Alta tensión en Honduras tras la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de confirmar la victoria de Juan Orlando Hernández en las elecciones del 26 de noviembre del año pasado.
Pese a las denuncias de fraude y de ilegalidad que se han sucedido, la presentación de pruebas de la adulteración de actas y el pedido expreso de la OEA a que se convoque a nuevas elecciones, el TSE, que ocupan exdiputados del Partido Nacional, modificando las leyes para su autoproclamación para continuar el régimen del gobierno de JOH, dio por ganador al actual presidente.
Para hoy han sido convocadas marchas en todo el territorio hondureño pese a las amenazas del ejército y la policía de reprimir cualquier manifestación. Desde la realización de las elecciones, la declaración del estado de sitio y la represión han dejado decenas de muertos a manos de los uniformados.
El candidato de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla viajó a Washington a presentar las pruebas del fraude electoral y aceptó dialogar con el presidente para resolver la situación de deslegitimación que vive el gobierno. Pero luego de ver el comportamiento confabulatorio de Hernández, desistió de la propuesta y ahora denuncia en un comunicado “Lo que joh quiere es nombrar Comisiones mientras se diluye el ánimo y protesta del Pueblo, producto del paso del tiempo. Decía Napoleón Bonaparte: cuando quiero que algo NO se solucione, ¡entonces nombro una Comisión! El único diálogo posible es entre JOH y Nasralla con mediador internacional”.
Las amenazas de muerte contra los comunicadores no adictos al gobierno de Hernández continúan y la comunidad internacional mira con preocupación y desaliento las acciones violentas e intimidatorias que realiza el Estado contra aquellos que piensan diferente.