No muchos esperaban que fuera tan terrible. Pero la elección de Trump ya ha dado lugar a una serie de medidas que hacen de este momento uno de las más peligrosos de la historia, incluida la posibilidad de una guerra nuclear a nuevos niveles. Aquí hay una pequeña lista.
Intentos de derogar Obamacare, en su defecto, eliminar su financiación
Retiro del acuerdo de París sobre cambio climático
Aumento de los fondos para armas nucleares
Prohibición a la inmigración de países musulmanes y promoción de la islamofobia en todas sus formas
Declarar a Jerusalén capital de Israel, avivando el conflicto en Medio Oriente
Reducción de parques nacionales, poniendo en peligro a fósiles y sitios arqueológicos
Reducción de impuestos para ricos y corporaciones, aumento para los pobres
Admiración hacia su psicópata colega Duterte
Reenvía mensaje de grupo neonazi británico
Apoyo a favor de las armas ante muchas masacres recientes
Jactarse de salirse con la suya en actos de acoso sexual
Amenaza aniquilar a Corea del Norte y juega un peligroso juego sin diplomacia, sobre quién parpadea primero, con su compañero militarista Kim Jong-un
Despido de funcionarios que investigan posibles vínculos de manipulación electoral con Rusia
Apoyo al candidato sospechoso de agresión sexual a menores
Vuelve a apoyar el petróleo y el carbón en detrimento de las energías renovables
Declara que los manifestantes neonazis y antinazis son más o menos lo mismo
Nepotismo y conflictos de intereses, impermeables a las reglas
Promoción de la abolición de la neutralidad de la red, abriendo la puerta a su control por las grandes corporaciones
El uso de las redes sociales para difundir mentiras mientras llama a cualquier comentario desfavorable «noticias falsas»
Seguramente se pueden agregar muchas cosas más a la lista. ¿Por qué no es acusado? Sospecho que muchos republicanos están felices de que Trump esté imponiendo la agenda más radicalmente de derecha que nadie soñó que era posible, y al mismo tiempo su extravagante sociopatía les permite «distanciarse», apareciendo menos despiadados, más compasivos, o al menos sensatos, en comparación.
Pero como dijimos antes, Trump no es el problema, es el síntoma. El sistema ha sido en el pasado bastante bueno para ocultar sus verdaderos colores. La plutocracia enmascarada como democracia, la política del miedo, el racismo, la deshumanización a nuestro alrededor, todos estaban allí antes, si hemos estado cavando nuestras cabezas en la arena ahora no es tan fácil. El sistema ha estado fabricando a Trump durante décadas, es decir, fabricando las condiciones para que los pavos voten por la Navidad.
Entonces, todavía puede salir algo bueno de algo terrible. Como los comediantes han estado diciendo por un tiempo, Trump ha logrado unir a socios improbables en su contra, al derribar el consenso creando consenso, como en temas de Cambio Climático, declarando que Jerusalén es la capital de Israel (los 14 miembros del Consejo de Seguridad se opusieron, EE.UU. solo, vetó a todos los demás) y la proliferación nuclear (que probablemente haya influido en la organización antinuclear ICAN ganando el Premio Nobel de la Paz). El activismo en los Estados Unidos ha aumentado y ningún presidente estadounidense ha tenido el nivel de oposición con respecto a su visita al Reino Unido en los últimos tiempos. Aparentemente, abrirá una nueva embajada estadounidense en Londres, una propia alegoría de la política exterior de Estados Unidos, una fortaleza protegida por una fosa, que pretende ser «transparente». Una visita anterior, que incluyó ver a la Reina, fue cancelada debido al temor a las manifestaciones. Una visita de menor perfil será igualmente recibida por los manifestantes que ya se están preparando para expresar su desaprobación.
El Reino Unido se encuentra hoy realmente entre la espada (Brexit, separándose de la UE), y la pared (Trump haciendo que la «relación especial» sea más bien bastante difícil de soportar).
Oscuridad antes del amanecer
Cuando los sistemas llegan al final de su vida, hacen mucho ruido y arrastran en su caída a muchas víctimas inocentes. Como la caída de la dominación griega con sus Escuelas de Decadencia: los Cínicos (nada bueno puede salir de tratar de mejorar las cosas, así que es mejor que dejes de intentarlo), los Epicúreos (pase lo que pase, pasemos un momento agradable) y los Estoicos (debemos enfrentar malos momentos con fuerza y resistencia). Hoy podemos ver estas posiciones como una respuesta a la crisis del sistema.
Hay otra posibilidad que no es parte de las Escuelas de la Decadencia, sino una corriente de pensamiento, el humanismo, que no se centra en el colapso de las estructuras sino en el resurgimiento, el renacimiento, en una nueva sociedad orientada por la regla de oro, que habla de tratar a los demás como nos gustaría ser tratados.
El humanismo se expresa de muchas formas, en muchas personas, en líderes, en muchas organizaciones comunitarias, en resultados inesperados en las elecciones en las que los candidatos con propuestas humanizadoras, descaradamente descartadas por los medios, son apoyadas por el pueblo: (Frente Amplio de Chile, Jeremy Corbyn de Reino Unido, Mélenchon de Francia, Podemos de España, etc.). Incluso si no ganan las elecciones, se les da un mandato para comenzar a cambiar el sistema, y lo hacen.
Es cierto que el anti humanismo radical está extendiendo su violencia por todo el mundo y da miedo. Pero los fascistas, los extremistas, los fundamentalistas neoliberales, también están asustados. El vacío existencial del sistema prevaleciente es terreno fértil para el irracionalismo. El renacimiento que estamos buscando no solo está hecho de justicia social, antidiscriminación y solidaridad, lo que se logra a través de la metodología de la no violencia. Su verdadera fuerza vendrá de una revolución espiritual, la realización de la verdadera dimensión del ser humano, la capacidad de las personas para transformarse y transformar el mundo. En este nuevo humanismo podremos mirar la historia y ver que cada crisis ha llevado al surgimiento de este espíritu humano especial, un paso más hacia la compasión, un redescubrimiento del poder de la intencionalidad, incluso tal vez para vencer a la muerte.
Traducido del inglés por Valeria Paredes