos-de-estado-la-historia-desclasificada-de-la-dictadura-chilena-1970-1989/